El dulce tañer de las campanas
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La campana es un instrumento musical de percusión en forma de copa inversa. Se clasifican dentro de los idiófonos, son instrumentos en los que el sonido se produce por la vibración del material del que están hechos. Las campanas son fabricadas con 13 partes de bronce por cuatro partes de estaño, el tamaño y peso puede ir desde unos cuantos gramos hasta varias toneladas.
EL ORIGEN
Es difícil precisarlo, la opinión generalizada atribuye el nombre a la región de Campania, Italia. Esto porque en la ciudad de Nola, Campania, fue donde se fabricaron campanas por primera vez. El inventor fue San Paulino Obispo de Nola. A las grandes les llamaron campanas y a las pequeñas les nombraron nolas.
El papa Sabiniano, durante los años 604 a 606, mediante una disposición canónica estableció que, en todos los templos católicos se colocaran campanas, para tocarse en los oficios divinos, también instituía que las catedrales debían tener cinco o más campanas, las parroquias de dos a tres y en oratorios y capillas particulares una.
Cuando el número de campanas creció en las iglesias, se vio la necesidad de erigir torres para colocarlas y para que la sonoridad de las mismas pudiera llegar a más distancia
La costumbre de tocar campanas se extendió para llamar al pueblo a la celebración de la Eucaristía, además para la recitación del Ángelus.
SE AMPLÍA CATÁLOGO
Durante los concilios celebrados en 1584, 1585, y 1590 se prohibió que las campanas se destinaran a usos distintos a los religiosos. En el siglo XVI, la Congregación de Obispos dispensó la prohibición, se autorizó tocar en caso de algún suceso relevante, como anunciar una invasión, incendios, tormentas o cualquier situación de emergencia.
El uso de las campanas está plenamente arraigado a la Iglesia Católica, resulta fácil reconocer un templo católico con solo ver una o varias campanas pendidas en la torre o en la espadaña del edificio. Las iglesias protestantes no usan campanas, no porque no puedan o quieran usarlas, sino porque el llamado puede atraer erróneamente a fieles católicos a los templos protestantes.
EL LENGUAJE
Las campanas no solo se usan para llamar a orar, cuando repican llaman a la fiesta, cuando doblan avisan de la muerte. Cada toque tiene asociado un mensaje.
Llamado a misa, se dan tres, a la primera media hora antes del inicio de la celebración religiosa, la segunda un cuarto de hora y la tercera unos minutos antes.
El Toque del Ángelus es al mediodía y suele estar marcado por tres campanadas.
Repicar es un toque armónico y continuado que suena constante durante el desarrollo de una procesión. El toque de muerto anuncia el fallecimiento de una persona.
Las campanas doblan de forma pausada e intercalada y hay diferencias si anuncia la muerte de un hombre, una mujer o un niño.
Toque de tormenta, alerta la llegada de un temporal y estaba dirigido a los trabajadores del campo. Toque de arrebato o de fuego, es constante y alocado. Muchos de estos toques están en desuso.
NUESTRAS CAMPANAS
El cronista Eduardo Valverde escribió un relato hace más de 70 años sobre las campanas de la catedral.
Entrevistó a Margarita Siller, una señorita que vivía por la calle Hidalgo, muy cerca de la Catedral de Santiago. Margarita estaba enamorada del vibrar de las campanas de la catedral, la desdichada joven había perdido la vista en un accidente casero. El dulce tañer de las campanas la hacía sentirse feliz y llena de alegría al escucharlas, tales vibraciones daban consuelo.
Margarita se convirtió en la entrevistadora y preguntó a Valverde: “¿Ha oído usted las campanas de catedral, se ha fijado en sus vibraciones, en su sonoridad? ¿Cree usted que están hechas de bronce?.
“Ese metal no da tal sonoridad que tanto llama la atención, ese sonido se debe a que contienen plata y oro, sólo esos metales dan esas oscilaciones sonoras”, dijo.
No hay documento que avale la aseveración de la señorita Siller, de lo que se sabe es que casi todas las campanas, tanto de la Capilla del Santo Cristo como las de la Catedral de Santiago; fueron fundidas en el mismísimo atrio de la iglesia.
CONTRIBUCIONES DIVINAS
Cuando se fundió la campana mayor, en 1794, gente del pueblo se acercó al atrio para obsequiar monedas y otros objetos de metales preciosos. Uno de los donativos más importantes fue el de la señora María Báez viuda de Treviño, quien había estado casada con un próspero dueño de minas en Mazapil, Zacatecas.
Al correrse la voz que las campanas se iban a fundir, Báez decidió salir de su casa, se dirigió con criados y sirvientas e hizo llevar varias barras de plata y oro. La propia señora Báez subió una escalera y arrojó al crisol varias barras de oro y plata.
PECULIARIDADES DE LAS CAMPANAS DE SALTILLO
En el año de 1849, un sacristán que hacía las veces de campanero, al tratar de tocar una de las campanas de la Capilla del Santo Cristo, accidentalmente se golpeó con el badajo, perdió el equilibrio y cayó desde lo alto del campanario y más tarde murió.
El cura José Ignacio Sánchez Navarro, párroco del templo de Santiago apóstol, determinó castigar la campana, ordenó despojarla de su badajo e inmovilizarla con cadenas y gruesas sogas, otra medida fue encerrar la campana con rejas.
La campana ha permanecido confinada desde aquel infortunado día.
Y QUE SE LES CAE
En marzo de 1987, la Asociación Civil Amigos del Patrimonio Cultural de Saltillo, se propuso renovar las campanas rajadas o que presentaran grietas, entre ellas, se consideró sustituir la campana mayor.
“Expertos” campaneros del estado de Hidalgo llegaron a la ciudad para fundir y reemplazar varias de las campanas. Durante la maniobra para desmontarla y bajarla, echaron mano de carruchas, poleas y cadenas, e inesperadamente se abrieron unos ganchos o eslabones muy antiguos de los que se colgaba la campana, ésta se precipitó al vacío y cayó en el atrio, provocando un hoyo de regular tamaño.
La vieja campana mayor fundida en 1794 de 1.40 metros de diámetro, 1.67 de altura y de mil 200 kilos, descansa y se exhibe junto a otras cuatro al pie de la torre de catedral.
saltillo1900@gmail.com