Un ángel cuida a los GATES
COMPARTIR
TEMAS
Quién es la mujer que habla de espiritualidad al comando negro de la muerte
Saltillo, Coahuila. Cuando niña, fantástica y en un mundo que se derrumbaba, Marimar descubrió que tenía la capacidad de escuchar sonidos de seres descarnados, que no son de este mundo. Años después, se convertiría en la asesora angelical de la policía élite del estado de Coahuila: Grupo de Armas y Tácticas Especiales, GATE. Los hombres vestidos de negro que combaten sicarios, cargan fusiles de asalto y una calavera como logotipo.
María del Mar Centeno aún conserva mucho de esa niña en el brillo de sus ojos, en la sonrisa; mucho de esa niña que escuchaba que la llamaban por su nombre donde habitaba el vacío. Tanto era el miedo que salía corriendo de casa, dejando juguetes o tareas escolares abandonadas.
En una de tantas, en el recuerdo más fresco de lo inexplicable, escuchó a un niño llorar asustado.. La voz de mamá, cariñosa y trémula: pedía silencio, que no llorara, que se calmara que todo iba a estar bien.Â
Era de madrugada, su habitación daba a un segundo piso, el único acceso era un patio donde era imposible entrar, y de a poco fue notando que las personas que veía, habían muerto en alguna ocasión, en algún año lejano en esa ciudad que alguna vez fue suya.
â De niña escuchaba cosas, percibía. Alguna vez llegué a ver en casa personas que yo tenía conciencia de que no tenían vida en este plano físico. Los veía pasar en fila y me asustaba mucho. Se apagaban luces, se estrellaban vasos. Yo no sabía qué estaba pasando. No entendía qué sucedía.
Esa niña que veía fantasmas, recibió una noche de viento frío en su departamento de Torreón para hablar de espiritualidad. Había salido a la calle para despedir a unos amigos que la acompañaron a una sesión de meditación. La luz de las farolas del auto alumbraron el rostro de una mujer alta, de labios rojos; piel blanca, cabello lacio: negro. Y fleco pop. Vestía blusa color turquesa de mangas largas, chaleco café, mascada de colores; mallas negras y botines de gamuza.
El decorado a media luz de su departamento, la tranquilidad de la gota de agua que caía de una fuente pequeña instalada en su consultorio, levantaba la interrogante: ¿Cuántos muertos puede cargar un policía que combate al narcotráfico?: Ellos matan, su trabajo es matar, fue lo primero que le contaron cuando preguntó quiénes eran, porque en realidad su acercamiento con una corporación de seguridad era inexistente.
â ¿Cómo llegué a esto? Mi tía abuela lo hacía. Ella tenía un lugar al que llamaba templo y hacía sanaciones. Me encantaba estar ahí, mis vacaciones corría con ella, de hecho cuando me presento a algún grupo siempre les hablo de mi tía abuela. Era ella como mi refugio. Era un lugar muy cálido. Me gustaba lo que hacía y me ponía a un lado de ella, de brujilla (Risas).
***
Marimar sólo había visto a los oficiales del GATE pasar por la calle en sus camionetas blindadas, cubiertos con pasamontañas, casco y armas largas. No sabía que nacieron en el año 2009, cuando el Fiscal Jesús Torres Charles, ordenó formar el Grupo de Reacción Inmediata (GRI), escogiendo a 64 oficiales de un total de 700 aspirantes.
Â
Fue precisamente en el año cuando el crimen organizado arreció en Coahuila, y los enfrentamientos en la calle se contaban por montones.
Para combatir al crimen, encomendaron a José Ortíz Rodríguez, Odín, un instructor de nacionalidad española, experto en tácticas terroristas urbanas, manejo de explosivos y armas largas, capacitar a las primeras generaciones en el Instituto Superior de Estudios de Seguridad Pública de Ramos Arizpe.
Los elegidos fueron entrenados por ex combatientes del grupo GAFE (Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales, formados para aniquilar en 1994 al Ejército Zapatista de Liberación Nacional, EZLN), cuyos desertores formarían años más tarde el grupo delictivo Zetas..
