Aún sin castigo joven saltillense que dio golpiza a su novia

La Fiscalía General del Estado dio a conocer que hasta el día de hoy todavía no se ha detenido al joven que fue denunciado a través de las redes sociales por su expareja, a raíz de un episodio de violencia física a la que fue sometida.

Mel Torres, quien era la pareja de Diego, expuso el pasado domingo en su cuenta de Facebook una serie de fotografías donde aparecía con grandes manchas de sangre en la cara y solicitando auxilio desde la carretera Saltillo-Zacatecas, donde fue abandonada.

De acuerdo con el relato, la joven dijo a las autoridades que horas antes de ser encontrada, Diego la había sacado de su domicilio en la colonia Topo Chico, amenazándola de que si no subía al auto, agredería a su hijo.

“Necesito ayuda por favor, Diego… me acaba de golpearme; quiso matarme, ayuda por favor, no sé bien dónde estoy. Diego me quitó mi celular y corrió, por favor ayúdenme”, expresó la joven.

Un día siguiente de la noticia, la familia de Mel Torres informó en redes sociales que la joven se encontraba bien, y manifestó que Diego ya tiene algunos antecedentes de violencia, por lo que difundió su foto.

Aunque este caso fue uno de los más sonados en los últimos días, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en Coahuila se registran en promedio hasta 150 llamadas diarias por situaciones de violencia contra la mujer, registrados hasta agosto 7 mil 48 llamadas por violencia específica contra la mujer, otras 89 por abuso sexual, 212 por acoso u hostigamiento, 48 por actos de violación, 4 mil 748 por violencia de pareja y 24 mil 141 llamadas por violencia en las familias.

De acuerdo con la información de la Fiscalía, en específico sobre el caso de Mel Torres, hasta estos momentos todavía se está integrando una carpeta de investigación para los hechos relacionados con el denunciado Diego “N”, y será hasta que esta concluya cuando se informe sobre la situación legal que enfrentará.

Sin embargo, los delitos de lesiones o violencia familiar por las que podría ser aprehendido, no necesariamente tienen una pena de cárcel, pero sí medidas restrictivas contra el agresor.