‘Apenas empieza a llover y llega la incertidumbre’: vecinos del norte de Saltillo que vivieron inundaciones por Hanna (VIDEOS)

Vecinos de las colonias del Nororiente de Saltillo siguen padeciendo la falta de respuestas para el proyecto que pondría solución a los severos encharcamientos e inundaciones que viven en cada temporal que se registra en la ciudad, y temen que las autoridades respondan hasta que se registren pérdidas humanas.

Aunque las recientes lluvias en la capital coahuilense fueron registradas debido a un frente frío y no a un temporal como la tormenta tropical Hanna que en el 2020 dejó domicilios con pérdida total, algunos de los vecinos registraron inundaciones que nuevamente les prendieron las alertas.

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Se trata de fraccionamientos como El Campanario, La Joya, Los González, Los Valdés, Los Silleres, y zonas como Musa de León, Camino a Los Zertuche y Los Valdés, las que en los últimos años han padecido los estragos de las lluvias, y las de este fin de semana no fue la excepción, llegando hasta los 80 centímetros de agua y en algunos casos, el bloqueo de accesos.

Al respecto, recalcó que el Ayuntamiento de Saltillo quien ha llamado “escurrimientos” a las inundaciones, ha insistido que el proyecto que desvía el cauce de agua que cruzaba por Eulalio Gutiérrez no generó más daños a la zona; sin embargo, en el reciente temporal que registró lluvias por más de 24 horas, se pudo observar lo contrario.

“Ayer se demostró que sí. El agua que se deposita ahora en ese canal para desviar la de Eulalio Gutiérrez, ahora va a dar al arroyo El Cuatro, a un lado de una casa de reposo”, dijo.

“El agua que fue mucha y que cayó esta vez fue un frente frío, no un huracán ni una tormenta tropical. Ahí es donde los vecinos decimos: si con una agua de un frente frío que trajo 70 centímetros de agua, pues una tormenta tropical nos podría ir mucho peor”, dijo Ernesto Elizalde, miembro de la Asociación de Vecinos del Norponiente de Saltillo compuesta por vecinos de 14 fraccionamientos.

Mientras que no hubo un resultado como el de Hanna, Ernesto Elizalde dice que de igual manera, los vecinos de la zona padecen una especie de estrés post traumático que activa los nervios cuando empiezan a caer las primeras gotas de agua en la zona, bajo la incertidumbre de si el temporal causará desgracias, cuando no debería ser así.

“Es como en la Cdmx que empieza a temblar y te hace revivir esa situación. Sí existe una cierta psicosis. Tratamos más o menos con los simulacros de disminuirla un poco, pero queda la duda de si tenemos que salir a inicios, a la mitad, si nos llevamos nuestros documentos, si nos llevamos a nuestras mascotas. Pero el tema psicológico no se ha tratado más allá de ahí. Muchas veces las lluvias se registran en la noche, y muchas personas deciden no pasar la noche ahí”, dijo.

En ese sentido, Ernesto Elizande recuerda que la gente que resultó altamente dañada desde Hanna tomó sus cosas y se mudó de la zona ofertando los domicilios a precios más bajos y con procedimientos legales sin respuesta.

“Después de Hanna hay vecinos que lo primero que hicieron fue irse de ahí. Ellos malbarataron sus propiedades y otros demandaron a constructores y autoridades. Este no es un tema de riesgos de pérdida material, el riesgo que preocupa ya es de pérdidas humanas”, dijo Ernesto Elizalde.De ser una zona “de ensueño”, ahora Ernesto Elizalde dice que hay fraccionamientos que empezaron a ofertar los terrenos poco después de que empezaron situaciones como esta, y que están casi vacíos, como es el caso de Vivennto.

Hasta hoy existen al menos 10 demandas por la vía civil tanto a constructoras como contra autoridades, sin embargo, hasta ahora no se ha registrado ninguna sanción ni contra fraccionadores y constructoras, ni contra las autoridades que les otorgaron los permisos.

Si bien la limpieza de los arroyos ha sido una pieza fundamental para disminuir el agua que se concentraba en la zona, como lo reconocen los vecinos, para solucionar integralmente esta problemática existía un proyecto de siete kilómetros de canal que llevaba el agua desde Los Molinos, hasta atravesar Los Silleres, Musa, Saraperitos y desembocar en el arroyo Ceballos.

Sin embargo, en las últimas reuniones les fue comunicado que los 200 millones de pesos que se tenían para empezar la obra que al final costará 600, ya no están disponibles y habrá que esperar más tiempo.

Algunos de los vecinos incluso han sugerido que como una manera de protesta se deje de pagar el predial para de ahí recolectar recursos para la obra si siguen haciendo caso omiso.

“Ahora le tocará al alcalde electo esta parte que ya no debería ser un tema nuevo para él, y en estos momentos estamos esperando una audiencia. Ahora ya no está el dinero, porque si no se gastó se tenía que regresar, pero la mayor aportación tenía que venir del Estado. De este proyecto ya no estamos esperando permisos ni nada, ya está”, dijo Elizalde.

“Nuestra postura es que no nos vamos a mover porque las autoridades tienen que responsabilizarse de lo que hicieron, por lo tanto tienen que cumplir con los compromisos que han hecho”, concluyó.