Por violencia vicaria, 8 de 10 mujeres son separadas de hijos
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La violencia vicaria provoca estrés, miedo, depresión, ansiedad y alteraciones sicológica en los menores, que son usados y manipulados para causar daño en la pareja
El Frente Nacional contra la Violencia Vicaria informó que el 81% de las mujeres que sufren violencia vicaria han sido separadas de sus hijas e hijos, mediante la sustracción de los menores por parte de la expareja.
Este tipo de violencia se ejerce por la expareja para dañar a los menores y con ello provocar sufrimiento emocional o sicológico en la madre o el tutor que cuenta con la patria potestad, como no darles pensión y causar dolor físico, a pesar del afecto que se pueda tener por los menores.
Por el daño sufrido, el 24% de las mujeres desarrolló ideas suicidas, el 37% desarrolló gastritis y 43% colitis. De 3 mil 8 mujeres que iniciaron el estudio, 777(35%) lo abandonaron por miedo y no revelar información personal.
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El documento “Violencia Vicaria. Encuesta Nacional a Víctimas”, reveló que el 100% de las mujeres declaran haber sufrido algún tipo de violencia por parte del papá de las hijas e hijos, lo que motivó el término de la relación o levantar denuncia en contra del agresor.
Además, en el 94% de los casos, el generador de violencia cuenta con recursos que le permiten favorecerse en los procesos legales e impiden el acceso inmediato a la justicia, en tanto que el 76% ha recibido amenazas en el sentido de no permitirles volver a ver a las hijas e hijos.
El 57% han sido denunciadas por violencia familiar teniendo ellas la guardia y custodia con el propósito de quitarles los hijos y que pasen al cuidado del agresor o algún familiar paterno.
En el 62% de los casos, el agresor simuló actos jurídicos o falsificó documentos para lograr que las autoridades les favorezcan con la asignación de los menores y el 82% negó dar pensión alimenticia. Unicamente el 39% de las mujeres que se encuentran sin sus hijas e hijos tienen algún tipo de convivencia vigilada o limitada con ellos, y el 59% fue obligada a salir del domicilio que compartía con el agresor.
La violencia vicaria provoca estrés, miedo, depresión, ansiedad y alteraciones sicológica en los menores, que son usados y manipulados para causar daño en la pareja, sin importar que ellos sufran, lo que causa daño irreparable.