Es la confesión proceso de sanación y reconciliación
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En el acto de confesión se cuentan los pecados al sacerdote, quien actúa representando a la persona de Cristo y lleva su autoridad para escuchar, ofrecer orientación, aplicar una penitencia y pronunciar las palabras de absolución.
Este ejercicio permite la expresión del dolor en torno a cualquier situación que cargue la conciencia y con ello poder participar en un proceso de sanación, reconciliación o penitencia, según señaló el sacerdote Mario Carrillo Palacios.
Explica que este tiempo de arrepentimiento y enmienda se va preparando desde el inicio de la Cuaresma con el Miércoles de Ceniza, cuando la Iglesia suele preparar la purificación de los pecados a través de sacrificios personales, obras de misericordia y también por medio de dicho sacramento.
“Siendo la fiesta de Pascua o la fiesta de resurrección lo principal, lo más solemne e importante desde el punto de vista religioso, es el sacramento de la confesión la vía para aliviar la conciencia y vivir en paz este tiempo de reflexión”, expone Carrillo Palacios.
Añade que el mejor método para realizar una confesión es acudir al sacerdote para que, por medio de él se pueda recibir el perdón de los pecados.
“Debemos hablar sobre aquellos pecados que nos han alejado de Dios, sobre todo los más graves”, sostiene.
Con la pandemia por COVID-19 las actividades de confesión se vieron mermadas, dado que los templos cerraron sus puertas y se prohibió el culto a puertas abiertas.
En medio de este escenario emergió la preocupación no solo por la salud física de los creyentes, sino también por la salud espiritual.
Sin embargo y a consideración del sacerdote Mario Carrillo, la comunidad católica de la localidad tiene la costumbre de acercarse al sacramento de la confesión, sobre todo durante los últimos días de la Cuaresma y la Semana Santa para cumplir con el mandamiento de la Iglesia.