Fallecen por deshidratación dos indocumentados mexicanos; los localizan entre Eagle Pass y Piedras Negras

En una dolorosa muestra de la crisis migratoria en la frontera, dos indocumentados mexicanos perdieron trágicamente la vida en ranchos cercanos a Eagle Pass, Texas, en incidentes separados. Las autoridades atribuyen su muerte a la deshidratación, un recordatorio impactante de los peligros que enfrentan los migrantes que cruzan la frontera en busca de una vida mejor.

El domingo pasado, agentes de la Patrulla Fronteriza hicieron un descubrimiento sombrío al encontrar el cuerpo de José Maria Hernández, un joven de 28 años, en el rancho Cage, a poca distancia de la comunidad de El Indio. Hernández, como tantos otros, perdió la vida mientras cruzaba terrenos agrestes debido a la despiadada deshidratación.

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En otro rincón triste de la frontera, un rancho cercano a El Quemado, en el norte del condado de Maverick, fue el escenario de otra tragedia. Allí, se descubrió el cuerpo de Primitivo Mendoza, un inmigrante originario del estado de Michoacán, con 42 años de edad. La única identificación que portaba eran sus documentos, un testimonio mudo de su lucha por una vida mejor.

Estos dos casos lamentables se suman a una cifra preocupante. Desde el inicio del año, casi 60 indocumentados han perdido la vida en esta región de Eagle Pass debido a diversas circunstancias, muchas de ellas relacionadas con las duras condiciones que enfrentan al tratar de cruzar la frontera.

Mientras las autoridades continúan luchando por encontrar soluciones a esta crisis humanitaria, estos trágicos eventos sirven como un recordatorio desgarrador de la urgente necesidad de abordar la situación en la frontera de manera integral y humanitaria. La pérdida de vidas inocentes es un precio demasiado alto para pagar en esta lucha por un futuro mejor.