Devoción no tiene precio: esta es la nueva tendencia de ‘Niño Dios’ en Saltillo
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Saltillo, Coahuila.- La tradición de vestir al Niño Dios con un ropón o de rey se ha modificado en los últimos años, siendo los vestidos de algún Santo Patrono, con Mameluco o de Cirujano los más populares actualmente.
Aunque de acuerdo a los comerciantes de la Zona Centro de Saltillo también se puede vestir a Jesús de Niño de la abundancia, del Santo Niño de Atocha, del Niño de las Candelarias, El Niño de Belén, de las Palomas, de las Maravillas y San Judas Tadeo.
“Los que más se llevan son los de San Judas Tadeo, los de médico o el Niño de la Salud, pero también el de mameluco que es relativamente nuevo”, comentó Sonia Cortez, vendedora de dichos ropones en el Mercado Nuevo Saltillo.
Señaló que el mameluco nació de la idea de reflejar el frío que se avecina en las fechas de enero y febrero, donde los Niños Dios son arropados también con estambre y tela polar; estos mamelucos tiene un costo de entre 220 y hasta 400 pesos, pues incluye una cobija de bebé, zapatitos y gorro.
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Mientras que los ropones tienen un precio de entre 120 y hasta 380 pesos, de acuerdo al tamaño del Niño Dios, aunque este no es el único gasto que debe realizarse para concretar la celebración religiosa de orar y venerar al hijo de Dios en una “levantada”.
Pues la devoción al hijo de Dios, lleva a locatarios del Centro Histórico a buscar las mejores coronas, arpas miniaturas, capas, pesebres, sillas doradas, zapatitos y gorros para ofertar a los saltillenses, a quienes consideran clientes que aunque regatean buscan llevar el mejor atuendo para su Niño Dios.
Sobre las calles de Acuña, Aldama y Perez Treviño, comerciantes colocan al pie de la calle cientos de ropones de todos tamaños y colores, algunos más elaborados que otros, con pedrería e imitando a otras figuras religiosas consideradas santos o arcángeles.
Pero también ofrecen kits de limpieza, ornamentos de plástico que simulan estar bañados en oro y sillas o pesebres para colocar al Niño Dios, una vez terminada la levantada, una tradición que sigue viva en Saltillo, y representa el término de la Navidad, celebradas con un rosario.
Las familias saltillenses acostumbran organizar un rosario, donde levantan al niño dios del portal de Belén bajo el pino y lo colocan en una charola rodeado de bombones y chocolates para ser adorado acompañado de una vela encendida; también se acostumbra realizar cantos religiosos y que los padrinos, ofrezcan un bolo de dulces.
Sin embargo, esta tradición se convierte en un compromiso moral y religioso que golpetea los bolsillos de las familias en medio de la cuesta de enero, pues adiciona al incremento que ya presentan algunos alimentos para ofrecer una cena, cada artículo para levantar al Niño Dios, aumentó entre el 15 y el 40 por ciento.
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Aunque hay bolos ya hechos con precios desde los cinco pesos, comprar cada bolsa de dulces cuesta al menos 50 pesos, considerando que cada bolo lleva al menos seis o siete golosinas; los bombones tienen precios hasta de 40 pesos y las velitas que hasta antes de Navidad costaban 10 pesos hoy cuestan 25 pesos.
Cada padrino y madrina invierte entre 500 y hasta 800 pesos en los dulces para los bolos y la charola, bolsitas, velitas para cada asistente, velas para el Niño Dios y confeti, sin contar el ropón o mameluco con el que vestirán al Niño Dios.