Hay una doble discriminación hacia los migrantes pertenecientes a la comunidad LGBTIQ+: San Aelredo

En un contexto donde la garantía de los derechos humanos y la seguridad personal son preocupaciones entre los migrantes que transitan por el país, y específicamente por Coahuila, la población LGBTIQ+ dentro de estas caravanas enfrenta retos específicos en su travesía a través de México. Según Noé Ruiz, presidente de la asociación San Aelredo, alrededor del 3% de la población migrante que transita por el estado pertenece a esta comunidad.

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En 2023, la asociación San Aelredo, en colaboración con la Casa del Migrante y el programa de refugio de ACNUR, contabilizó a aproximadamente 350 personas de la comunidad LGBTIQ+ en Saltillo, a su tránsito hacia los Estados Unidos. De este grupo, alrededor de 200 eran mujeres trans que huían de la violencia y la discriminación en sus países de origen debido a su identidad de género.

El presidente de San Aelredo señala que estas mujeres enfrentan una violencia severa en Centroamérica y México, con un camino migratorio plagado de riesgos y desafíos.

El panorama para los hombres gays y mujeres lesbianas también es complicado, pues señaló que algunos casos son parejas del mismo sexo y personas LGBTIQ+ en general que han sido forzadas a abandonar sus países debido a amenazas de muerte y otras formas de violencia.

“Muchas de estos casos son parejas: alguien sorprendió a ambos como pareja gays o porque eran lesbianas y tuvieron que migrar junto con su pareja”, dijo.

Noé Ruiz señaló que este grupo migrante, principalmente de nacionalidad salvadoreña, hondureña, venezolana y guatemalteca, sufre de violencia emocional y psicológica durante el trayecto, por lo que muchas personas de la comunidad LGBTIQ+ no se identifican como parte de la diversidad durante el tránsito debido al miedo a agresiones verbales y hasta algunas más graves como las físicas y sexuales, lo que impacta negativamente en su bienestar mental y emocional.

Agregó que en algunos casos, los migrantes pierden visas humanitarias debido a abusos por parte de las autoridades migratorias, obligándolos a comenzar nuevamente el proceso; además, sufren discriminación laboral y en el acceso a vivienda, lo que limita severamente sus oportunidades para establecerse y prosperar en el país y específicamente en el estado.

Esta discriminación se manifiesta no solo en un trato desigual, sino también en la exclusión sistemática de servicios y recursos que son cruciales para su estabilidad y seguridad.

A pesar de estos desafíos, el programa de ACNUR ofrece cierta protección a los migrantes LGBTIQ+, proporcionando traslados seguros y apoyo para su integración en nuevas ciudades. Las personas bajo este programa reciben certificados educativos y acceso a empleos, lo que facilita su estabilidad económica y su eventual solicitud de ciudadanía mexicana, aunque muchos todavía buscan trasladarse a Estados Unidos por razones familiares y de seguridad.

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Hasta la fecha, de las 350 personas de la comunidad LGBTIQ+ que llegaron a México el año pasado, solo cinco se han quedado en el país, específicamente en la capital de Coahuila; sin embargo, para agosto de este año, el número de personas LGBTIQ+ residiendo en Saltillo ha aumentado a 100.

“La gente empezó a comunicarse con sus amistades en estos países de origen y empezaron a platicar cómo se sentían en Saltillo y cómo estaban trabajando, que aquí había una posibilidad más real de crecimiento sin la necesidad de sufrir esta discriminación. A través de estos pequeños diálogos, más personas han decidido venir acá a Saltillo”, explicó.