El hotel de Saltillo donde se hospedó Francisco I. Madero
Si de visitantes distinguidos se trata, Saltillo es una ciudad a la que han llegado personajes peculiares para dejar anécdotas memorables. Como la ocasión en la que Francisco I. Madero, político, empresario y espiritista, se hospedó en el Hotel Coahuila en pleno movimiento revolucionario.
Pero no se trataba de cualquier hotel, sino del más moderno, reconocido e imponente en cuanto a construcción en la capital coahuilense a inicios del siglo XX.
Se ubicaba en la manzana entre las calles de Allende, Victoria, Morelos y Juárez, frente a la Plaza de la Nueva Tlaxcala, donde hoy está un banco, en la Zona Centro. Quizá también por eso Madero lo eligió como sede del discurso que habría de dar en 1910.
Como ya dijimos, el inmueble del Hotel Coahuila era majestuoso, en comparación con el resto de los pequeños comercios céntricos de apenas un piso.
Y es que el edificio del hotel presumía de cuatro plantas, gruesas columnas, era de estilo neoclásico y orden jónico, recubierto de cantera rosa proveniente de San Luis Potosí. Algunas ventanas eran arqueadas, otras rectangulares.
La construcción se diseñó con dos entradas principales de las que salían dos balcones del segundo y tercer piso. Uno de esos balcones fue el que usó Madero para dirigirse a los saltillenses, quienes lo recibieron entre aplausos y con tal de escucharle abarrotaron no solo las calles aledañas, sino también las azoteas vecinas.
Pero todas estas características tienen una explicación, y es que el edificio inaugurado en 1902, además de hotel, también albergaba al Banco Coahuila.
El acceso al hotel era por la calle Juárez y al banco por la calle Allende. Aunque del interior hay pocas fotos, destacaron sus acabados de madera fina trabajada y herrajes artísticos.
Entre los huéspedes más reconocidos del Hotel Coahuila también están personajes como el cantante de ópera Enrique Caruso. Pero esta vez nos enfocaremos en Madero, el oriundo de Parras de la Fuente, Coahuila.
El discurso del casi Presidente
El 3 de junio de 1910 Francisco I. Madero estuvo en San Luis Potosí como parte de su campaña presidencial en contra de Porfirio Díaz. De ahí se dirigió a Saltillo.
Ya instalado en el Hotel Coahuila, Madero salió al balcón y dio un mensaje que, entre rechiflas, la policía local trató de suspender argumentando que no se habían solicitado los permisos adecuados. Pero el acto maderista continuó sin mayores inconvenientes.
Después de alojarse esa noche en Saltillo, Madero se fue a Monterrey, donde fue aprehendido.
Se dice, y existen pruebas, de que Madero era un espiritista que entablaba comunicación con los muertos y que mientras estaba en trance transcribía en papel los mensajes que le daban los espíritus. Quedará a la imaginación si durante su estancia en el Hotel Coahuila llegó a hacer conexión con algún ser del más allá.
Abandono y demolición
En cuanto al banco y el hotel, para 1950 el Banco Coahuila se mudó de su edificio original y se trasladó a las instalaciones del Banco Internacional, también en Saltillo. Más tarde ambas entidades se fusionaron.
Después de estar en abandono por más de una década, en 1965 el futuro del edificio de la dupla banco-hotel entró en debate. Un grupo de intelectuales y público en general mostraron su postura de permanencia por medio de protestas, pero el final estaba definido.
Ese mismo año la señorial construcción fue demolida por ser considerada como poco funcional.
En el lugar se construyó un edificio sobrio, de concreto y cubierto con mármol blanco con franjas verdes del mismo material. En 1990 la fachada se recubrió de cantera rosa en un esfuerzo por retomar el neoclásico, este es el edificio que actualmente vemos.
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