Los otros nombres de Saltillo
Quizá tan conservador como su gente es el nombre que Saltillo ha tenido desde que se fundó hace 444 años. Aunque como dicen, siempre hay una excepción.
En ese tiempo, hubo un periodo de siete años en el que la ciudad se desprendió del “Saltillo” para rendir homenaje a Leona Vicario y Manuel Villalongín, ambos activistas insurgentes en la Independencia de México.
Pero partamos del origen. El 25 de julio de 1577, el primer nombre oficial que recibieron estas tierras fue: Villa de Santiago de Saltillo.
La decisión de los españoles por ponerle Santiago, fue porque el día que se fundó la villa coincidió con la celebración de la iglesia católica al apóstol Santiago.
En los días cercanos al 25 de julio también se festeja a los santos Sarbelio, Ana y Aurelio. Si la fecha hubiera sido otra, ¿le habrían puesto alguno de esos nombres a la villa?
Quién sabe. Lo cierto es que el culpable del nombre Saltillo es un pequeño salto de agua que surgió en un llano. Se ubica donde está la Parroquia del Santísimo Cristo del Ojo de Agua, en la Zona Centro.
Esta emanación de agua cautivó a los españoles cuando llegaron al valle y fue el pretexto perfecto para quedarse.
La historia cuenta que en 1591 las tierras saltillenses se dividieron en dos poblaciones. Los indígenas tlaxcaltecas se instalaron al lado de los españoles y fundaron San Esteban de la Nueva Tlaxcala. Claro, porque venían de Tlaxcala y porque el santo al que veneraban se llamaba San Esteban.
Homenaje a héroes
Aquí entran en escena Leona Vicario y Manuel Villalongín. Una vez concluida la Independencia de México, el país entró en un periodo de reestructura social, política y territorial.
El 5 de noviembre de 1827 la Villa de Santiago de Saltillo cambió su nombre a Leona Vicario y ese mismo año San Esteban de la Nueva Tlaxcala fue llamado Pueblo de Villalongín. Aunque vecinas, todavía eran entidades separadas.
Así es, Saltillo llegó a tener nombre de mujer. Leona Vicario fue una periodista que se sumó al movimiento independentista que encabezó Miguel Hidalgo. Ella fungió como informante de lo que ocurría en la capital mexicana.
Al saberse que era conspiradora fue encarcelada junto con su esposo, pero escaparon. Luego se sumaron a las tropas de José María Morelos y Pavón y vieron la Independencia de México. Murió el 21 de agosto de 1842, a los 53 años.
Sobre Manuel Villalongín, aunque tal vez su nombre no resuena tanto como el de otros insurgentes como Juan Aldama o Ignacio Allende, fue uno de los primeros en tomar armas durante la guerra. Lideró tropas en el sur del país, especialmente en Michoacán, y lo fusilaron en 1814.
Como ya dijimos, estos nombres insurgentes duraron apenas siete años pues los ajustes políticos continuaron en México. Mediante el Decreto 262 del Libro de Actas del Primer Congreso Constituyente de Coahuila y Texas, se ordenó la anexión de las poblaciones.
Así, en 1834, Leona Vicario y el Poblado de Villalongín se unieron para formar una sola ciudad y retomar parte del nombre original: Saltillo.
Desde entonces no ha habido otra alteración en el nombre. A lo mucho se le han aplicado motes como la Atenas de México, la ciudad del aire acondicionado o la Detroit de México.
Con información de Vito Alessio Robles, Carlos Recio, Archivo Municipal de Saltillo, Secretaría de Gobernación.
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