Homenajean con altar a fotógrafo Francisco Luebbert: ‘Nos queda su perfeccionismo’
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Su esposa Irma destacó que el legado de Francisco está principalmente en el conocimiento que tenía sobre fotografía e iluminación
La casa marcada con el 451 de la calle de Bravo en el Centro Histórico de Saltillo fue el hogar del matrimonio entre Francisco Luebbert e Irma Peralta durante 20 años.
Desde hace un mes, la trascendencia de Francisco impactó la casa dejando un vacío por sus enseñanzas, su creatividad, su talento y su asombrosa capacidad para encontrar maneras de transmitir conocimiento.
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Irma, sus hijas y sus nietas, con el dolor latente de su reciente partida, instalaron este sábado un altar de muertos en homenaje a un hombre que dejó huella con su talento y su generosidad.
“Fue un hombre muy, mucho, muy talentoso en cosas de fotografía. Él viene de familias de fotógrafos y siempre estuvo en algunos lugares aquí dando clases de fotografía. Yo lo veía como que él era el más perrón de Saltillo, pero no sé si será cierto como para decirlo así en público, pero yo no conocí ni aquí ni en Sonora a alguien como él”, expresó Irma.
Originarios ambos de Guaymas, decidieron venir primero a Monterrey a acompañar a uno de sus hijos a sus estudios. Sin embargo al poco tiempo se casó y fue Francisco quien decidió vivir en Saltillo, donde sintió una conexión especial.
“A él le gustaba Saltillo mucho y siempre le gustaba hasta sentarse en la plaza y cosas así. Yo siempre he extrañado mi tierra, la verdad. Yo soy del mar, lo mío es de mar y él también. Pero él se halló bien aquí en Saltillo y le gustaba dar clases”.
“A Francisco no le gustaba Monterrey, quiso venirse a vivir a Saltillo, que le gustaba mucho. Venimos un fin de semana a conocer y estaba esta casa que se vendía y ya la compramos rapidísimo y se restauró y ya es una casa del siglo XVIII”, expresó.
Reconoció que sus orígenes norteños no le acostumbraron a hacer altares de muertos, pero le gustó como una manera de honrar a Francisco.
“A él le pusimos cámaras pero no son las de él. Como que él sabía de su muerte entrando el año, porque en diciembre del 2023 empezó a cerrar círculos de lo que era su vida de fotógrafo. Un día ya decidió y dijo ‘el sábado vendo todo’ y abrió aquí, se vendieron sus cosas y después se puso a hacer unos aparatos médicos que, eso sí, se distribuyen en Europa”, contó Irma.
SU CONOCIMIENTO, SU LEGADO
Irma destacó que el legado de Francisco está principalmente en el conocimiento que tenía sobre fotografía e iluminación, lo que transmitió a personas más jóvenes.
“Las personas le tienen mucho aprecio y sobre todo muchos jóvenes que él les enseñaba cosas de fotografía y de iluminación. Pienso que es una persona que tenía muchísimo conocimiento, más allá del conocimiento que se conoce en la República”, apuntó.
Agregó que de Francisco quedan sus conocimientos, pues aparte de ser muy prácticos, siempre fue muy perfeccionista en todo lo que hizo.
“Él siempre tenía unas ansias de transmitirte a ti que ibas empezando. No le importaba que tú dijeras ‘es que yo puedo a las 11:00 pm’, o ‘es que yo puedo más temprano’, ‘es que yo no tengo dinero’. Él quería que tú te empaparas del conocimiento de él”, señaló Irma.