¿Las recuerdas, las amas o las odias? Las voces que marcaron la infancia en Saltillo
¿Recuerdas una juguetería en especial? ¿Alguna canción fue tan pegajosa que te la sabías de memoria? ¿Tarareaste alguna vez el comercial de un negocio?
¡Riiiiiiing! Suena el despertador. Cinco minutos más, por favor... la secundaria puede esperar. Alguien enciende la radio. El sueño te lo espanta el gallo de la XESJ –ese canto que conoces desde que tomabas biberón y que durante un tiempo hasta te dio un poco de miedo–.
Una voz femenina anuncia la hora: seis de la mañana. Después del kikiriki también dice la temperatura; con diez grados menos no habría clases, pero tus pensamientos se interrumpen cuando imaginas a tu papá subir enojado hasta tu cuarto porque no das señales de vida.
Bajas y él –ya listo para el trabajo– prepara el desayuno: pan con mantequilla y nesquik de chocolate. A estas horas la cocina de madrugada siempre es más fría y el sonido terco y característico del refrigerador taladra tus oídos con mayor fuerza. Su rumrumrumrum se mezcla con un comercial en la televisión de la sala.
“José paseaba en coche día y noche, tiraba las latas, papeles y cigarros”. Y comienzas a tararear imitando una guitarra. Todo el mundo canta esa canción últimamente. “¡Ya párenle, no ensucien mi ciudad!”. Menos gente tira basura en las calles por miedo a que les griten “Cochinón”.
Terminas de arreglarte. Subes al auto. Casi diez minutos de viaje en los que te preguntas por qué no te inscribieron a la escuela más cerca de casa.
Mientras avanzan en el tráfico de la capital, desde las bocinas del auto se escapa una ritmo pegajoso: “Para esa ocasión tan especial, Pastelería La Salle”. Tu cumpleaños está cerca. Los pasteles que hace tu mamá son ricos, pero no te caería mal uno de tres leches.
Unas cuadras antes de llegar al colegio, retumba en el coche una voz profunda. Da ofertas sobre sillones, salas y cosas para la casa. Entonces lo dice, hace lo suyo: “Mejor que José... ja, ja, no sé”. Nunca has entrado a una mueblería en tu vida. Pero si te preguntan por una dirías que Muebles José es la indicada. La risa de ese hombre es contagiosa. En tu cabeza dices incluso la dirección y teléfonos del negocio antes de llegar a la escuela.
Durante el recreo pasas por la dirección. Está vacía, pero hay una radio pequeña que anuncia con todas sus fuerza, a través de la dulzura de una mujer, que la papaya maradol está en oferta porque es martes de frutas y verduras. Sabes que a esa hora tus padres están planeando la comida, y muy probablemente a la salida tendrás que acompañarlo a Soriana por los ingredientes necesarios.
Y así sucede. Ya cuando dejaste en casa la mochila y el uniforme, y vas de camino al supermercado escuchas el tintineo de unas campanas y una canción que siempre anuncia la cercanía de la Navidad: “Los más lindos juguetes, son de Julio Cepeda”.
Te imaginas los estantes llenos de “muñecas, bicicletas, trenecitos... y carritos”. Por un momento se te antoja que te den un juguete, pero tus amigos se burlarían de ti por ser tan infantil; mejor que te regalen un discman como los que casi todos tienen.
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Llegas a casa y apenas puedes descansar un rato antes de la cita con el dentista. Te duele todo nada más de pensar en lo que te hará, pero no dejan de decirte que nomás es un piquetito.
Al salir, todavía con el sabor a látex y pasta dental en la boca, subes al coche. La pantalla del radio indica las seis de la tarde. Justo en eso un hombre anuncia “un momento de reflexión”. Por un tiempo creíste que cada día la frase sería diferente, pero ya sabes que la lección más valiosa es recordar “¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si se pierde a sí mismo?”.
Anochece, pero la música no para desde la radio, ni desde la televisión. Haces tus tareas. Te das un baño. Te preparas para que mañana, y hasta que termine la semana, todo sea más o menos igual. Tal vez harás. Escucharás lo mismo. ¿Qué cambia entonces? Quién sabe.
Es posible que cuando pasen los años, las memorias de este día normal sean detonadas por una voz familiar, una risa profunda pero amable, un par de acordes... Le pasó a tu papá, le pasó a tu mama. Te pasará a ti, piensas, y sonríes sabiendo que esta sensación de nostalgia se siente bien.
