Coahuila: un debate entre porras, pancartas, acusaciones, gritos... y una protesta solitaria

La porra de Manolo Jiménez colonizó temprano el acceso al Museo del Desierto y gritaba incesante las porras a su candidato. En el acceso al recinto donde debatirían los candidatos al gobierno de Coahuila, lo más llamativo era el número de elementos policiales, fuertemente armados, y dos ambulancias. La presencia de tales vehículos cobraría sentido después, cuando se ofreció una larga explicación sobre las medidas de protección civil y la existencia de una “brigada de evacuación”, en caso necesario.

Faltando 20 minutos para las 6:00 apareció en las pantallas una cuenta regresiva y poco después los candidatos comenzaron a aparecer en el escenario. Primero Lenin Pérez, luego Ricardo Mejía, atrás Manolo Jiménez y al final Armando Guadiana.

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El público se acomodó en sus asientos, en un área custodiada por dos cabezas de dinosaurio decoradas al estilo huichol. Los moderadores, Alejandro Cacho e Ivonne Melgar, tomaron sus lugares e iniciaron las explicaciones previas. Luego vino la cuenta para entrar al aire... 10, 9, 8, 7... y el debate arrancó.

Las hostilidades se abrieron pronto. Lenin Pérez, primero en el turno al bat, no desperdició un segundo y lanzó los primeros dardos contra sus oponentes, pero no obtendría respuesta. Manolo Jiménez se apegó a su guión, en tanto que Mejía y Guadiana se concentrarían en el puntero. Luego responderían preguntas sobre gobernanza, seguridad, desarrollo social y salud.

En cada oportunidad, los contendientes intentarían golpear a sus adversarios, mientras se esforzaban por seguir el orden de las participaciones y ajustarse a las reglas. La única persona nerviosa en el escenario pareció ser la moderadora Ivonne Melgar, quien batalló con el apellido de Manolo Jiménez, el significado de las siglas UDC y hasta con los sobres que contenían las preguntas “de rebote”.

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MARIO DELGADO, EL MÁS ATACADO

Tras 80 minutos, las hostilidades cesaron... pero arrancaron abajo, entre el público. El ex aspirante a una candidatura independiente, Fernando Rodriguez, se lanzó contra el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, acusándolo de “traidor”, de ser “una vergüenza para Coahuila” y de “corrupto”. Unos metros atrás de él, la esposa de Ricardo Mejía, Marlene Cañas, se unió a las increpaciones gritándole “eres una vergüenza. La vergüenza de Morena es Mario Delgado”. Fue, sin duda, el más atacado en el debate.

Afuera, frente al acceso principal, la porra se disolvió rápidamente y para cuando salí ya solo estaba allí una solitaria mujer que despedía a los asistentes mostrándoles una pancarta en la cual se leía: “Violencia laboral/ Morena Coahuila/ Por Diego del Bosque”.

La tarde languidecía y todo mundo mostraba prisa por ir a gastarse las últimas horas del día de asueto.