Especialistas de Saltillo revelaron que el uso de tabletas y teléfonos inteligentes debe ser regulado, pues aunque en la actualidad son necesarios para tomar clases en línea o mantenerse comunicados, su uso inadecuado o excesivo puede asociarse con déficit de atención, retrasos cognitivos, problemas de aprendizaje, falta de autocontrol, ansiedad, depresión y entre otros padecimientos de la salud mental.
Y es que los dispositivos tecnológicos están diseñados para ofrecer estimulaciones constantes con sonidos, luces, notificaciones en redes sociales y programas de mensajería, además de que facilitan el acceso a nuevos contenidos de vídeo o imagen.
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De acuerdo con la psicóloga Alma Lucía Rodríguez estas estimulaciones activan el sistema de recompensas del cerebro, generando un sistema adictivo donde se necesita mirar los dispositivos móviles con mayor frecuencia.
“Es importante mantener los canales de diálogo con nuestros niños, niñas y adolescentes, necesitamos estar presentes, ser muy cercanos para dar la orientación que necesitan: en la actualidad hay una desconexión entre los padres e hijos y eso también es un efecto del uso de dispositivos móviles”, comenta Rodríguez.
La recomendación, dijo Berenice de la Peña, directora de la Facultad de Psicología, es establecer horarios en los que las infancias y adolescencias puedan tener acceso a los dispositivos tecnológicos, pero también un espacio en el que puedan dedicarse al juego y a interactuar con otros niños.
“El uso de redes sociales y aplicaciones móviles en niños, niñas y adolescentes es un riesgo, por eso es necesario supervisar el tiempo que permanecen frente a las pantallas, depende mucho de la edad y de las actividades diarias de cada uno”, señaló.
Por ejemplo, los bebés de 0 a 2 años no deben tener contacto con dispositivos; los de 3 a 5 años deberían utilizarlos solo una hora al día y los de 6 a 18 años, entre 2 a 3 horas.
Sin embargo, la exposición dependerá de las necesidades de cada familia, dice De la Peña.
“Sugerimos que además los niños, niñas y adolescentes no utilicen las pantallas al menos dos horas antes de ir a dormir porque podría existir sobreestimulación por el tipo de luz azul que emiten, además se recomienda a las familias que platiquen con sus hijos y les enseñen que el uso de tecnologías debe ser exclusivamente académico y que el entretenimiento también debe ser limitado”, apuntó.