El Grupo de Armas y Tácticas Especiales se caracterizan por realizar operativos contra el crimen organizado en coordinación con las autoridades federales y militares; actúan en vigilancias de alto riesgo, utilizan armas de alto poder como el fusil G3 FAL. A la entrada de sus instalaciones hay un letrero que advierte: Bienvenidos al infierno, su logotipo es un cráneo atravesado por una daga.
***
Fue una niña solitaria, menor de siete hermanos en un matrimonio de abogados. Los veranos los recuerda al lado de Andrea González, la tía abuela vestida de blanco que le regalaba paz, la que enseñó el término Tercer Ojo.
Â
â Es observar con los ojos del alma. Ver más allá de las situaciones físicas o terrenales que nos están pasando. Falleció cuando yo tenía 14 años y dejé de ver todo esto. Ahora que conozco más, o he recordado varias cosas, me doy cuenta que fue una guía espiritual muy importante en mi vida. Fue muy amorosa, muy cariñosa.
La casa de la tía, llena de luz y colores claros, era el lugar donde se olvidaba de la violencia y los gritos que abundaban en su hogar.
â Yo corría con ella, era mi base, era como que: Aquí no hay gritos, aquí no hay golpes más que amor incondicional. Ahora entiendo que todo lo que vivía en casa tenía una función espiritual ¿Qué sucede cuando algo asusta o cuando algo duele? Energéticamente estamos vibrando bajo. Era una niña muy miedosa, muy insegura y eso generaba la situación en mi casa.
Para hacer un trabajo de luz, Marimar piensa que la persona tiene que estar en un nivel energético elevado, de no ser así las personas pueden presentar situaciones de estrés y miedo.
â Yo soy un canal, pido a los ángeles, hago una oración para que guíen el trabajo y que sea lo que tenga que ser a través de mí.
***
La adolescencia del Marimar fue terrible: murió su abuela, sus padres se separaron; cambió de escuela, los gastos en el hogar apretaron más que nunca. Le dijeron que no podía estudiar más.
Â
Comenzó a trabajar de secretaria en la Coordinación de la Universidad Autónoma de Coahuila, al recibir su primer sueldo pensó que su vida estaba resuelta. Así pasaron nueve años. Tres mil doscientos ochenta y cinco días. Notó que algo andaba mal, podía hacer más cosas. Las relaciones seguían deteriorándose en casa, decidió terminar la preparatoria después de 3285 días.
â Decidí en algún momento tener una relación con Dios, aunque no voy a la iglesia, siempre he hablado con Dios. Lloré; imploré. Y le pedí un cambio.
A los dos días de esa experiencia de llanto, se enteró que estaba próximo un examen del CENEVAL para aprobar el bachillerato. Era el año 2004, tenía un mes para estudiar. La gente alrededor aconsejaba no presentar porque era una empresa complicada. El día del examen sufrió diarrea a causa de los nervios. Aprobó.
Sabía que psicología era la mejor opción, no tenía idea de los precios altos de las universidades. Una mañana que estaba en la oficina, un hombre entró a entrevistarse con su jefa. Ella platicaba con su compañera de su búsqueda, del costo de la vida, los libros.
El hombre escuchaba atento la charla, se acercó diciendo que era dueño de una universidad, la María Esther Zuno de Echeverria, y por la noche iba a hablar con la directora para otorgarle una beca si aprobaba el examen.
***
Con el paso de los semestres, Marimar notó que su entorno familiar comenzaba a cambiar. Ahora estudiaba detalles de su familia, se mostraba más cariñosa.
Â
Al poco tiempo de culminar la carrera, salió la convocatoria para presentar exámenes en la entonces Fiscalía General de Justicia del Estado, buscaban abogados y psicólogos para el puesto de Mediadores. Fue seleccionada para un curso y entró a trabajar en enero de 2009, dejando atrás nueve años de secretaria; tres mil doscientos ochenta y cinco días. Primero estuvo en Profesionalización y proyectos, después en Personas no localizadas. Dos años después de entrar a la Fiscalía, culminó una maestría porque la carrera le generaba bien en su vida cotidiana.
Pero la niña que ya no era, o que nunca dejó de ser, jamás dejó de escuchar voces, o ver sombras gravitando en el piso. Durante la carrera platicó su experiencia a una maestra, ella aconsejaba, casi como un regaño, que su pensamiento tenía que ser comprobable, científico.
