Cuando la Navidad en Saltillo se cocinaba en el horno de leña en las panaderías

Saltillo
/ 21 diciembre 2025

Durante décadas, familias saltillenses acudieron a panaderías como El Merendero para hornear sus cenas navideñas, una práctica comunitaria, gratuita y hoy casi olvidada, que sobrevivió por más de 100 años

Mucho antes de que las cenas navideñas se pidieran por encargo o se prepararan en hornos eléctricos, en Saltillo, acudir a las panaderías del barrio para cocinar su cena de Navidad en los grandes hornos, era una tradición que hoy ha quedado casi olvidada.

Pavos, piernas y otras carnes entraban al horno de leña días antes de las fiestas, en un ir y venir constante que formaba parte de la vida comunitaria.

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El Merendero, la panadería de pulque más antigua de Saltillo y con más de 170 años de historia, fue uno de esos espacios. De acuerdo con Eleazar Valdés, descendiente de la familia fundadora, el servicio de horneado se ofreció de manera gratuita al menos durante un siglo, aunque su origen podría ser incluso anterior.

“Mi abuela estuvo al frente de la panadería del 64 al 2004, estuvo 40 años al frente. Pero este servicio no lo inventó ella; lo hacía mi abuelo y antes de él, su mamá. Era una tradición heredada”, recordó.

Los registros familiares ubican esta práctica, al menos, desde que la panadería se estableció en su actual ubicación, entre 1919 y 1930. No se anunciaba ni se cobraba, sino que las familias acudían por cercanía, confianza y comunidad. Muchos eran clientes habituales del merendero; otros, personas que no contaban con estufa u horno en casa.

La particularidad del horno de leña hacía posible esta dinámica, pues según Eleazar, el calor se conservaba durante días, lo que permitía meter tandas completas de alimentos. En temporada decembrina, algunas familias acudían hasta tres días antes de Navidad para cocinar ocho piezas de pavo o pierna por tanda, en jornadas que podían repetirse varias veces al día.

El servicio fue especialmente útil para familias grandes que necesitaban cocinar grandes cantidades de comida con rapidez, pero también para quienes buscaban el sabor característico del horno o no tenían los recursos para preparar una cena completa en casa.

“No se cobraba porque mucha gente no tenía recursos. Mis abuelos eran muy apegados a la caridad y por eso nunca se cobró. Era poner el horno y compartirlo”, explicó.

$!La tradición comenzó a desaparecer con el paso del tiempo, hasta extinguirse por completo en diciembre de 2019, cuando el horno se utilizó por última vez para la preparación de cenas navideñas.

La retribución llegaba de otras formas. Quienes usaban el horno regresaban después con comida, dulces, sidra o algún obsequio. Según Eleazar, el horno también ‘cocía’ vínculos que iban más allá del favor y durante semanas, la familia compartía lo que otros llevaban como agradecimiento.

Con el paso del tiempo, la práctica se fue reduciendo. A principios de los años 2000 todavía se prestaba el servicio a familiares y clientes muy cercanos, hasta que, tras el fallecimiento de doña María Pascuala, abuela de Eleazar, conocida por todos como doña Mary, la tradición comenzó a extinguirse. La última vez que el horno se utilizó para cenas navideñas fue en diciembre de 2019.

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Reportera apasionada, desafiante y polifacética por naturaleza. Egresada de la Universidad Interamericana para el Desarrollo con experiencia en cobertura de política y locales.

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