Atención a salud mental encarece 133% en Saltillo; Seguro Social saturado y sin medicamento
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Victoria ha luchado toda su vida contra la depresión tras una agresión sexual sufrida en la infancia.
Tuvo intentos de suicidio que se detuvieron hasta que fue atendida por psiquiatras, poco después de su adolescencia.
Desde entonces ha tomado un antidepresivo y un estimulante del sistema nervioso con costos de 536 y 800 pesos.
Para Victoria hay dos posibilidades de llevar a su tratamiento: una es acudir a consulta al Cesame o al Seguro Social, aunque en este último solo hay citas cada 3 meses donde no es seguro conseguir el medicamento ante el desabasto que enfrentan las instituciones públicas, o costear todo su tratamiento de forma privada, consumiendo el 58 por ciento de su sueldo.
Las consultas, además de los fármacos, se han encarecido hasta 133 por ciento.
Aunque Victoria actualmente tiene un trabajo estable, más de la mitad de su salario está destinado a su salud mental si agregamos el precio de la consulta mensual de psiquiatría o terapéutica privadas de 900.
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Victoria afirma que pocas veces ha encontrado los medicamentos en instituciones del Seguro Social y hospitales públicos, mientras que la atención que ofrecen es a destiempo, con citas que se postergan hasta por tres meses.
“Imagínate tener un tipo de cáncer invisible, donde los síntomas solo tú los percibes, entonces todo el mundo cree que no existe la enfermedad y nadie colabora o hace algo para quienes están enfermos.
“Aun así, tú debes buscar costear medicamentos que nunca hay en el Seguro o cubrir citas de mil pesos cada mes porque tu hospital solo tiene disponibles hasta dentro de dos o tres meses”, expresó Victoria.
La entrevistada afirma haber sido testigo de casos donde la falta de acceso a terapias y fármacos ha llevado a quienes sabía, atravesaba una depresión, al suicidio.
“A veces pienso que soy muy afortunada de tener un empleo que me permita costear mi tratamiento, aunque sí echo mano de ahorros, ventas por catálogo o manualidades para completar la quincena.
“Pero también me da mucha tristeza que haya personas que no puedan costear ni siquiera una terapia, que deben esperar y en serio, sobrevivir a la depresión, ansiedad y ganas de acabar con su vida hasta encontrar algo disponible”, expresó Victoria.
Hubo un tiempo en que me quedé sin trabajo y no podía comprar el medicamento, traté de conseguirlo pero me fue imposible entre el desabasto y el desempleo, relata Victoria, tampoco iba a terapia y vaya que sentí el cambio, tenía unos “picos” enormes de tristeza, recuerda.
“Ahí fue donde me pregunté: ¿Cómo le hace la persona que ni siquiera tiene para el traslado o una computadora para consultas en línea aunque éstas fueran a bajo costo”, expresó.
Pese a que Victoria puede costear su tratamiento, hoy enfrenta un encarecimiento de hasta el 133 por ciento en terapias y medicamentos, pues de acuerdo con la herramienta de consulta de precios del INEGI, las consultas psiquiátricas incrementaron un 66 por ciento sus precios, mientras que los medicamentos aumentaron 67 por ciento.
Antes de la pandemia, en 2019 una consulta costaba entre 600 y 700 pesos, mientras que este 2022 oscilan entre los 900 y mil pesos, adicional al tratamiento.