‘La inseguridad rebasó a la colonia’, mujer lamenta muerte de su hijo asesinado en la Topo Chico de Saltillo
COMPARTIR
Para doña Alejandra Ruiz, madre de Manuel Hernández Venegas, de 36 años, quien perdió la vida frente al templo del Espíritu Santo, la inseguridad rebasó a la colonia Topo Chico mientras la Policía ignoró la denuncia de cada agresión hacia varios de los habitantes.
“Mi hijo murió con dos balas en la espalda, les dispararon de la nada, la ambulancia nunca llegó; le decíamos a la policía que apresurara a los paramédicos, para cuando llegaron, mi hijo ya se había desangrado”, expresó doña Alejandra.
La mujer se desistió a denunciar, anteriormente, las amenazas a punta de pistola de Manuel “N” conocido como “La Cosa” en el barrio, simplemente no era detenido, ni siquiera cuando comete desmanes en la colonia o destruye vehículos.
“Ya antes habían agarrado a batazos a mi hijo, se puso la denuncia y todo, pero no le hicieron nada y cada vez que hay riña y llegan las patrullas pasan y hasta los saluda, no le hacen nada”, expresó la madre desde las instalaciones del Servicio Médico Forense.
En el lugar confirmaron los golpes en las extremidades y dos balazos en la espalda que recibió mientras corría a un costado del templo en el que pintaba el barandal como una obra de caridad.
“Mi hijo ya había quedado lastimado de un batazo en la cabeza, le hirieron un ojo, le quedó malito... pero de pronto llegaron corriendo, que los venían persiguiendo y disparando”, expresó la madre en medio de un llanto desolador por la pérdida repentina e injusta, consideró, de su hijo.
“Ahora está en el Semefo, ya no está con nosotros, ni siquiera me han entregado el cuerpo, pero ya fuimos a denunciar al canalla que le disparó, al cobarde que le dio estando de espaldas, como anda armado, anda amenazando a todos con eso”, agregó.
PELEA DE NARQUILLOS
Habitantes aseguraron que no existían rencillas entre los involucrados en la riña, sin embargo, desde hace meses se declaró “la guerra” por la pelea de “plazas” para la venta de drogas y otras sustancias en la misma colonia.
Cuando al arribar quienes las consumen, los dirigen hacia otros “puntos” en lugar de referir la venta con quienes “controlan” el área desde hace años, afirman los entrevistados.