EcoBicla Saltillo nunca se vio como alternativa de movilidad sino de recreación, expertos

Coahuila
/ 16 marzo 2023

Critican que sea Salud Pública municipal la encargada del manejo del programa y ven como una prueba de su falla, el que en 10 años no se hayan aumentado estaciones

El pasado miércoles 15 de marzo, VANGUARDIA publicó el dato de que el programa de EcoBicla de Saltillo opera con solo 25 préstamos a la semana y este año solo ha brindado 30 credenciales.

En ese sentido, este medio se dio a la tarea de consultar a distintos expertos en urbanismo sobre el tema.

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Al respecto, la urbanista saltillense Diana Infante, declaró que la falta de uso del sistema de EcoBicla se debe principalmente a que se le ve como un método de recreación y no como un método de movilidad.

“Se le ve como un asunto meramente de la ruta recreativa, como para decir ‘ah, hay bicicletas para que se suban y puedan pasearse un ratito’, como un tema hasta de diversión o activación física, no como un tema de movilidad”, declaró Infante Vargas.

La arquitecta agregó que otro problema que percibe es que la falta de prioridad que se le ha dado al programa se debe en gran parte a que sigue dependiendo de la Secretaría de Salud Pública Municipal.

“Quiero aclarar, no es una crítica a esa Secretaría, porque seguramente tiene muchas otras prioridades. Es una crítica a cómo estamos asignando estos programas de política pública y cómo se están concibiendo, porque quienes los tienen a su cargo, cómo los manejan y los perciben; impacta en el éxito de esas mismas políticas públicas”, señaló.

En ese sentido, Diana Infante declaró que deben ser el Instituto Municipal de Transporte o el Instituto Municipal de Planeación los que se encarguen de operar el servicio.

Añadió que “existe una falta de responsabilidad en general sobre el programa y sobre las ciclovías” , pues no se le ha dado el seguimiento adecuado a conocer si verdaderamente es útil para la población. En ese sentido declaró que uno de los síntomas más claros de ello es que en 10 años se mantiene la misma cantidad de cicloestaciones, con ligeros cambios en las ubicaciones de las mismas.

POR LA MICROMOVILIDAD

Asimismo, el profesor investigador del Centro de Investigaciones Socioeconómicas de la UAdeC y ciclista urbano habitual, Alejandro Dávila Flores, opinó que el programa de EcoBicla tiene tan pocos usuarios debido a que “las políticas para promover la micromovilidad tienen que estructuradas, sistemáticas y de largo plazo, no pueden ser ocurrencias.”

Agregó que “se tiene que replantear la forma en la que estamos desarrollando la ciudad, para que se utilicen edificios de usos múltiples, aumente la densidad de población y entonces se reduzcan las distancias de traslado para las personas”.

Dávila Flores también comentó que el programa de EcoBicla es de primera o segunda generación, es decir, de los primeros que se realizaron en su estilo. No obstante, añadió que es importante que evolucione como ocurrió en la Ciudad de México.

El catedrático además declaró que el programa “tiene que ir acompañado de infraestructura para que la gente pueda circular con seguridad, como los carriles bici bien construidos.

“El programa debe estar coordinado con el desarrollo de otras opciones de movilidad que permitan el transbordo entre opciones. Que la persona pueda pasar de la marcha a la bicicleta, al transporte público y al automóvil.”, señaló

Además puntualizó que aunque se tengan los programas, deben corresponder a una misma idea sistemática, aunado a que “no sirven de nada si no están en los presupuestos públicos”.

El académico además tomó en cuenta que la micromovilidad será fundamental para enfrentar “la crisis de consumo de energía y climática que se viene para los próximos años. En ese sentido añadió que “ni los ciudadanos ni las autoridades tenemos una clara dimensión del reto que representa el mundo en los próximos años en cuanto a crisis climática y consumo energético”.

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Añadió que a futuro puede ser un ahorro para los gobiernos pues “si una ciudad hace una política de impulso a la infraestructura a la micromovilidad, con banquetas y ciclovías, además de incorporar elementos de vegetación en las calles y dándole diseño al espacio urbano, ni siquiera se necesita invertir en los programas de bicicleta compartida, porque serán las propias empresas privadas las que se van a interesar en ofrecer ese servicio, porque es un negocio”, señaló.

Dávila Flores llamó a una “reflexión pública profunda” de que la bicicleta no solo tiene repercusiones ambientales sino es además una forma de ahorro para las familias: “pues está comprobado que gastan menos en transporte, medicinas y recreación”.

Además coincidió en que el programa no debería estar en salud sino como una prioridad en los temas de movilidad.

POR MÍ LAS QUITARÍA: CONSULTOR

Parménides Canseco es consultor en temas de planeación y movilidad urbana, quien al respecto de este tema comentó que “es muy complicado” pero que si de él dependiera, “lo quitaría y buscaría solventarlo con otro sistema. No funciona y no ha funcionado en 10 años”.

Aclara que “las razones son sencillas” pues el modelo “que no está respondiendo a las necesidades de viaje y lo que le rodea no está preparado para corresponder a esas mismas necesidades”.

Agrega que el programa no cumple con los factores de disponibilidad y confiabilidad pues desde el funcionamiento depende del horario de los trabajadores que lo operan y por lo tanto, no siempre está cuando los usuarios lo necesitan. La gente no empieza a viajar a las 8 ni termina a las 6 y media”.

Canseco declaró que EcoBicla “fue una buena iniciativa que debió crecer, evolucionar y adaptarse. Si hace 10 años no funcionaba y ahora tal vez hasta menos.”

Además puntualizó que la infraestructura debe plantearse acorde al uso de los ciudadanos y no conforme a “lo que decidan los planeadores”.

Coincidió con Dávila y Vargas en el sentido de encontrar la raíz del problema desde que se planteó el tema de ciclismo “como un tema de salud” y no de movilidad y planeación urbana.

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