En ‘compañía’ de San Francisco de Asís, al sur de Saltillo recuerdan a las víctimas del ‘trenazo’
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El clima no fue impedimento para que este domingo, la comunidad de la parroquia de San Francisco de Asís, ubicada al sur de Saltillo, recordara a las personas víctimas del accidente ferroviario de “Puente Moreno”, ocurrido hace 51 años.
A las 15:30 horas, la lluvia dio tregua y desde la calle número cuatro de la colonia 23 de noviembre, donde se ubica la parroquia, cuatro hombres levantaron en hombros la imagen del fraile, que a sus pies llevaba una ofrenda de flores.
Bajo el cielo gris y entre matlachines, la procesión de unas 60 personas tomó el antiguo camino vecinal al municipio de General Cepeda, hasta la colonia Mario Ortiz Rodríguez, donde la mancha urbana amenaza con expandirse.
Horas antes, en el vado del arroyo, cuatro integrantes de los “Guerreros de Dios”, quienes lograron salir de las adicciones y hoy se dedican a apoyar a jóvenes que han sido arrastrados por las drogas, trabajaron duro.
La lluvia que se registra desde hace unos días ha incrementado el caudal de agua que pasa por el sitio. El poco pavimento del lugar ha sido arrastrado por el agua de fétido aroma y color oscuro, que impide saber con exactitud la profundidad de los baches que se encuentran en el sitio.
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Los “Guerreros de Dios”: José Luis Carrera, Álvaro Álvarez, Antonio Ramírez y Carlos Bustos levantaron un puente peatonal sobre diez bloques de concreto. Unos 30 tablones fueron clavados a dos tablas para que las personas de la comunidad católica cruzaran sin mojarse.
El sonido de los danzantes calló para cruzar el puente. Uno por uno, los creyentes cruzaron. El tambor retumbaba y la imagen de San Francisco de Asís cruzó el vado entre movimientos de un lado hacia otro.
La tradición de recordar a estas personas tiene al menos 30 años; fue el sacerdote Gilberto Martínez Osuna, quien la inició. En la víspera del accidente ocurrido la madrugada del 5 de octubre de 1972, las personas de esta comunidad les llevan adornos y encienden veladoras.
Cada año se reza un rosario en el sitio, y la procesión regresa a la parroquia donde se celebra la fiesta patronal. Este día, la alta probabilidad de lluvia solo permitió el rezo comunitario de un Padre Nuestro y un Ave María.
Aquí se pide por su eterno descanso. Las personas que acuden no tienen relación con los difuntos, no los conocieron, ni son familiares, pero rezan por sus almas y por la tragedia de su muerte, dijo Eduviges Martínez.
Las personas víctimas de este accidente ferroviario, el segundo con más pérdidas mortales en la historia de México, fueron recordadas en la misa que se celebró en la parroquia de la colonia 23 de noviembre.