Critica lector a 'Catón' por negarse a opinar sobre el caso Moreira
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Confieso que el señor Armando Fuentes Aguirre, personaje del “Atenas de México” nunca ha sido “santo de mi devoción”. En su artículo “Hora difícil” publicado el pasado 16 de enero en el diario local de Coahuila, “Catón” escribe: “Frodisio le dijo a Simpliciano: “Sé que andas de novio con esa muchacha a la que le dicen ‘La tos ferina’”. El boquirrubio se amoscó: “¿Por qué le dicen así?”. Contestó Afrodisio: “Porque todos la tuvimos alguna vez”.
Su peculiar estilo y denominado por algunos como “sabio humor” en esta ocasión me parece una muestra del inadmisible machismo disfrazado de chiste, gracia sin sentido del humor que solo contribuye a mantener estereotipos validándolos desde la hilaridad. Pero soy realista, si algo caracteriza la peculiar personalidad es precisamente su estilo conservador (de ahí mi esfuerzo inicial por estar ad hoc con el referido —santo, devoción—).
Por lo que se refiere a su camaradería con los Moreira, afirma: “Jamás diré yo mal de Humberto Moreira Valdés. Es mi amigo… y lo es también Rubén”, y lo reitera: “Nunca”. Dice que se le tachará de mal periodista por tales afirmaciones. Pues bien, no se trata de su persona, sino de la profesión. El periodismo ejerce un rol fundamental para las democracias y por tanto debe usarse con responsabilidad. Lo que se dice o escribe tiene influencia en la sociedad de distintos modos. Resulta nocivo para la democracia que en los diarios se escriba “más con el sentimiento que con el pensamiento”. No se puede engañar a la sociedad. No se trata pues que escriba bien o mal de alguien, sino que se escriba de la realidad tratándose de quien se trate. Caso contrario, falta a la verdad y por tanto a su profesión.
En ese mismo sentido modifica una cita de Aristóteles para referirse a la amistad, prefiriéndola sobre la verdad. Pero ya que lo alude, es importante considerar que para el polímata estagirita “la amistad más duradera es la fundada en la virtud”. Es claro que para la mayoría del pueblo norteño de Coahuila Humberto Moreira dejó de ser su amigo hace tiempo en función del engaño y pérdida de tal cualidad. Sobre la verdad, Platón dijo (o dicen que dijo): “Hay que tener el valor de decir la verdad, sobre todo cuando se habla de la verdad”. León Trotski señaló que “exponer a los oprimidos la verdad sobre la situación es abrirles el camino de la revolución”. Quizá en Coahuila haya que hacer una valoración en donde sea más relevante comunicar la verdad de su realidad político-económica por encima de una amistad.
De igual forma agrega en defensa de su amigo: “Transformó no sólo a Saltillo, sino a todas las poblaciones de Coahuila”. Si con transformación se refiere a los puentes vehiculares construidos por Humberto (referente más utilizado para la defensa del priista) le informo que éstos se encuentran en malas condiciones, con daños estructurales por la baja calidad de construcción. Se registraron hundimientos de hasta nueve metros así como incontables daños en la infraestructura vial saltillense producida en el periodo del ex gobernador. Costosos pero defectuosos.
Muchas veces la admiración por una persona llega al punto de cegarnos ante la realidad. Afirma “Catón” que Humberto “sigue gozando en su solar nativo de aprecio y popularidad. Si aun después de su defenestración se hubiese presentado en su ciudad como candidato a un puesto público, de seguro habría ganado la elección”. Esa afirmación no se sostiene. Podrá tal vez seguir gozando de admiración entre algunos ilusos con aspiraciones a “gran político”. De lo que estoy seguro es que hoy no existe tal aprecio y popularidad en las mayorías como lo afirma Fuentes Aguirre, no por nada el oriundo de Saltillo prefirió vivir entre Barcelona y Cuernavaca durante los últimos años. ¿Ganaría una elección? convencido que no, lo más que podría suceder en su favor es que obtuviera votos de las lideresas de la periferia, aclaro que esto sería únicamente como consecuencia de las prácticas clientelares arraigadas en la política local, así como del analfabetismo político, no de la información, conciencia y reflexión.
Por otra parte, no puedo negar que Catón pronostica bien cuando escribe que su artículo produciría “opiniones adversas, y aun injurias”. ¿Cómo no había de producir ambas cosas, si desde ahí se defiende a quien dejó a coahuilenses indefensos, con un sistema judicial que no les hace justicia en el tema de una deuda que no pidieron pero que tienen que pagar, un Poder Judicial que no encuentra delito ni responsables, un territorio asediado por el narcotráfico y la violencia donde ni sus propios hijos estaban seguros, un Allende que continúa con su reconstrucción, una monarquía, un cínico nepotismo? Su artículo defiende a quien en 2010 de cada 100 pesos destinados al combate a la pobreza solo comprobaba 14 pesos, según su propio informe de gobierno.
Sé que Armando comprenderá que no son injurias, sino realidades del estado donde nací. Espero que entienda que si hay una molestia colectiva en Coahuila razones han de haber. Después de todo Aristóteles también dijo: “Cualquiera puede enojarse, eso es algo muy sencillo. Pero enojarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo”.
Finalmente el axioma jurídico “In dubio pro reo” que utiliza Aguirre podría indudablemente aplicar en la justicia mexicana, sobre todo si se trata de un político. En cambio en los juzgados de España parece que no hay tanta duda como aquí sobre los actos ilícitos de su amigo: cohecho, blanqueo de capitales y asociación criminal entre otros delitos. Para las y los coahuilenses parece que tampoco cabe duda, incluso parece ser la hora feliz en Coahuila, el momento donde por fin ciudadanos ven a un político ser llamado a cuentas y quizá un probable acto de justicia en el futuro… aunque sea en el extranjero. Ese sí es un chiste. Me sé otro: #MisiónCumplida.
“Pienso que todos estamos ciegos. Somos ciegos que pueden ver, pero que no miran”.
José Saramago
@JuanDavilaTovar