Si desaparece el toreo, desaparece el toro de lidia: empresaria ganadera de Coahuila
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La crianza de toros de lidia desaparecerá en Coahuila y en México, si se mantiene y extiende la prohibición de la fiesta brava en el País, asegura Idalia Rodríguez Sánchez, co-propietaria de la ganadería de la Hacienda de Santa Elena, fundada en 1946 en Saltillo.
Si desaparece el toreo, desaparece el toro de lidia. “Eso es lo que va a suceder, porque es nuestro mercado, para eso nacieron esos animales, para ese espectáculo, para las corridas de toros, es su naturaleza, son ganados atléticos y, lo más importante del toro de lidia es que son guardianes de la naturaleza, gracias al toro de lidia conservamos la flora y la fauna, porque no entra gente, por el mismo toro, que es un protector”.
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“Seguimos produciendo toro de lidia, hasta que podamos, es nuestra aportación para seguir con la fiesta brava. Dios nos permita seguir manteniendo estos ranchos tan difíciles, porque no hay mercado en Coahuila para nada”, lamenta la empresaria ganadera.
La prohibición de la tauromaquia afecta la crianza de los toros bravos, les ha pegado duro a los productores, pero, gracias a Dios, refiere, el rancho ubicado a 80 kilómetros de la ciudad, hacia el sur, tiene posibilidad de mandar ejemplares a empresarios de Nuevo León, Durango y Chihuahua para presentarlos en los eventos taurinos. Para eso nacieron, es su sangre, su raza, sostiene.
“Tenemos 70 años cuidando esta tradición. La fundó mi abuelo Alberto Rodríguez Solís, pasó a manos de Jesús María Rodríguez Rodríguez, mi padre, doctor de profesión mi tío Alberto. En el 85 mi padre se queda con la ganadera completa; después muere mi papá en el 92 y queda de herencia a cuatro hijos: Ana Lucía, Rocío, Jesús María y yo”, explica.
“Estamos en el semidesierto, llueve muy poco. Este es un tipo de ganado nativo, la fundaron en 1946 con 80 vacas de Sierra Morena y 4 sementales de Xajay, tenemos ejemplares de San Mateo puro y después se refrescó con vacas de La Punta, el ganado está acostumbrado a las condiciones climáticas y al terreno árido, se les da un poco de suplemento, pero ya es un ganado muy acriollado, nativo, muy acostumbrado al tipo de situación, clima, poca agua, pero mucho amor”, detalla.
Lamenta que el Congreso del Estado haya modificado la Ley de Protección y Trato Digno de los Animales, que prohíbe las corridas de toros, el rejoneo y las tientas en Coahuila, lo que pone en riesgo la existencia del toro de lidia, una actividad que es costosa y su conservación sería insostenible sin obtener una retribución económica.
Afirma que es una tradición de cientos de años y mucha gente vive de esto, existiendo estas ganaderías hay trabajo para los caporales, los productores de forrajes y granos. Habiendo corridas de todos, mucha gente vive de esto y está pegando mucho a los que andan en el medio.
La situación es complicada, agrega; no hay mercado local para colocar la producción del ganado, cinco estados, incluido Coahuila, tienen vetado el arte y la magia de la tauromaquia. A esto se añade las condiciones de sequía y las heladas del campo que merman el rendimiento del forraje en los agostaderos y el pago del personal encargado del cuidado de los animales. El clima del semidesierto es un reto que enfrentan a diario.
Rodríguez Sánchez señala que en la Hacienda de Santa Elena, que tiene una superficie de aproximadamente 70 mil hectáreas, los animales andan libres y felices en los agostaderos.
“Quisiéramos que regresaran los toros a Coahuila, ya que somos 100 por ciento taurinos, cuna de toreros. Que viva la fiesta brava. Ojalá nos ayuden a que regrese”, finaliza.