LOS ROSTROS DETRÁS DE LAS VOCES
Amalia Villarreal Lozano
El jingle de Julio Cepeda Jugueterías que por casi 50 años nos invita a adquirir sus juguetes fue grabado por la Dra. Amalia Villarreal Lozano, quien en su juventud perteneció a un coro de la iglesia junto a su actual esposo, y desde el estudio Disco Rey, de Eduardo Lozano Villarreal.
Se grabó en 1974, cuando aún era estudiante de medicina, como una propuesta para la Juguetería Kave, que la rechazó. Luego fue esta otra empresa quien aceptó la idea y decidió grabarla con su voz, pero también con intervenciones de dos niños, los hijos de Lozano, Eduardo quien se encargó de “bicicletas” y Ricardo, quien dijo “trenecitos”.
Sin embargo, el más pequeño de los dos, quien debía decir la parte de “y carritos”, batallaba mucho para concentrarse. En ese momento estaba apoyando con la grabación Luis Carlos Garza, quien tenía al niño sentado en sus piernas. Tras más de 20 intentos fallidos, decidió tomar el asunto en sus manos y, fingiendo una voz infantil, grabó la línea faltante que se quedó en la edición final. Es entonces su voz, junto con la de Ricardo Lozano, la que se escucha en el jingle. “Aunque nadie nos dedicábamos a eso empezamos a oírnos en radio, en televisión. Y entonces empezamos a tener bastante auge”, recordó Lozano.
Marco Antonio Aguirre
Don Marco Antonio Aguirre no requiere presentación. Su voz no solo es reconocida por ser la del comercial de Muebles José, sino también por su icónica participación con la Rondalla de Saltillo, entre muchos otros trabajos y obras en más de 60 años de trayectoria.
Hace más de 30 años, Salomón José, dueño de la mueblería, comisionó a varios locutores grabar distintas versiones para elegir la más adecuada. Aguirre, basado en su filosofía de que “no es el qué, sino el cómo”, introdujo la carcajada que se volvió legendaria.
“La frase es de Salomón, éramos muy amigos”, recordó el locutor, “a mí me gustaba llegar a saludarlo a Muebles José, y un día me dijo: ‘Mejor que José, no sé’, muy bonita la frase”.
Sergio García, Alejandro Gómez Millán y Ramiro Mejía
La campaña municipal promovida por la administración de Humberto Moreira en Saltillo, enfocada a crear conciencia contra la basura en las calles de la ciudad, estuvo a cargo de XM Comunicación, bajo la producción de Alejandro Gómez Millán y Sergio García, a través del estudio Audium —que también se ha hecho cargo de otros jingles, como el de Pastelería La Salle—.
La idea de cantar sobre un hombre, con tono de country, que se la pasaba tirando basura, surgió con la colaboración de Ramiro Mejía, quien compuso la canción del “Cochinón” en 2003, y a su vez la interpretó con apoyo de Gómez Millán como segunda voz.
“Yo siempre he pensado que la mejor vía para crear un reflejo en la familia es por los niños. Entonces dije, vamos a hacer un jingle, animado, que sea muy básico, y que la canción sea muy fácil de recordar”, comentó Gómez Millán sobre la producción, “los niños fueron los que más reprodujeran esta canción, y fueron los que hicieron que la campaña se hiciera viral”.
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Patty Alvarado
Esta locutora ha dado voz a muchas importantes marcas, como Pinturas Berel, Magnicharters y otros, en especial en Nuevo León, pero a nivel nacional es reconocida por ser quien nos anuncia más recientes y relevantes ofertas que podemos hallar en Soriana, con quienes ha colaborado desde los 80’s.
Patty es pariente de la poeta Carmen Alardín, quien a su vez es esposa de Ramiro Garza, ícono de la radio regiomontana. Con él encontró oportunidad laboral en Multimedios, hizo cápsulas para la Lotería Nacional, conoció a grandes artistas, y comenzó a hacer comerciales para Visión Publicidad, junto a Monserrat Oliver y Adal Ramones. Después de ahí le llamaron para grabar comerciales para Soriana, hace 36 años.
“Yo siempre me he divertido en lo que he hecho y he hecho las cosas que me han gustado. He disfrutado muchísimo mi trabajo”, comentó la locutora, a quien actualmente puedes escuchar en Génesis 98.1 FM en Monterrey.
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