‘Es indispensable ser innovador para trascender’: Francisco Flores, saltillense reconocido por la revista Time
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Pese a su exponencial crecimiento profesional, que lo ha llevado a ser reconocido, junto con la empresa en la que trabaja, por la revista Time, el saltillense Francisco Flores no olvida sus raíces y lo importantes que fueron para llegar a donde está. Invitó a las nuevas generaciones a nunca tener miedo a fallar como el mejor camino para trascender.
“Que sigan su pasión”, recomienda Flores, quien desde hace 25 años migró a Estados Unidos y hoy ostenta un importante cargo en una de las empresas más importantes en el sector de la aeronáutica.
-Time y el mundo entero han reconocido al Telescopio Espacial James Webb, en el que contribuyó Northrop Grumman. Platíquenos un poco de dicha participación, y si usted tuvo un papel directo o indirecto en el proyecto.
El desarrollo y construcción del Observatorio James Webb inició en el 2003 y concluyó en el 2021. Tuve la oportunidad de verlo en nuestras instalaciones en Space Park en Los Ángeles, semanas antes de partir a la Guyana Francesa, donde se lanzó el pasado 25 de Diciembre.
-¿En qué otros proyectos ha participado Northrop Grumman, en cuáles trabajan actualmente y en qué proyectos está involucrado directamente usted?
Mi responsabilidad en NGC es en el sector de Aeronáutica, donde diseñamos y producimos los más avanzados aviones militares, incluyendo el B-2, E2-D Hawkeye, Global Hawk, Triton, Fire Scout y otros; así como ensamblajes para el F-18, F-35 y otras colaboraciones industriales. Quizá el proyecto más importante en este momento es el B-21, bombardero que reemplazará al B-2 y que se lanzará públicamente por primera vez el 2 de diciembre. Es por mucho la aeronave más avanzada del planeta y el primer avión de la 6ta generación de aviones caza y bombarderos.
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¿Cómo llega un saltillense a ser vicepresidente de Ingeniería de Producción y Operaciones de una empresa que participa en proyectos tan destacados?, ¿podemos abordar su historia hasta la actualidad?
Mi infancia y adolescencia fue muy feliz en Saltillo. Estudié en el Instituto Cumbres y en el Tec de Monterrey Campus Saltillo. Disfruté mucho de todas las oportunidades extra académicas que ofrece el Tec, entre ellas obras teatrales, revistas musicales y requiems.
Mi familia jugó un papel importantísimo en mi desarrollo personal, ya que siempre me apoyaron en todos mis proyectos. Mi padre, el arquitecto Francisco Flores, fue quien siempre me motivó a mejorar y exceder expectativas. Siempre solía decir que “el mundo es de los audaces” y jamás lo olvide. De mi madre Rosaura Treviño aprendí a ser una persona de servicio y siempre dispuesta a ayudar. Mi hermano Óscar fue mi compañero en todas las aventuras y travesuras de mi infancia.
Después de graduarme de Ingeniero Mecánico del Tec Campus Monterrey, inicié mi Carrera en Centec, una empresa automotriz división de GM en aquel momento en Saltillo, bajo el liderazgo del ingeniero Luis Morales, quien fue mi primer mentor, de quien aprendí a disfrutar del trabajo, y ¿por qué no? divertirse al mismo tiempo. Eventualmente, un compañero de la prepa y colega en Centec, Jesús Gonzalez, se muda a California a trabajar en una empresa de iniciadores de bolsas de aire automotriz, y es quien me recomienda para un puesto similar en la misma empresa localizada en Arizona.
Recién casados, mi esposa Marcela y yo nos mudamos a los Estados Unidos en 1998. Inmediatamente me enrolé en una maestría en Administración en Arizona State University y me gradué en el 2001. Durante nuestros 12 años en Phoenix completamos nuestra familia con nuestras tres hijas, Ana Isabel, Mariangela y Daniella.
