Coahuila: ¿Cómo identificar una crisis emocional y qué hacer para ayudar?

Coahuila
/ 6 agosto 2025

Pérdidas importantes, emociones intensas, pensamientos desorganizados o conductas impulsivas pueden ser señales de alerta. El psicólogo Pedro Rosas explica cómo podríamos actuar frente a una crisis, tanto si la vive uno mismo como si se trata de alguien cercano

Una pérdida significativa —ya sea de una persona, una relación, un trabajo o incluso del sentido de vida— puede detonar una crisis emocional. Para muchas personas, identificarla a tiempo y saber cómo actuar puede marcar la diferencia. El psicólogo Pedro Rosas, docente y coordinador del Departamento de Psicología Preventiva en la Facultad de Psicología de la UAdeC, explica cómo podríamos reconocer una crisis y responder ante ella.

Lo primero, menciona, es comprender que una crisis emocional no ocurre de forma aleatoria. “Suele haber un evento externo que detona la situación: una pérdida, un cambio drástico, una ruptura. Y frente a eso, la persona empieza a experimentar emociones muy intensas, pensamientos desorganizados y conductas impulsivas que no ayudan a resolver el problema, sino que incluso pueden agravarlo.

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Cuando una persona comienza a notar esta alteración emocional, hay pasos que puede seguir. “Si yo noto que estoy perdiendo algo muy importante en mi vida, esa es mi primera señal. Ahí es momento de accionar un plan”.

El primer paso, recomienda, es hablar con alguien de confianza: expresar cómo se siente, qué piensa y qué le dan ganas de hacer. “A veces simplemente el poder verbalizarlo con alguien cercano puede ser un factor protector enorme”.

Otra herramienta útil es la respiración regulada. El maestro propone una técnica rápida: “Inhalamos por la nariz cinco segundos, retenemos el aire cinco segundos, y lo exhalamos por la boca como si tuviéramos una vela encendida frente a nosotros y quisiéramos no apagarla”.

Esta técnica, conocida también como “el 911”, puede ayudar en el momento más intenso de la crisis, aunque subraya que no sustituye una intervención profesional.

Pero, ¿qué pasa si quien atraviesa la crisis no es uno mismo, sino alguien cercano? Rosas explica que cualquier persona —aunque no sea psicóloga— puede intervenir como primer respondiente. “Hay cursos de primeros auxilios psicológicos pensados justo para eso. Son para todo público. Algunos incluso están en línea, y ayudan mucho”.

A partir de esta capacitación, explica que existen al menos seis pasos clave: evaluar el riesgo (tanto de la persona en crisis como de uno mismo), validar las emociones sin minimizar, empatizar, proponer opciones, activar redes de apoyo y dar seguimiento.

Antes de acercarse a una persona en crisis, es importante evaluar el riesgo. “No es lo mismo ver a alguien llorando en una banca, que a alguien que trae una botella de vidrio en la mano y está alterado”, explicó Rosas.

Hay que considerar si la persona está agresiva, si porta algún objeto peligroso, si su comportamiento podría representar un daño para sí misma o para otros, o si el entorno representa algún tipo de amenaza. Si se determina que no hay riesgo, se puede iniciar el acercamiento desde un vínculo humano y empático.

“Escuchar antes que proponer. Validar antes que aconsejar. Y luego ya, con ese vínculo, ayudar a que la persona recupere sus propios recursos o contacte con alguien más que pueda acompañarla”.

En ese acercamiento inicial, Rosas advierte que nunca se debe minimizar el dolor ajeno. Frases como “no pasa nada”, “no es para tanto” o “hay gente que está peor” invalidan la emoción de la otra persona y rompen la conexión.

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“Lo mejor es decir algo como ‘lamento lo que estás pasando’, ‘estoy aquí, te escucho’, o ‘es válido que te sientas así’”, señaló. El objetivo no es resolver el problema de inmediato, sino abrir un espacio seguro de contención emocional.

También sugiere escribir después para dar seguimiento: “Un mensaje, una llamada. Hacerle saber a la persona que nos importa, que seguimos ahí”.

Durante vacaciones, el Departamento de Psicología Preventiva que lidera Pedro Rosas no brinda atención directa, pero comenta que existen líneas de ayuda activas todo el año.

Una de ellas es “Punto y Coma”, iniciativa universitaria disponible al 844 314 14 40. También está la Línea de la Vida del Gobierno Federal, en el 800 911 2000, con atención 24/7 y presencia en redes sociales.

“Es muy importante que todas y todos tomemos un poquito de responsabilidad en capacitarnos. Puede ser que mañana quien atraviese una crisis sea alguien que queremos, o seamos nosotros”.

Y aunque intervenir correctamente puede parecer complejo, también puede aprenderse. “Hay capacitaciones rápidas, gratuitas, en línea. Lo importante es saber que sí podemos hacer algo”.

Como mensaje final, Rosas deja una reflexión para quien haya leído hasta aquí: “Estoy seguro de que quienes llegan al final de una nota como esta es porque realmente les interesa ayudar. Y eso habla muy bien de nosotros como sociedad. A veces puedo ser yo, a veces puede ser el de al lado. Pero mientras más preparados estemos, más podemos cuidar a quienes queremos”.

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Reportera de Saltillo con experiencia en medios de radio, televisión y prensa digital desde el 2017. Ha sido reconocida con el Premio al Periodismo Cultural Armando Fuentes Aguirre y participado en diversas exposiciones, talleres y proyectos académicos relacionados con la comunicación, la historia y el arte.

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