Saltillo: don Toño, la víctima de los estafadores inmobiliarios que quedó en la calle y enfermo
Don Toño verifica una y otra vez la identidad de quien llama a la puerta, quita el candado aún temeroso e invita a pasar a la casa que tiene prestada -su comportamiento es natural: fue amenazado de muerte-, es un hombre de la tercera edad, con padecimientos crónicos y dificultades para ver, es también uno más de las decenas de personas defraudadas por la red de estafa inmobiliaria de Lizeth, la misma acusada de despojo en Residencial San Alberto.
Sin embargo, la historia de don Toño es distinta: el primer jefe de Lizeth, Luis Enrique Cubas Otero, lo amenazó de muerte si presentaba denuncia de la estafa que lo dejó en la calle; Cubas murió en marzo de 2021, luego de recibir una golpiza en el Penal de Cadereyta, Nuevo León; en donde llevaba un proceso por fraude de 29 millones de pesos, producto precisamente de la venta de casas que no eran de su propiedad.
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Tanto Cubas Otero como Lizeth, arraigada en el Residencial San Alberto en una casa que presuntamente despojo, iniciaron en Saltillo después del 2017 la venta de casas, sólo que enganchando a los clientes bajo el argumento de que eran viviendas que Infonavit había quitado por falta de pago, sin embargo, el modus operandi es muy similar al actual, porque Cubas no fue representante de legal de Infonavit como hacía creer, ni tampoco eran casas en remate, sino que tenían legítimos propietarios, pero estaban sin habitar o rentadas.
A don Toño lo defraudaron en dos ocasiones: la primera con más de medio millón de pesos por dos casas en Brisas Poniente y Fundadores, ambas supuestamente de Infonavit, pero que igual pagó en efectivo ante el notario público número 90 Rogelio Zertuche en el año 2017, sin embargo, nunca pudo al menos ocupar alguna de las propiedades.
Luego de retirarse como trabajador por honorarios en una dependencia del Gobierno Federal, don Toño decidió vender una propiedad grande y bien valuada, para comprar una casa más chica e invertir en otra para poder sostenerse en su vejez, puesto que su pensión es apenas de mil 200 pesos mensuales debido a su escasa cotización.
EN LA CALLE Y ENFERMO; SÓLO QUERÍA INVERTIR PARA SU VEJEZ
Después de esa transacción, en la que se quedó prácticamente en la calle, don Toño demandó a Lizeth y Cubas en el 2018, pero desde entonces han pasado 7 agentes del ministerio público y cinco años sin que su denuncia se judicialice.
Tras tener un acercamiento con Lizeth en ese mismo año, ella le devolvió 10 mil pesos de su comisión como vendedora de su patrón Cubas, pero lo volvió a convencer de comprarle una casa supuestamente de su propiedad, localizada en Las Brisas, y por esta pagó 205 mil pesos.
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Ocupó la casa hasta que aparecieron los dueños y le iniciaron un juicio que lo dejó nuevamente sin bienes y sin dinero, porque al perder el juicio de la vivienda que le había vendido Lizeth, fue desalojada en el 2019 y tuvo que pagar el costo del abogado de la contraparte.
Actualmente vive en una casa prestada, apenas si tiene movilidad, los médicos le dijeron que debe someterse a hemodiálisis, y tiene secuelas de aneurismas que le impiden caminar bien, además de padecer arritmia; no ha podido iniciar el tratamiento porque su pensión apenas le alcanza para comer dos gorditas cada dos días y guardar dinero para acudir ante la Fiscalía General del Estado a darle seguimiento a sus casos, aunque sin resultados.
A don Toño le parece extraño que en cinco años sus denuncias no hayan podido avanzar nada y que uno de los ministerios públicos designados por la FGE no movió la carpeta de investigación en un año y medio.
Además, cuando ocupó la casa de Las Brisas, la que Lizeth le vendió en 205 mil pesos, le llegó un recibo de predial a su nombre, pero cuando fue a hacer efectivo su descuento de adulto mayor se topó con la sorpresa de que la propiedad estaba inscrita a otro nombre, por lo cual sospechó de complicidad con diversas autoridades de todos los órdenes de gobierno.
En el Infonavit, por el caso de Cubas Otero, quien se ostentaba como representante legal ante notarios públicos de Coahuila, sólo le respondieron que el caso estaba reportado, pero que no podían hacer nada.
El catálogo de vivienda que ofrecía Lizeth, como vendedora de Cubas Otero, era tan extenso, relata don Toño, que había más de 200 propiedades en colonias como Brisas, Fundadores, Mirasierra y muchas colonias más de Saltillo, pero también de Parras, Torreón, Monclova y otros municipios de Coahuila.
