Cada cana es una historia que contar; la oportunidad de dar compañía a un abuelo en Saltillo
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En los rincones de la Casa Hogar del Buen Samaritano en Saltillo, cada tarde, un hombre se sienta bajo la sombra de un árbol tan antiguo como él. Roberto Betancourt, o simplemente Betancourt –como él insiste en ser llamado porque, según él, “el apellido diferencia al hombre”–, lleva tres años viviendo en este lugar.
Pero a diferencia de lo que muchos podrían imaginar, no está solo. Su fiel compañero, un roble al que cariñosamente llama “el viejón”, ha sido su confidente y espejo de vida. Con más de 90 años de raíces firmes, el árbol refleja la fortaleza y sabiduría de Betancourt, quien a sus casi 90 años también sigue de pie.
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“Viejo el Sol y todavía calienta. Viejo el mar y todavía refresca. Vieja la luna y aún enamora”, recita con una sonrisa mientras acaricia el tronco del roble, al que considera su amigo. Este exbaterista que en su juventud tocó jazz, blues y hasta llegó a conocer a Juan Gabriel, tiene claro que envejecer no es sinónimo de dejar de vivir.
Al contrario, para él, el presente es lo único que importa. “Del pasado ya quedó, el mañana no ha llegado, solo me queda vivir el presente”, dice con la firmeza de quien ha vivido su vida a su manera, como la canción de Frank Sinatra que tanto lo inspira.
Sin embargo, para muchos adultos mayores como Betancourt, la soledad es un visitante que llega sin aviso. Hoy, la Casa Hogar del Buen Samaritano alberga a 46 abuelitos, pero solo 23 de ellos han sido adoptados simbólicamente. Adoptar a un abuelo no significa llevártelo a casa; se trata de algo más profundo: ofrecerles compañía, enviarles cartas, y contribuir con un donativo que haga su vida un poco más fácil.
En palabras de Betancourt: “Los donativos son importantes, claro que sí, pero la compañía también lo es. Que sepan que seguimos aquí, y seguimos adelante”.
EL VALOR DE ESTAR PRESENTE
La adopción simbólica a través de Cáritas Saltillo es una puerta abierta a ofrecer amor y apoyo a quienes más lo necesitan. Muchos de estos abuelitos han pasado sus últimos años en soledad, y ahora se enfrentan al desafío de envejecer sin una red de apoyo emocional.
La propuesta es sencilla, pero su impacto es incalculable: un formulario en línea te conecta con un abuelo o abuela que espera con ansias una carta, una visita o, simplemente, el saber que alguien más piensa en ellos. Además, un donativo puede cubrir sus necesidades más básicas, como pañales, jeringas o incluso detergente.
Como explica la administración de la Casa Hogar: “Nos faltan 23 abuelitos por adoptar. Pero también necesitamos productos esenciales como guantes, vendas y alimentos. Todo suma, y todo hace una diferencia”.
CADA GESTO CUENTA
Las historias como la de Betancourt, quien ha vivido décadas de música, arte y reflexión, nos recuerdan que cada cana lleva consigo una vida de experiencias. “A mi manera”, dice él, evocando aquella canción que resume su vida. Porque no se trata solo de cumplir años, sino de cómo se viven.
En Saltillo, tanto Cáritas como la Casa Hogar del Buen Samaritano están extendiendo una invitación: adoptar simbólicamente a un abuelo es una forma de asegurarse de que estas historias no se pierdan en el silencio. Y, más importante aún, es una oportunidad para hacerles saber que no están solos.
Si deseas participar, Cáritas Saltillo ha habilitado un formulario para registrarse a través del siguiente enlace: Formulario de Adopción Simbólica. O bien, puede realizarse un donativo vía PayPal: Donativo en PayPal.
Porque cada cana es una historia que contar, y tú puedes ser quien las escuche.