â Tomé el pensamiento científico y bloqueé mi parte intuitiva, siempre he sido como que muy intuitiva y perceptiva, bloqueaba todo eso. En diciembre de 2010 empecé a vivir sola, tenía un año viviendo sola. Un día desperté con toda esa inquietud, dije: Dónde está toda esa parte, que es parte de mí, por qué la bloqueo.
Una tarde cualquiera, de esas cuando el cemento es una parilla en la Comarca y el mejor refugio son los centros comerciales, un hombre que no la conocía se acercó, diciendo que tenía varios dones, como clarividencia y capacidad de sanación. Platicó situaciones personales que sólo ella conocía, además quería ser su maestro.
El hombre era agradable, la vida la hacía más placentera con halagos.. Marimar tenía una relación de noviazgo, la primera en su vida. Su novio pidió hablar con esa persona, culminando la charla con la sentencia: No necesitas que nadie te diga que eres especial. Ya lo eres.
â Yo pensé: ¿En qué momento permití que un extraño me dijera estas cosas y yo me las creía? Corté toda comunicación con él.
***
Yareb, un muchacho guapo que lloraba después de una meditación Diksha, se acercó a Marimar, diciéndole: Tú y yo ya nos conocíamos.
Â
â Pensé: ¿De otra vida o qué onda? (Risas).
Y es que a veces una sonrisa te desarma, porque toda culminación de una obra está en el camino. Como aquella tarde que Marimar manejaba a casa de mamá y un hombre al volante ignoró el Alto. Ella logró esquivarlo, casi subiéndose a una rotonda.
â Iba a reclamarle. Volteé y era un muchacho muy guapo, me decía: Perdóname. Le aplaudí, dije: Bravo, al menos lo reconoces.
Comenzaba el 2011, con él unas meditaciones llamadas Diksha, que es la transmisión de la bendición a través del tacto. Dejó de asistir un tiempo a las sesiones, pero un día estaba ansiosa por volver.
Ese día asistieron alrededor de ocho personas, comenzada la clase llegó un hombre joven que no paraba de observarla
â Consiste en que se acerca alguien, pone las manos sobre tu cabeza para transmitirte una bendición con los ojos cerrados. Percibí que cuando tenía las manos, la persona lloraba mucho, era un llanto que no podía controlar. Se me hacía muy extraño.
Cuando Yareb tuvo las manos sobre ella, tuvo recuerdos de la infancia que caían como cascada, de momentos de soledad. Terminando la sesión se fue a llorar.
â Tú me ibas a chocar hace como dos meses, ya no me acordaba de lo que había pasado. Allá por la rotonda. Ese día yo recibí un mensaje (Celestial) de que me iba a matar, me iba a estrellar contigo, pero no sé qué pasó. Esa situación hizo que yo cambiara esa perspectiva, cuando yo volteé no vi una persona, vi un ángel. Y te fuiste. Pensé: Tengo que volverla a ver.
Yareb, un corredor de bolsa, ha sido parte fundamental para reconectarse con sus cualidades. La segunda ocasión que fue a visitarlo a su oficina estaba con una amiga, ambos le inspiraron confianza, pero había situaciones que coincidían con el primer hombre que le dijo que era vidente.
â Me les quedé viendo y les dije: ¿No son de una secta verdad? Porque lo que sentí con el primer señor fue que me quería acaparar. Les dio mucha risa eso.
***
Una estación antes del otoño del año en que conoció a Yareb, con la espiritualidad creciendo, le llamaron de lo que ahora es la Procuraduría General de Justicia del Estado, PGJE.
â Queremos que trabajes con los GATES â sentenciaron.
â ¿Y ellos quiénes son? ¿Qué hacen?
â Ellos matan, su trabajo es matar.
La primer encomienda fue hablarles de tanatología, es decir: el conocimiento científico de la muerte para entenderla de una manera espiritual.
El mayor problema que presentaba el Grupo de Armas y Tácticas Especiales, era que llegaban agresivos a sus casas y dormían poco.
Inmediatamente pensó qué iba a hacer con ellos: ponerlos a meditar, hacer un trabajo espiritual, para ello se apoyó en Marcia Morales, una maestra de la universidad que ha sido guía en asuntos de percepción.
La primera vez que los vio eran cerca de treinta agentes, vestidos de negro, armados y con capuchas: quedó impresionada. Estaban en Matamoros, Coahuila, en un centro de adiestramiento. Una paloma blanca se paró en la ventana del aula, pensó: Ah, voy a estar acompañada.
