Persiste venta de vapeadores en Saltillo pese a la prohibición

Saltillo
/ 22 enero 2025

A una semana de entrado en vigor el decreto federal, su comercialización continúa en mercados y máquinas expendedoras, mientras expertos advierten sobre sus graves riesgos para la salud

A pesar de que el pasado sábado 18 de enero entró en vigor el decreto que prohíbe la compra, venta, fabricación y distribución de cigarros electrónicos o vapeadores en México, su comercialización y uso persisten, evidenciando los retos que enfrenta esta medida. Publicada en el Diario Oficial de la Federación, la reforma busca proteger la salud de la población frente a los riesgos asociados con estos dispositivos, pero también ha abierto un debate sobre su efectividad.

En Saltillo, los vapeadores siguen siendo accesibles no solo en el centro de la ciudad, Facebook Marketplace, mercados, tiendas de conveniencia y locales, sino también en máquinas expendedoras, que ofrecen opciones desde económicas hasta premium.

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“Yo considero que la prohibición del ‘vape’ es algo totalmente innecesario, principalmente porque los cigarros comunes siguen a la venta. Los vapes se seguirán vendiendo sin importar la ley”, comentó Kiara González Hernández, usuaria habitual de estos dispositivos.

Los peligros detrás del vapor

Aunque los vapeadores suelen promoverse como una alternativa “más segura” al tabaco convencional, investigaciones de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conacyt) han revelado que contienen hasta 71 sustancias químicas no declaradas en su etiquetado.

Entre estas sustancias se encuentran el benceno, usado como solvente en la industria plástica; el dimetil éter, presente en productos de limpieza; y el tolueno y xileno, empleados en pinturas y barnices. También se identificaron compuestos como el linalol, un conocido insecticida, y la acroleína, utilizada en procesos químicos.

Estos ingredientes pueden causar daños graves a órganos vitales como los pulmones, el corazón y el cerebro. Además, el uso prolongado de vapeadores se asocia con un mayor riesgo de enfermedades crónicas, infecciones respiratorias y, según especialistas, incluso cáncer de pulmón en un plazo de 15 años, similar al impacto del tabaco convencional.

Un cambio constitucional y sus implicaciones

La reforma al Artículo 4º de la Constitución establece que toda actividad relacionada con los vapeadores será sancionada para garantizar el derecho a la salud. Asimismo, el Artículo 5º prohíbe el ejercicio de profesiones o actividades vinculadas a estos productos, como su fabricación y comercio.

Sin embargo, la prohibición ha generado controversia. Legisladores de oposición, quienes han advertido que esta medida podría incentivar el mercado negro y dificultar el control del consumo entre menores.

“La Constitución no debería usarse como marco normativo para prohibir productos; esto fomenta su venta clandestina y pone en riesgo a los jóvenes”, señaló Marcela Madrazo, directora de Vapeo Informado, en entrevista para Aristegui en Vivo.

Según cifras del Gobierno Federal, el consumo de vapeadores entre adolescentes de 13 a 18 años ha aumentado de manera alarmante: un 54.6% de los estudiantes de secundaria admite haber probado estos dispositivos, y en solo un año, su uso creció un 23%. Esta tendencia preocupa al Gobierno Federal, quienes destaca que el vapeo no solo puede causar adicción, sino que también tiene un impacto nocivo equivalente al tabaco.

“Opino que fue correcto implementar la prohibición de los vapeadores, ya que pueden volverse una adicción e incluso afectar más que los cigarrillos convencionales”, comentó Esmeralda Cisneros Longoria, ex usuaria de vapeadores.

Con la entrada en vigor del decreto, las legislaturas de los 32 estados tienen un año para realizar ajustes normativos que garanticen su cumplimiento. Mientras tanto, el Gobierno de México y organismos de salud trabajan en campañas de sensibilización para informar a la población sobre los riesgos del vapeo y evitar su consumo. Estas acciones incluyen programas educativos en escuelas y reforzamiento de los mensajes sobre los efectos nocivos de los vapeadores.

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