Pese a amenazas de aranceles, empresas en Coahuila no han mostrado intenciones de irse
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A unos días de la entrada en vigor del arancel del 25 por ciento a las exportaciones de México, anunciado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, diversas voces en Coahuila coinciden en señalar que, a pesar de la incertidumbre generada, las empresas que se encuentran en el Estado no han mostrado intenciones de irse y por el contrario, aún hay inversiones en puerta.
Luis Olivares, secretario de Economía de Coahuila, aseguró que, aunque el panorama es incierto debido a las amenazas de Trump que se han dado desde su campaña presidencial, las empresas instaladas en el Estado no han expresado su intención de retirarse, aunque sí se han registrado ciertos retrasos en la firma de algunos contratos de proyectos.
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”Las empresas que han llegado a instalarse a Coahuila, son a largo plazo y las empresas que están aquí tienen algunas 20, 30, 40 años, entonces la situación que hoy día se vive no va a cambiar sus sus estrategias de negocio por un periodo de 4 años”, señaló el funcionario.
Además, recordó que hay una comitiva del Gobierno Federal se encuentra en Washington realizando gestiones ante el gobierno estadounidense, y se espera que los resultados de estas negociaciones se concreten en los próximos días.
“Obviamente, tenemos que estar ocupados en ver cómo nos adecuaremos a lo que finalmente pase, pero ahora sí que es nuestro trabajo del día a día estar cerca de las empresas”, dijo.
CONCRETAN REVISIONES SALARIALES
Por otro lado, Xavier Galindo, presidente de la Asociación de Administradores en Recursos Humanos Coahuila Sureste (ARHCOS), comentó que más del 90 por ciento de las plantas en el Estado continúan con las negociaciones para las revisiones salariales, sin embargo, algunas han pausado el proceso.
Señaló que la mayoría sigue con su agenda de aumentos salariales, que este año se están ubicando entre el 6.5 por ciento y el 9 por ciento, en comparación con el 9 al 10 por ciento del año pasado y estimó que, para el primer trimestre, el 60 o incluso hasta el 70 por ciento de las plantas habrán cerrado sus negociaciones salariales.
En tanto, Alfredo López Villarreal, presidente de Coparmex-Coahuila Sureste, dijo que las amenazas de Trump son parte de la estrategia negociadora del Presidente estadounidense y expresó su confianza en que las negociaciones entre ambos países traerán buenos resultados, ya que, de lo contrario, Coahuila se vería en desventaja frente a otros estados del País.
“Esperemos que a final de cuentas el equipo de alto nivel que está ahorita en Estados Unidos de México logre avances significativos con resultados hacia el gobierno de Estados Unidos y demuestre que México está para grandes cosas”, señaló.
A pesar de las amenazas recurrentes, el líder empresarial consideró que trasladar la producción a Estados Unidos sería muy costoso para las armadoras, ya que, incluso con el 25 por ciento de arancel, los costos de trasladar la maquinaria y obtener mano de obra calificada a sueldos competitivos serían elevados.
‘COAHUILA SE CONVERTIRÍA EN UN PUEBLO FANTASMA’
Por su parte, Jesús Berino Granados, secretario general adjunto de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) en el Estado, señaló que esperarán los resultados de las negociaciones trilaterales entre México, Estados Unidos y Canadá. Aseguró que, aunque actualmente las empresas armadoras están en un clima de incertidumbre, la situación no ha llegado al extremo de una retirada inminente.
No obstante, señaló que la revisión del contrato con los trabajadores, que incluyen negociaciones salariales, se han estado posponiendo hasta que la situación se aclare y afirmó que debido al retraso estos serán retroactivos.
El dirigente sindical también destacó que, en caso de que las armadoras decidieran abandonar Coahuila, la situación económica de la región podría volverse crítica, y convertiría al Estado en “un pueblo fantasma”.
“General Motors tiene 10 mil trabajadores y otros 15 mil de Stellantis más todos los proveedores. Nos convertiríamos en un pueblo fantasma”, opinó.