En el 2010 me sale una oportunidad de correr un segmento grande para BAE Systems, y nos mudamos a Austin, Texas. Esta es mi primera incursión profesional en el área de Defensa, donde la mayoría de los contactos son con el Pentágono. Al principio fue como beber agua de un hidrante. Muchísimo que aprender en muy poco tiempo, pero lo aprendido en el área automotriz resultó ser una ventaja competitiva, y pude implementar con éxito mucho de lo que aprendí, incluyendo Lean Manufacturing y Six Sigma.
En el 2012, la compañía líder en aviones militares no tripulados, o drones, General Atomics, me recluta para correr la operación en San Diego, como vicepresidente de Operaciones, ensamblé un equipo de alto desempeño, incluyendo a compañeros exa-tecs de Saltillo. Por diez años revolucionamos la manufactura de estos vehículos, lanzamos varios nuevos aviones y logramos un desempeño sin precedente en el segmento.
Después de una década en GA, Northrop Grumman buscaba a alguien para correr la operación en su sector de Aeronáutica. Con más de dos mil empleados en mi equipo de costa a costa, es una gran oportunidad para introducir una vez más los conceptos de mejora continua y cultura de innovación que siempre me han caracterizado.
¿Tuvo Saltillo alguna influencia particular en usted?
Saltillo tuvo muchísima influencia en mí, obviamente en lo personal: Aquí crecí y me convertí en el hombre que soy hoy. Aquí conocí a mi esposa, a quien adoro. En lo profesional, creo que el hecho de que empecé en una maquiladora, considerada como centro de costos, es indispensable ser innovador y encontrar mejores maneras de hacer las cosas todo el tiempo. La mejora continua no es un lujo, es indispensable para sobrevivir como negocio. Esa experiencia cimentó mi filosofía de hacer más con menos.
¿Cómo ha visto el desarrollo de la Región Sureste desde que se mudó a EU?, ¿qué potenciales le ve? Y si observa oportunidades en la industria aeronáutica.
He visto a la industria aeronáutica crecer en México, y eso es muy refrescante. Siempre he sabido que en México se pueden hacer cosas grandes, más que solo mano de obra barata para el mundo. En gran parte por la ética de trabajo de los mexicanos, la gran dedicación y entrega en el trabajo, y la capacidad de su gente. No me extraña que la industria aeronáutica esté prosperando en México.
¿Qué le recomendaría fortalecer a los jóvenes profesionistas mexicanos que laboran acá o que aspiran a migrar a otro país?
Nunca tengan miedo de fallar: el camino al éxito está pavimentado de fracasos. Que se muevan de su zona de confort constantemente: cuando se sientan que están muy a gusto, han dejado de aprender y de crecer. Que sueñen en grande y que alimenten el apetito del conocimiento; nunca dejen de aprender.
¿Qué le recomendaría a los jóvenes que están por definir la carrera que quieren estudiar, y que están definiendo su plan para el futuro?
Que sigan su pasión. Hay un dicho que me encanta: Si amas lo que haces, no trabajarás un solo día en tu vida. Que lo que escojan hacer profesionalmente sea por las razones correctas; que sea para llenar el alma, no solo el bolsillo.
La película Bardo del mexicano Alejandro González Iñárritu narra la historia de un mexicano que se va a Estados Unidos y es reconocido profesionalmente allá, pero no termina por arraigarse y habla con añoranza de México. ¿Cómo lleva usted esa parte, la familia, los amigos, la vida profesional, la vida en EU vs México?, ¿ha considerado regresar, y si sí, en qué condiciones, a qué proyectos?
Salir de México es una experiencia única. Los amigos se convierten en la familia. Las canciones mexicanas te llegan cien veces más profundo. Las oportunidades son muy grandes y saber aprovecharlas es importante, pero los riesgos también son muchos y hay que aprender a navegarlos, especialmente con los hijos. Cuando inicialmente nos fuimos, siempre pensamos que iba a ser temporalmente. “Cuando estemos listos para tener familia”. “Bueno, antes de que empiece primer año”. Veinticinco años después y aquí seguimos, añorando a nuestra tierra, pero felices de lo que hemos construido.