‘Mientras tenga vida, salud y pueda caminar, voy a luchar’: Obrero de AHMSA vende comida en la calle para salir adelante
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Después de mantenerse 35 años estable, con un empleo bien remunerado en Altos Hornos de México, ahora Guillermo “Charles” Moreno camina por las calles de Monclova con una hielera. En ella lleva comida como ensalada de pollo, ceviche y tacos, que pone a la venta para la ciudadanía y es su rutina diaria durante los últimos meses.
Después de que la empresa fue declarada en quiebra y que los superiores dieron la indicación de que no podían presentarse a trabajar porque en la empresa no hay energía eléctrica, agua ni nada que hacer, cambió radicalmente la vida para el obrero que labora en el departamento de Transporte Ferroviario.
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Y es que no solo dejó de ir a su fuente de trabajo, sino que también dejó de recibir sus salarios, ahorros y vales de despensa. Hasta el día de hoy acumula nueve semanas sin recibir sus pagos.
La situación le causó problemas económicos. Los servicios de la casa y los gastos de alimentación de su familia no esperaron, y al tener todos los gastos acumulados, se vio en la necesidad de vender su automóvil, aquel que adquirió en una agencia por un monto de 215 mil pesos, lo remató en 120 mil pesos.
Durante su caminata en una tarde calurosa, como las que se viven intensamente en Monclova, se detuvo y en entrevista para VANGUARDIA narró cómo su vida ha cambiado drásticamente.
Al deber una fuerte cantidad de dinero a un prestamista y no ver la forma de pagarle, no le quedó más remedio que ofrecer su vehículo a cambio de saldar la deuda que ya se incrementaba.
Con esto logró terminar ese compromiso y además inició un negocio que hasta el día de hoy le da para poder vivir, pagar sus deudas y alimentar a su familia.
“Hago ensaladas de pollo, ceviches, tacos y salgo a vender a la calle como vendedor ambulante, con mis vecinos, la gente del centro y así llego a los negocios, llego a todas partes y sí me va bien”.
Con una actitud positiva, mencionó que esto le ha dado cierta estabilidad y aseguró que tiene el plan de comprar un automóvil nuevo en una agencia. Calcula que, ahorrando para el mes de diciembre, podrá cumplir su meta y, al seguir trabajando vendiendo comida, podrá pagar sus mensualidades puntualmente.
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Dijo: “Mi vida siempre ha sido así. Desde los cinco años empecé a vender paletas en la colonia primero de mayo”.
“Nada más agradezco a Dios que me dé vida y salud. Eso es lo único que yo necesito”, expresó.
En su opinión, las manifestaciones, los bloqueos de carreteras y la toma de las instalaciones de la empresa que han organizado sus compañeros en semanas anteriores para presionar por el pago de salarios no tienen sentido.
“Se desgastan, contaminan al incendiar llantas”. Aclaró que los directivos, aun con estos movimientos y protestas, no responderán porque la empresa está en quiebra.
Reconoció que es una inconsciencia brutal lo que los dueños de Altos Hornos están haciendo con sus trabajadores, quienes por años se entregaron para sacar a flote la producción de la empresa, reconocida a nivel internacional.
“Estamos viviendo precariamente. Sale para comer, pero tienes que esforzarte”.
No ve una solución cercana para la fuente de empleo ni para cubrir los salarios pendientes ni las prestaciones que suman grandes cantidades para cada trabajador. Por eso, invitó a todos ellos a que no esperen más y se pongan a trabajar en lo que puedan para poder llevar el sustento a sus familias.
“La situación es catastrófica, caótica. Por eso estoy haciendo esto. Mientras tenga vida, salud y pueda caminar, voy a luchar porque la vida es una lucha. Quiero sobrevivir y sacar adelante mi vida, mi persona y mi entorno, mi familia. El que quiera subirse al tren, que lo haga”, dijo “Charles”, como es conocido en la planta siderúrgica 1.