Imperio, el billar más antiguo de Saltillo
Ciudad conservadora, le dicen a Saltillo. Lo cierto es que va cambiando. Por ejemplo, en el billar Imperio, el más antiguo de la ciudad, tuvieron que abrir un baño para mujeres.
Esa idea de que el juego del billar es solo para hombres y de que las mujeres no entran a este tipo de lugares, quedó atrás.
El billar no discrimina, tampoco la carambola, ni el dominó, los tres servicios que se ofrecen en el Imperio.
La carambola y el billar tienen similitudes, como jugarse en una mesa forrada de paño, con bolas y el uso de tacos.
El primero consiste en que una bola toque a otras dos; el segundo se caracteriza por embocar las bolas en las buchacas (orificios en la mesa) mediante diversas modalidades de juego.
Algo de este entretenimiento cautivó a don Pedro de Valle, quien decidió presentarlo a los saltillenses. Él era un visionario, hombre de negocios.
Fue su idea abrir el primer centro de billar en la capital coahuilense. Antes de que se le llamara Imperio, se le conoció como: La India.
Este negocio local presume en su logo tener más de 76 años de historia, desde 1946. Aunque los documentos que resguarda la familia de Valle, muestran que la iniciativa de don Pedro antecede al 29 de agosto de 1937, cuando compró sus primeras tres mesas de pool.
Así se lee en la carta firmada por Brunswick Balke Collender de México S.A., una fábrica mexicana de mesas de billar con barandas, en ese entonces radicada en Monterrey, Nuevo León.
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Con esas tres mesas don Pedro aperturó el billar que desde siempre ha estado en el primer cuadro de Saltillo.
Primero en calle Juan Aldama, luego Guadalupe Victoria y después en la ubicación actual, donde lleva más de 70 años: sobre la calle Manuel Acuña #475, entre Lerdo de Tejada y Pérez Treviño.
Historia, precisión y fantasía
La entrada al Imperio se pierde entre los locales comerciales. El letrero blanco con letras negras “Accesorios para billar”, pegado en una pared, no hace justicia a la nave de entretenimiento que se esconde tras la fachada de ladrillos.
Adentro, una bodega que antiguamente era un almacén de granos como maíz y frijol. Los altos techos con tragaluz que hasta hoy persisten, lo volvían un sitio ideal para esta función.
En ese espacio de más de mil metros cuadrados, rentado, hoy hay 15 mesas de billar, siete de dominó y siete de carambola.
En las paredes de Imperio hay un recorrido por la historia a través de fotos, mismas que evidencían la visita de personajes de talla mundial en el billar y en la carambola.
Entre ellos Joe Chamaco, conocido en el gremio como uno de los maestros más dominantes del billar en México.
Junto a él, destacan Gilberto Ávalos, saltillense por adopción al llegar a la ciudad a los seis años de edad. En su trayectoria suma competencias de carambola nacionales e internacionales.
Hace apenas un par de semanas, Roberto Rojas se convirtió en la figura más reciente que ha visitado el Imperio. Ofreció una exhibición con jugadas de fantasía con la que dio cátedra de la dosis de magia que conlleva la carambola.
Pero la historia del Imperio no solo la han conformado los maestros de estos juegos de precisión. Diario la escriben pensionados, estudiantes, grupos de amigos, solitarios y competidores nacionales.
El Imperio no cierra ningún día. La filosofía que legó don Pedro a sus familiares es la de abrir los 365 días del año, de 10:30 a 23:00 horas.
Eso comentó Jesús Pérez, actual administrador del Imperio. Con él, ya son tres las generaciones que han pasado por el negocio familiar.
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Sus padres, Jesús Pérez Vlades y Herminia de Valle Loera, le heredaron el proyecto que inició don Pedro, quien fuera padre de Herminia.
Solo el luto familiar en un par de ocasiones y la pandemia de 2020, han sido causa de que el Imperio cierre por algunos días.
Pero como la ha hecho por siete décadas, el Imperio supera las crisis y se adecúa a una sociedad cambiante. Cada mañana se encienden las lámparas, se limpian las mesas y se pulen las bolas de marfil.
Los sábados, se convierte en sede de torneos de carambola. Talentos saltillenses, competidores a nivel México, se reúnen ahí. Y de ellos, contaremos la historia en otra ocasión.
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