â En realidad son niños disfrazados de gente ruda, eso me ayudó a tener tranquilidad.
Les habló sobre ella, de su abuela y la gente que veía entre sombras; de los ruidos y las tardes que salía corriendo asustada de casa. A Marimar la asaltaba un sentimiento difícil de precisar, como el de ellos cuando están en enfrentamiento y ven que la ayuda no llega, los oficiales platicaban: Lo que más nos duele es ver como los malos se apoyan más, se multiplican en un instante.
A ella no le importa si la gente es buena, o mala, cree que en algún momento de la vida todos tenemos derecho a cambiar nuestra historia.
â A partir de ahí fue mí desarrollo espiritual a mil por hora. Hice trabajo de sanación, meditación. Les toque la frente, la mano. Les di un abrazo. Estando conmigo se activó el Código Rojo (Situación de riesgo). Ellos saben que tal vez no regresen. Eso me llamó la atención.
***
Una vez, el espíritu de un GATE entró en su cuerpo, fue a las cuatro semanas de que empezó a trabajar con la corporación. Marcia, su maestra, ya le había dicho que no los tocara, que la energía era muy densa.
Una noche de octubre estaba dormida boca abajo, sintió algo que la despertó y entró por los pies.
â No me podía mover, fue la sensación muy clara. Vi por debajo de mi piel que se estaba moviendo algo y me asusté muchísimo. Cuando me pude mover llamé a una amiga. Le dije que tenía mucho miedo.
Recordó que el entonces Director de la Policía Ministerial, preguntó: Oiga ¿Qué les hizo a mis muchachos. Se me están quedando dormidos hasta en la guardia?
Era tanta la cercanía que Marimar tenía un fuerte vínculo con ellos. Esa semana de aquella sensación empezó a experimentar cambios, como mucha hambre, ansiedad, sobre todo en horas de la madrugada. Una semana después, al verse en el espejo, pensó: Estoy tomando forma de hombre.
A partir de ese momento, al tomar objetos sentía como sus manos temblaban, hasta que la mañana de un lunes recibió un mensaje al celular de una mujer que se hacía llamar Trisha, una amiga en común las había enlazado.
La cita fue en el consultorio espiritual de Trisha, ubicado en la colonia Campestre La Rosita, las primeras preguntas fueron: ¿Estás casada? ¿Tienes novio? ¿Vives con un hombre? Y sentenció: Es que traes una presencia masculina muy fuerte.
â Había sentido mucha angustia, contacté a uno de los GATES. Me dijo: Estamos mal, venimos del panteón, sepultamos a dos compañeros. Uno se accidentó y otro murió rescatando a alguien en un momento de mucha violencia.
Trisha pidió cerrar los ojos para saber quién era. Marimar escuchaba murmullos, sin lograr tener claridad.
â Me dijo: Ya se quién era. Fue un hombre que murió en una sensación muy violenta, tuvo mucho miedo y te buscó. Le expliqué que no eras esa luz. Sus ángeles lo acompañaron. Me empecé a sentir bien, mi hambre ya era normal.
â ¿Cómo es la energía de un GATE?.
â Muy densa por el medio en el que andan. Lo que ellos se hacen a través de mí es purificarse, o sanar, o darse ese permiso de saber que están con otra perspectiva de la vida. En confiar mientras estén aquí, así se desempeñarán de la mejor manera posible, y cuando no estén aquí estarán bien.
***
Fueron cinco generaciones, de ocho del Grupo de Armas y Tácticas Especiales, a los que Marimar atendió y aplicó sanación energética. A principios de año le ofrecieron trabajo en Coordinación Torreón de la Universidad Autónoma de Coahuila, ahí aplica Reiki (Sanación a través de las manos) y meditación a los maestros.
Aún habla con oficiales del GATE, y ha estado en charlas para que pueda volver a verlos y meditar con ellos, invocando a los ángeles.
â Ahorita hay un boom, hay que diferenciar bien y no caer en una trampa de hacer las cosas por moda. Más que un boom, hay una necesidad espiritual de seguir creciendo, evolucionando, y que la gente se de cuenta de que no tenemos por qué sufrir tanto en esta vida.