Coahuila: alertan por consumo de ‘chocohongos’; puede desarrollar esquizofrenia
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En redes sociales, consumidores aseguran “ver” los sonidos y “escuchar” los colores
La Secretaría de Salud debe alertar sobre los riesgos de consumir “chocohongos”, una droga alucinógena que se vende a través de las redes sociales y sitios web, expresó la diputada coahuilense Teresa Meraz García.
El “chocohongo” se prepara en forma casera utilizando polvo de hongos alucinógenos mezclado con chocolate, en presentaciones como pasitas, hojuelas de maíz, bombones cubiertos de chocolate y chocolates rellenos de licor, con precios de 450 a 800 pesos, con 2 a 6 piezas.
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Hay quienes comparten la receta para prepararlos combinados con cacao, pulque o aguamiel, para disimular el sabor del hongo y también hay recomendaciones o manuales para consumirlos y están dirigidos a jóvenes y menores de edad.
“El riesgo de una sobredosis si se consume un chocohongo es que, además de las alucinaciones, cause miedo, pánico, fobias, ansiedad y paranoia. También se mencionan efectos secundarios como debilitación del músculo, baja presión arterial, dolores abdominales, vómito y diarrea”.
“En el peor de los casos, como ya sucedió en algunas ciudades del país, el consumo de este nuevo reto puede provocar el suicidio; lo peligroso de esto es que, como en algún momento comentó una conductora de radio y televisión, los conoció en una boda donde estaban como golosinas”.
Agregó que los jóvenes están sumergidos en los retos virales, algunos son inofensivos y otros resultan peligrosos, como “el que se duerme al último gana”, y ahora la ingesta de “chocohongos”, una nueva forma de drogarse, lo que debe ser alertado por la Secretaría de Salud.
La Universidad Nacional Autónoma de México informó que en el mundo existen unas 250 especies de hongo del género Psilocybe, 53 de ellas crecen en México y su componente activo es la psilocibina, sustancia no regulada en México, y el LSD, que provocan un cambio químico cerebral y detonan efectos fantasiosos y la sensación de escuchar sonidos.
Los efectos duran de 6 a 12 horas y el consumo puede desarrollar trastornos mentales como esquizofrenia. Algunos consumidores aseguran “ver” los sonidos y “escuchar” los colores.
