Casa del Ejército, escenario de ‘la masacre de Allende’

Piedras Negras
/ 18 junio 2016

Uno de los lugares más violentos en el estado, es ahora sede de cuartel de fuerzas militares

PIEDRAS NEGRAS, COAH.- Fernando Purón Johnston, alcalde de Piedras Negras, revisa vialidades, agua potable, electrificación y todo lo necesario para que la Casa del Ejército en Coahuila funcione a la perfección. 

Relata a El Universal que la idea de la edificación surgió  en mayo de 2014, durante una reunión de seguridad en Saltillo. 

“Ahí estaban los comandantes de la Onceava Región Militar, general de División Cuauhtémoc Antúnez y el de la Sexta Zona, César de la Sancha Villa; de repente el gobernador Rubén Moreira Valdez volteó y me preguntó: “¿Podrá usted conseguir un terrenito de unas 60 hectáreas? 

“Es para un regimiento militar, tenemos que llevar más fuerza de seguridad a la frontera y qué mejor que el Ejército”, agregó. 
Saliendo de la junta me regresé y hablé con el general Antúnez, le pregunté qué características debía tener el predio, el lugar más conveniente y conseguí dos opciones y en julio de 2014 vino el titular de la Sedena y eligió uno.  Ordenó que se hicieran estudios de factibilidad, como pruebas de mecánica de suelo, para ver la resistencia, curvas de nivel topográfico para que no se inunde en caso de lluvias y todo se hizo como lo pidió. 

DONDE REINÓ LA VIOLENCIA
La región fronteriza donde se edificó este cuartel fue escenario de hechos violentos. Uno es el conocido como “la masacre de Allende”, la fuga de 129 reos del penal de Piedras Negras y la revelación de que ahí se cometieron al menos siete homicidios a manos de Los Zetas, quienes entraban y salían de ese penal sin restricciones, aunque de que se cometieron hasta 150 ejecuciones y los cuerpos fueron incinerados y desaparecidos. 

UNA VENGANZA DE 5 MDD
El 18 de marzo de 2011, Los Zetas irrumpieron en el poblado de Allende, a casi 60 kilómetros de Piedras Negras, en los Cinco Manantiales, colindante con la Zona Norte, en la frontera con Estados Unidos. 

Un comando a bordo de más de 30 camionetas atacó varias casas y secuestró, de acuerdo con cifras extraoficiales, a 300 personas, entre hombres, mujeres, niños y ancianos. 

Los pistoleros, empuñando rifles de asalto y abastecidos con granadas, destruyeron 48 viviendas. 

Vecinos de Allende aseguran que el ataque fue por venganza de Los Zetas contra un distribuidor de droga que les robó cinco millones de dólares de un cargamento 

La indagatoria inició tres años después, en marzo de 2014. La PGJE a través de la Subprocuraduría para la Investigación y Búsqueda de Personas No Localizadas efectuó un censo de daños e investigaciones de campo y encontró en algunos ranchos tambos con huellas de que  incineradas varias personas. 

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