Pasta de Conchos: ¿Qué se sabe del rescate?
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A más de 18 años del trágico incidente en la mina de Pasta de Conchos, las familias de los 65 mineros fallecidos enfrentan una nueva ola de desilusión y desconfianza hacia las autoridades, luego de que el pasado viernes fuera anunciada la recuperación del primer cuerpo. Esta noticia vino cargada de confusiones y contradicciones que han exacerbado las tensiones entre los deudos.
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Cabe recordar que hace aproximadamente dos semanas, Carlos Brito, director de Concertación Social de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, informó a las familias del primer hallazgo al interior de la lumbrera uno y anunció que estos restos podrían corresponder a los 13 mineros que se encontraban en dicha galería, según las bitácoras del día del siniestro, las cuales habían permanecido en manos del gobierno federal.
Tras el anuncio, María del Refugio López, viuda de José Isabel Mijares, cuyo nombre figura en el listado de los 13 mineros, consideró que fue precipitado dar esa información, puesto que todo fue basado en una suposición.
SIEMPRE HUBO OPACIDAD
Agregó que durante las labores de rescate siempre hubo opacidad por parte de las autoridades, pues a pesar de encontrar objetos de los mineros, esto nunca les era informado. Por ello, externó desconfianza ante la repentina transparencia de las autoridades con las familias.
“La noticia me cayó de sorpresa, pero no me convence eso, todavía no comprueban. Esa noticia no debió haber salido porque no están seguros, es una suposición”, dijo. “Primero no decían si encontraban objetos de los mineros y ahora dieron hasta los nombres, es muy raro”, agregó.
Carlos Brito aseguró entonces que estaban próximos a ser entregados los restos de los 13 mineros nombrados. Sin embargo, Elvira Martínez, viuda de Vladimir Muñoz, consideró que hubo “un manejo irresponsable de la información por parte de las autoridades” al causar una gran confusión a las familias sobre el número de cuerpos encontrados, aunado a la reciente pérdida de un cráneo, cuyo paradero aún es desconocido.
A ello se suma el anuncio de la Secretaría de Gobernación sobre la falta de indicios de explosión en la galería donde se realizó el primer hallazgo, por lo que las familias señalaron que existe la posibilidad de que los mineros esperaron el rescate con vida.
“Es algo que las familias hemos buscado, queríamos la recuperación para tener acceso a la verdad. Sabemos que la forma en que los encuentren va a hablar. El área no tiene indicios de explosión, ¿quién asegura que en esa área ellos murieron en ese instante? Tal vez esperaron a ser rescatados, heridos, pero vivos. Es algo que nosotros siempre hemos alegado”, externó Elvira Martínez.
La situación se agrava con la falta de claridad en los comunicados oficiales. Según las familias, contrario a lo prometido, los restos del primer cuerpo recuperado fueron trasladados a la Ciudad de México para su análisis, lo que generó aún más resentimiento entre ellos. Criticaron duramente a funcionarios como Luisa María Alcalde y César Fuentes, así como a la propia Fiscalía General del Estado, acusándolos de mentir y manipular la información.
Además, la presencia de las autoridades en el sitio del accidente también ha sido motivo de controversia. Según los deudos, después de la extracción de los primeros restos el viernes, el personal de la Fiscalía General de la República y de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social abandonó el lugar, dejando a las familias sin respuestas claras y sin un canal de comunicación abierto.
Ante la falta de avances concretos y la confusión reinante en el lugar, algunas familias han decidido levantar el campamento que mantenían a las afueras de la mina debido al agotamiento físico y emocional, mientras esperan información precisa sobre los avances en las labores de rescate.
Hasta el cierre de esta nota periodística, ninguna de las dependencias involucradas ha emitido un comunicado al respecto.
En medio de este clima de incertidumbre, las familias afectadas continúan exigiendo respuestas claras y acciones concretas por parte de las autoridades. El dolor y la frustración son palpables en Pasta de Conchos, donde cada nueva revelación solo aviva el descontento y la desconfianza hacia quienes prometieron justicia y transparencia en el caso.