Saltillo: tercer turno en industria causa ansiedad, cambios alimenticios y trastornos de sueño
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El horario nocturno en las industrias de Saltillo, o tercer turno como se le conoce comúnmente, tiene consecuencias como ansiedad, cambios alimenticios y trastornos del sueño, coincidieron una experta y empleados de la industria.
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Enrique Rivas, trabajador de la industria automotriz, señaló haber laborado en ese turno durante tres años, lo que le causó problemas gastrointestinales, trastorno del sueño e incluso Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG).
“Te dan ganas de vomitar al principio, como que se te voltea el tracto digestivo y no puedes comer. Con el tiempo ya no puedes dormir porque llegas en la mañana a tu casa y es de día. Un doctor me dijo que en la noche es cuando el cuerpo libera melatonina, por eso me la recetó para poder dormir en el día”, contó Rivas.
Un empleado de Stellantis que pidió anonimato señaló que le costó trabajo adaptarse al tercer turno, ya que nunca lo había tomado. Tuvo que tomar café para mantenerse despierto durante la noche, señalando que cambia mucho la rutina diaria.
“Creo que hay más cansancio físico y mental. Donde yo trabajo no se respetan las horas que se deben laborar, ya que deben ser 7 horas, pero actualmente trabajamos casi 9 horas más 3 de transporte, lo que equivale a 12 horas diarias. Eso afecta en tu rendimiento”, destacó el empleado.
TRABAJO NOCTURNO DESAJUSTA RITMO CIRCADIANO
El artículo “¿Trabajar de noche puede repercutir en tu salud?” de la revista TecScience, publicado en mayo de este año, señaló que “las consecuencias negativas del trabajo nocturno se deben al desajuste circadiano, un término que hace referencia al desfase entre el momento del sueño y el de despertar, el ciclo luz-oscuridad y otros ritmos circadianos como los conductuales, fisiológicos, hormonales y celulares”, basado en una investigación de la School of Health, Medical and Applied Sciences de la Central Queensland University.
La publicación del Tec de Monterrey recogió que en México 931 mil personas cuentan con turnos laborales nocturnos, mientras que 3 millones 523 mil tienen jornadas mixtas, según información de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Asimismo, más de 2 millones 318 mil empleados también dijeron rolar turnos.
Enrique narró que su TAG, desarrollado tras varios meses en el tercer turno, le hacía estar nervioso todo el tiempo, tener miedo incluso cuando estaba acostado e incluso de salir a la calle.
“Sentía miedo de salir a la calle porque pensaba que algo me iba a pasar. Si escuchaba, por ejemplo, una plática de unas personas que decían ‘se murió fulano, le dio un infarto’ o algo así, yo sentía que eso me iba a dar a mí. Ese tipo de miedo sentía, pero sin razón. Y ya me sentía bien acelerado y me sudaban las manos del trastorno que tenía. Tuve que ir un año a terapia y tomar ansiolíticos”, narró.
Enrique narró para VANGUARDIA que incluso llegó a quedarse dormido en su coche cuando salía del trabajo cerca de las seis de la mañana, hecho que, si bien no pasó a mayores, le causó aún más preocupación.
Asimismo, señaló que al hacer trabajos mecánicos que son repetitivos, es común que los empleados trabajen en una especie de modo automático, lo que llega a causar accidentes laborales.
El ingeniero señaló que muchas empresas recurren a asignar los horarios nocturnos de sus empleados durante todo un mes, después al segundo turno y luego otra vez al primero, esto para permitir que el cuerpo se acostumbre al horario.
FALTA DE DESCANSO, FACTOR DE RIESGO
Al respecto, la académica de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC) en la Facultad de Psicología expresó que más que un tercer turno, lo que representa un factor de riesgo para los trabajadores es la falta de descanso y la capacidad para recuperar su estabilidad física.
“Entonces es muy complicado porque tendríamos que poner en una balanza qué pesa más: la afectación emocional por una mala calidad del sueño o la afectación emocional, social y familiar que puede llegar a tener por no contar con unos ingresos económicos que me permitan una subsistencia, una calidad de vida que requiero.
“En este sentido, muchas personas aceptan horarios y rotación de turnos y algunas condiciones, digamos, no tan cómodas para poder tener otro tipo de ingresos económicos y beneficios laborales”, explicó Valdés.
La psicóloga señaló que la rotación de turnos per se no es causante de las afectaciones, sino que se ven más afectadas las personas que ya contaban con algún factor de riesgo, como puede ser alguna adicción o violencia familiar.
Asimismo, señaló que cada vez son más las empresas que están al tanto de este tipo de situaciones y que tienen personal psicológico no solo en el área de recursos humanos, sino también atendiendo la salud mental del personal.
En ese sentido, indicó que si es obligatoria una rotación de turnos, es importante que se dé en periodos de tiempo más prolongados.
“No es lo mismo estar rotando turnos cada semana, que estar rotando turnos a lo mejor cada 15 días o cada mes. Eso puede ayudar a que la persona se ajuste y permanezca durante un tiempo más largo en cierto horario, y su cuerpo se acostumbre, afectándole menos”, explicó.
“Yo creo que las empresas cada vez están más socialmente comprometidas, cada vez están buscando eliminar estas afectaciones que pueden llegar a haber en sus empleados, porque saben que esto también repercute en la productividad. Si tengo a un empleado que durmió mal y llega a su turno en condiciones no óptimas, no trabajará de la mejor manera el tiempo que esté aquí, independientemente del turno en el que se encuentre”, dijo la psicóloga.
Asimismo, puntualizó: “Creo que sí hay un avance importante, pero obviamente se tiene que seguir haciendo más legislación al respecto, se tiene que seguir robusteciendo esta parte de compromiso de las empresas, pero sí hay algunas que ya han empezado a implementarlo”.
