Moreira: El otro informe
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Estos son los episodios que no aparecieron en espectaculares ni comerciales de televisión. Son los retratos fieles de cómo vive la gente. Sus cartas no mienten. Ahí hablan de vivienda, desempleo y problemas de salud
Ese día en que Moreira habló sobre sus resultados, Amelia Aguirre, ama de casa, tenía mucho qué decir también y traía una carta en la mano. Corrió apresurada a la Normal Superior pero "el Góber" ya se había ido y el auditorio estaba vacío. Ahí encontró a un grupo de mujeres y hombres de negro recibiendo peticiones, pero ella quería hacer las suyas cara a cara.
Se trasladó entonces al Congreso, pero el evento ahí también había concluido; otros funcionarios estatales recogían papelitos y cartas. "Es para que la gente no se queje con los reporteros", se le alcanzó a oír a una de las jóvenes.
Otra vez miró el pedazo de papel que comenzaba a arrugarse, mientras una voz masculina le decía, "si se lo quiere entregar personalmente, el Gobernador está en Villa Ferré". Tomó el Ramos y en quince minutos llegó. Como no era invitada, esperó en el estacionamiento mientras veía pasar de vez en cuando convoyes de camionetas último modelo, de las que descendían todo tipo de personajes.
Así alcanzó a ver a Enrique Peña Nieto, Fidel Herrera, Eugenio Hernández y Pedro Aspe, quiénes como ella, también llegaron más de media hora tarde. No supo quienes eran, pero imaginó que serían importantes porque tras los vehículos corrían de nueve a diez guardaespaldas bien armados.
Ella esperaba ver artistas, pero no los hubo, las estrellas no brillaron este año. Las que sí brillaron fueron las 14 pantallas en las que se trasmitió la imagen amplificada del Gobernador, a lo largo de los casi cien metros del escenario donde él se paseaba mientras hablaba, hacía chistes e invitaba a subir con él a personajes ensayados para dar emotivos testimonios.
Frente a él, una ola de aplausos corría de extremo a extremo, a veces sin sincronía. Las que sí estaban sincronizadas eran un grupo de quince mujeres de la colonia Zaragoza que gritaban porras y gritos de apoyo. "Anoche preparamos porras, ya veníamos listas", dijo Luisa Torres.
Como ellas, cientos de personas traídas en autobuses desde todo el estado llevaban listo su agradecimiento. Hubo quien afuera del salón se plantó con una pancarta felicitándolo inclusive "por su boda", como citaba una de las mantas.
Este año no hubo gritos, ni consignas de protesta como en los otros informes. Apenas un grupo de seis personas de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación llegó a quejarse, lo mismo que otro grupito de no más de diez laguneros que exigían mejor calidad de agua en Torreón. Esta vez Antorcha Campesina y el grupo de Braseros se quedaron callados.
"Porque ahora invitaron a puros amigos, antes no era así, entrábamos todos, yo no sé por qué ahora no, en el parque Las Maravillas sí entrábamos", reclamaba María Teresa Sánchez desde su silla de ruedas, quien luego de ser persistente en sus comentarios logró llegar a las puertas del lobby junto con otras cinco mujeres. Iban a dejar un papelito para pedir un "apoyo" para sus medicinas.
La gente aguardó hasta el final y a su salida, "El Profe" fue recogiendo de mano en mano cartas, felicitaciones y recaditos. La carta de Amelia, quien cargaba en sus ojos sus pesares económicos, no tuvo tanta suerte. Fue Javier Villarreal, tesorero estatal, quien la tomó en el momento más crítico de los empujones y besamanos. El contacto con la gente duró segundos y en la premura, muchas de estas cartas tocaron el suelo.
Semanario levantó algunas de ellas, que sin tener escritas cifras de inversiones y empleos, plasmadas en hojas de simples cuadernos, narran la realidad que vive Coahuila. Este es un extracto del otro informe, el del desempleo, la falta de vivienda, los sueldos bajos:
"Estimado Sr. Moreira. Yo María de Jesús Ibarra le escribo esta carta, aprovechando la ocasión de su visita, para saludarlo y pedirle de favor, que me ayude con un problema de Infonavit. Lo que pasa es que me quedé sin trabajo desde hace tiempo y ahora una licenciada me mandó un papel de Demanda, por falta de pago en las mensualidades..."
"Aprobechando (sic) el saludo quisiera Señor me ayudara, tengo 6 hijas y quiciera (sic) si usted pudiera ayudarnos a tener una computadora aunque sea usada. Señor, con lo que gana mi esposo apenas la libramos porque es albañil... Yolanda González Flores"
"Necesitamos apoyo para un hijo que tenemos enfermo, tiene retraso mental y los medicamentos que toma son muy caros... Erasmo Ramos y Anita Moreno"
"Quiero que me dé un apoyo para trabajar, vengo sin almorzar, me vine de `raite' y así me voy a regresar". Habitante de la Estación Madero.
"Que nos ayude con un lugar donde vivir y que vaya de visita a Clamorcito, está en la Morita, que ayude a los que están ahí internados. Ofelia Campos".
(Con información de Violeta Rodríguez y Karla Garza).