‘Sin memoria, se favorece la impunidad’: Facultad de Ciencias Sociales recuerda el 2 de octubre

El 2 de octubre de 1968, la Plaza de las Tres Culturas fue escenario de una de las represiones más cruentas contra el movimiento estudiantil en México. A más de medio siglo de distancia, la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Coahuila subraya que olvidar este episodio no solo sería injusto con las víctimas, sino también con el presente y el futuro del país.

Este jueves, la facultad llevará a cabo una serie de actividades conmemorativas, coordinadas por los doctores José Gabino Castillo Flores y José Manuel Rosales Mendoza, con el objetivo de visibilizar la importancia de la memoria histórica y dignificar a las víctimas de la represión del Estado.

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El programa iniciará a las 11:00 horas con la conferencia virtual “Poder y política: los movimientos estudiantiles en la historia reciente de México”, a cargo de la investigadora Denisse Cejudo Ramos, de la UNAM. Posteriormente, a las 12:00 horas, se realizará la toma simbólica de la facultad, un acto de memoria colectiva que se ha repetido durante los últimos tres años.

Durante la jornada también se presentarán diversas expresiones artísticas y académicas. Entre ellas destacan la exposición “No estamos completos, porque siguen faltando ellos”, dedicada a los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa; el collage colectivo “2 de octubre no se olvida”, elaborado por alumnos; la muestra fotográfica “Las aulas vacías del Estado: de Tlatelolco a Ayotzinapa”; así como la exposición “El arte del silencio: mantas conmemorativas del 68”. Todas las actividades son abiertas al público y tendrán lugar en la sede de la facultad, ubicada en Juárez 139, en el Centro de Saltillo.

Para la Facultad de Ciencias Sociales, estas acciones van más allá de un acto simbólico. “El peligro de no tener memoria es favorecer la impunidad. Al olvidar responsabilidades, se borran también las posibilidades de justicia. El 2 de octubre recuerda que fue el Estado, y al Estado le corresponde esa responsabilidad”.

Durante la conversación, se señaló que no faltan comentarios que buscan minimizar la conmemoración del 2 de octubre, con expresiones como “eso ya pasó hace más de 50 años” o “eso ni siquiera ocurrió aquí”. Frente a esas posturas, la Facultad enfatizó que precisamente por esa aparente lejanía es indispensable mantener viva la memoria histórica. “Nosotros como individuos somos memoria; si borramos el recuerdo de los acontecimientos dolorosos, favorecemos la impunidad. La memoria es crucial para la reconciliación, la construcción de la paz y el fortalecimiento de la democracia”.

También se destacó que la idea de que el norte del país estuvo ausente de los procesos sociales es falsa. A través de coloquios y proyectos académicos, la Facultad ha documentado la participación de estudiantes y trabajadores de Saltillo, Monterrey, Zacatecas y Durango en los comités estudiantiles de la época y en movimientos obreros posteriores. “Los movimientos del 68 y sus consecuencias también impulsaron aquí logros como la autonomía universitaria y luchas laborales que hoy forman parte de nuestros derechos”.

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La memoria histórica, señalaron, no es un ejercicio de nostalgia, sino de construcción de futuro. “Recordar se trata de visibilizar a las víctimas y a sus luchas, pero también de reconocernos como sociedad en esos procesos. Sin memoria, no existe identidad colectiva ni posibilidad de un futuro más justo”.

Finalmente, destacaron que mantener viva la memoria del 2 de octubre significa reconocer que la violencia de Estado sigue siendo un pendiente en México. “Se trata de rescatar y conservar la memoria para la dignificación de las víctimas, para el esclarecimiento de los hechos y para que no se perpetúe la impunidad. Sin memoria, no hay justicia posible”.