‘Margaret la catarina’: maestra de Saltillo y sus nietos crean cuento para sensibilizar sobre la inclusión

Coahuila
/ 30 abril 2025

Isabel Aguirre guió a seis de sus nietos en la creación de un cuento infantil que busca sensibilizar sobre la importancia de la inclusión en el entorno escolar

La inclusión comienza en casa, pero las comunidades educativas juegan un papel fundamental en la vida de los niños, especialmente cuando enfrentan una discapacidad o alguna condición distinta. Lamentablemente, los prejuicios aún presentes en muchos entornos escolares pueden dar lugar a la discriminación. Esto fue lo que impulsó a la maestra Isabel Aguirre y a sus nietos Alfredo, Renata, Romina, Santiago, Roxana e Isabela a crear el cuento infantil “Margaret la catarina”.

En entrevista con VANGUARDIA, Isabel señaló que sus nietos, preocupados por no saber cómo explicar a sus compañeros que todos merecen respeto y aceptación, los seis niños imaginaron una historia sencilla pero con un gran mensaje.

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El relato gira en torno a Margaret, una pequeña catarina que nació sin los característicos puntos negros sobre su caparazón rojo. En la escuela, se enfrenta al rechazo y la incomprensión hasta que un compañero decide incluirla, mostrando a los demás que, aunque diferente, Margaret es como cualquier otra. Con el tiempo y la aceptación, los puntos de Margaret comienzan a aparecer, reflejando simbólicamente que la inclusión, la amistad y la sensibilidad pueden ayudar a cada persona a mostrarse en su plenitud.

Según explicó la maestra Isabel, la inspiración surgió de experiencias reales vividas por sus nietos en sus aulas, donde conviven con niños con autismo, e incluso han asumido un rol de acompañamiento, principalmente, Romina y Alfredo quienes ayudan a sus compañeros cuando más lo requieren.

Isabel señala que Alfredo compartió con ella lo difícil que era explicarle a sus compañeros por qué no debían tratar mal a un niño con autismo, pues temía que sus compañeros se enojaran con él. Esta fue la inquietud de cómo hacer entender a los demás la importancia de la empatía los llevó a encontrar, en la narrativa una herramienta para el cambio.

Durante más de un año, los seis niños imaginaron y dieron forma al cuento, con orientación de Isabel y su esposo Ramiro Acosta. “Es un relato corto, pero con mucho mensaje y un gran aprendizaje detrás de esa construcción del cuento, señala la maestra.

Según la maestra Isabel Aguirre, el primer paso para que haya una verdadera inclusión en los entornos escolares, se necesita la sensibilización del propio personal docente. En ese sentido, aseguró que es fundamental entender que no todos los estudiantes aprenden de la misma forma. Aunque en teoría todos son “iguales”, en la práctica cada alumno tiene un ritmo y estilo de aprendizaje particular, y eso debe tomarse en cuenta al momento de planear una clase.

Explicó que los niños con capacidades diferentes necesitan más estímulos y acompañamiento para desarrollarse plenamente, pero reconoce que aún falta cultura y formación para lograrlo, tanto dentro de las escuelas como en los hogares. Asimismo, destacó la importancia de “educar a las familias”, ya que muchas veces los prejuicios y la falta de empatía provienen del entorno más cercano.

“Vivimos en una sociedad donde primero está uno mismo y luego los demás”, señaló.

La inclusión, dice, solo será una realidad si todos asumen la responsabilidad de construir una cultura más empática, solidaria y consciente. Por ello, este cuento y el trabajo con sus nietos buscan precisamente ser un parteaguas en la inclusión.

“Queremos que nuestros niños ayuden a otros a entender cómo tratar con respeto, cómo apoyar al compañero que lo necesita. Si logramos eso, ya estamos más que bien servidos”, mencionó.

Aquí te presentamos el cuento:

‘MARGARET LA CATARINA’

Había una vez un lugar donde abundaba la vegetación. En ese lugar vivía una familia de catarinas, unos bichitos con una característica muy especial: puntos negros sobre su caparazón rojo. Era una familia que esperaba con gran ansia y felicidad la llegada de un nuevo integrante.

Conforme pasaban los días, todos se mantenían ocupados preparando la bienvenida del nuevo hermanito. Los papás compraban todo lo necesario; los hermanos decoraban un cartel; y los tíos, primos y demás familiares organizaban una gran fiesta para celebrar su llegada.

¡Llegó el día esperado! Toda la familia acompañó a mamá Catarina al hospital. Después de una larga espera, se escuchó el llanto de un bebé. Momentos después, el doctor salió a dar la noticia:—¡Es una catarina hembra!

Al escuchar la noticia, todos estallaron de alegría. Sin perder tiempo, emocionados se dirigieron a felicitar a mamá Catarina. Pero al entrar en la habitación, la encontraron llorando. Al preguntarle qué ocurría, ella tardó en responder. Finalmente les dijo:—La catarina Margaret no está bien de salud. Necesita una vitamina especial para que le salgan los puntos negros en su caparazón, como a todas las catarinas.

Pasaron los días, y aunque Margaret recibía atención médica constante, los puntos negros seguían sin aparecer. Sus padres estaban cada vez más preocupados y tristes. Sin embargo, toda la familia la colmaba de cariño y palabras de aliento. Querían hacerle entender que lo importante no era el exterior, sino lo que había dentro de ella. Todos intentaban mostrarle cuánto la querían y lo valiosa que era.

Cuando llegó el momento de asistir a la escuela, Margaret sintió temor al saberse diferente. Para su sorpresa, la mayoría de sus compañeros no repararon en esa diferencia: querían jugar con ella. Pero un niño llamado Felipe la hizo sentir mal al recordarle que no tenía puntos negros. Margaret le respondió con firmeza:—Lo que importa es el interior —y lo invitó a ser su amigo.

Los demás escucharon atentos la conversación y esperaban en silencio la respuesta de Felipe. En ese momento, la voz de la maestra interrumpió el momento:—¡A sus lugares, vamos a comenzar la clase!

Durante la actividad, Felipe tuvo dificultades. Margaret, al notarlo, se acercó y le ofreció ayuda con paciencia y amabilidad. Al ver su actitud, Felipe le respondió entusiasmado:—¿Quieres ser mi amiga? Gracias por tu apoyo.

Desde entonces, Margaret comenzó a sentirse diferente: ya no tenía miedo y reflejaba seguridad y confianza. Al verla tan contenta, sus padres le preguntaron qué había ocurrido. Ella les contó lo sucedido y, conmovida, les expresó su amor y gratitud por haberle enseñado que lo importante está en el interior y en la actitud con que enfrentamos la vida. Con lágrimas en los ojos, sus padres la abrazaron con cariño.

Al día siguiente, al despertar y mirarse al espejo, Margaret gritó de alegría: ¡los puntos negros habían aparecido! Sus papás corrieron alarmados al cuarto, y al ver lo que había ocurrido, rompieron en llanto. Decidieron entonces organizar una gran fiesta para compartir la noticia con la familia, amigos y compañeros de escuela.

Todos celebraron con ella, y sus compañeros le brindaron su amistad, reconociendo la importancia de valorar la capacidad interior. Desde ese día, Margaret enfrentó cada situación con seguridad, confianza y una sonrisa.

Autores: Nietos Acosta Aguirre: Alfredo y Renata 10 años, Romina 8 años, Santiago 7 años, Roxana 6 años e Isabela de 3 años.

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