Colonia Guayulera de Saltillo: el arbusto, la fábrica y las Guerras Mundiales

La colonia Guayulera es una de las más antiguas y populares de la capital coahuilense, sus inicios, nombre e historia se los debe, en gran parte, a una planta llamada Guayule

Coahuila
/ 24 mayo 2024
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Qué bueno que a la colonia Guayulera de Saltillo le pusieron así, porque si se hubieran ido por el nombre científico de la planta a la que se hace alusión su nombre, entonces se llamaría: Parthenium argentatum.

El guayule, hule o yerba de hule, es un arbusto cuyo aprovechamiento fue descubierto por J.M. Bigelow en 1851, cerca de Arroyo Escondido, una localidad texana ubicada a unos 900 kilómetros de distancia de la capital coahuilense.

Esta planta se da en los cerros, así como en las laderas con pendientes suaves y al pie de las colinas. Llega a crecer entre 30 y 150 centímetros y su hábitat son los climas secos o áridos.

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Su aprovechamiento data de inicios del siglo XX, cuando se encontró que se podía usar para elaborar hule, adhesivos para madera, barnices, aceites obtenidos de resina y otros productos que requirieran de la esencia del caucho.

EL ARBUSTO Y LA FÁBRICA

Fue en 1901 cuando en Saltillo comenzó la producción del guayule, al poniente de la ciudad, donde hoy está la colonia Guayulera. Ese año se inauguró “Adolfo Marx S.A. de C.V.”, planta que explotaba los sembradíos aledaños y cuya mano de obra eran los saltillenses, principalmente.

El nombre de la planta fue por Adolfo Marx, un empresario alemán cercano a la administración del presidente de México, Porfirio Díaz. Max instaló varias empresas a lo largo del país, entre ellas las del guayule.

En el lugar destinado en Saltillo existió una especie de torre de madera, desde donde partía una vía de tren con destino a la fábrica. Era la manera de transportar el guayule de manera interna para su tratamiento.

En los alrededores de la fábrica, comenzaron a construirse las primeras casas que poco a poco fueron dando forma al barrio. Muchas de esas edificaciones eran proyectadas por arquitectos alemanes y la idea era que sirvieran de viviendas para los trabajadores.

La fábrica tuvo una primera etapa de funciones que abarcó desde 1901 hasta 1920, tiempo en el que la industria local del guayule se volvió proveedor esencial del ejército estadounidense en la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Se dice que el material llegó a ser exportado a Europa.

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En el periodo en el que la fábrica estuvo activa, se le señaló en varias ocasiones de contaminar el arroyo cercano, al que ahora conocemos como el Arroyo del Pueblo, particularmente en el punto donde se ubica el Puente Rodríguez.

Una vez terminada la guerra y ante la baja demanda de la materia prima, la empresa cerró en 1920, pero en 1943 se reactivaron sus operaciones bajo el nombre de “Guayulera Saltillo S.A.de C.V.”. El objetivo: abastecer otro conflicto bélico.

LA OTRA GUERRA Y EL DECLIVE

Durante la segunda etapa de la fábrica de guayule en Saltillo se llegaron a producir 130 toneladas mensuales de hule, cuyo fin era ser trasladado hacia el norte.

El material debía llegar a Estados Unidos para luego surtir al ejército que combatía en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), donde se enfrentaron dos bloques antagónicos en el Viejo Continente.

Sin embargo, una vez que concluyó el conflicto más importante del siglo XX, en el que se estima perdieron la vida entre 50 y 70 millones de personas, la fábrica de guayule en Saltillo encaró su segundo declive.

Entre otras razones, la baja demanda del producto, la intensa explotación a la que los sembradíos habían sido sometidos, los costos del procesamiento y la inmersión del hule sintético, fueron factores que se mezclaron para el cierre definitivo de la fábrica localizada en la capital de Coahuila a mediados de ese siglo.

En su lugar, luego del derrumbe de la empresa se comenzó con la construcción de más casas, a espaldas de donde hoy es la calle Quintana Roo.

LA COLONIA

En un plano levantado por el historiador Vito Alessio Robles en 1934, se aprecia un crecimiento importante de la ciudad, especialmente hacia el norte y el poniente. Ya aparecían las colonias República, Guayulera y la actual Topo Chico.

Para 1948, al poniente había tres colonias: Guayulera, General Antonio Cárdenas y Barrio del Pueblo.

Para mediados del siglo XX, en Saltillo ya habían 12 barrios famosos: Altamira, Águila de Oro, El Barrial, El Calvario, El Once, La Pedrera, La Goleta, La Guayulera, Ojo de Agua, San Luisito, Santa Anita y Tacubaya.

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Un dato curioso es que el “nombre completo” de la colonia Guayulera es Rodríguez Guayulera. Esto se debe a que en el siglo XIX esa zona perteneció a don Crescencio Rodríguez, por lo que la denominación es una suerte de homenaje.

El crecimiento de la colonia se dio luego de su planteamiento inicial de seis calles. Además, gracias a las ladrilleras y los hornos de cal que laboraban en la zona. Actualmente aún se pueden encontrar algunos negocios que se dedican a la elaboración de ladrillos.

Otros de los distintivos de esta tradicional colonia es su mercado, del cuál hemos contado ya algunos aspectos en esta sección de Historias de Saltillo. Y cómo dejar de lado a sus colonias vecinas, como la Chamizal, otra de las más reconocidas de la ciudad y de la que pronto desdoblaremos su pasado.

*Con información de Froylán Mier, Carlos Recio, Pablo Cuéllar, Guadalupe Villa, José Aguilera, Sergio Galindo, Archivo Municipal de Saltillo.

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