Roberto Pérez, la sombra del Conejo
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Su oportunidad nunca llegó y Oscar Pérez siempre fue indiscutible en Cruz Azul, ahora que ya han pasado los años, la amistad se ha reforzado y sin envidia alguna
CIUDAD DE MÉXICO. Durante seis años esperó su oportunidad. La cual nunca llegó. Roberto Pérez, entrenador de porteros de Cruz Azul, lo acepta, estuvo durante toda su carrera a la sombra de Oscar Pérez, pero no se siente menos, pues a partir de eso se formó una gran amistad y ahora, cuando los años han pasado, ésta se fortalece a pesar de que hoy serán rivales.
Roberto, como Oscar fueron descubiertos por Enrique Meza y sus carreras fueron de la mano. "Inicié mi camino en Gallos Blancos de Querétaro. El Profe Meza estuvo dos años ahí, cuando el convenio terminó me quiso llevar a Cruz Azul, pero en Gallos no me quisieron dejar ir, me negaron mi carta".
Ese tema hizo que Meza volteara a las fuerzas básicas de los Cementeros y vio a un portero pequeño, a quien todos llamaban Conejo. "La necesidad de un portero -recuerda Roberto- hizo que El Profe subiera a Oscar. así comienzo a saber de él. Dos años después, yo voy a Cruz Azul Hidalgo y Oscar ya era todo un señor Conejo. En esos tiempos Oscar comenzaba a subir a entrenar al primer equipo [de La Máquina]".
Así se conocieron y hubo gran empatía entre ambos. "De 1996 a 2002 fuimos compañeros. Nunca hubo mala vibra entre los dos. Sabía que por los dos años que me llevaba tenía algo de ventaja y a eso hay que agragarle las grandes cualidades de Oscar. Nació grande".
Roberto y Oscar formaron un grupo cerrado. "Siempre busqué jugar, ser titular, pero la lucha fue leal de principio a fin. Él sabía que el primero en apoyarlo era yo, que su principal sostén estaba en la banca, motivándolo, hablando, siendo un amigo antes que rival y claro, también yo recibí un gran apoyo de él".
En las concentraciones, "éramos tremendos. Conejo era un Villaluz en potencia, le gastaba bromas a todo el mundo y yo como era de su grupo lo defendía. Fueron buenos tiempos".
El tiempo pasó y el destino los llevó por caminos distintos. Roberto, ya retirado, regresó a Cruz Azul y Oscar debió dejar La Noria.
"Pero nos seguimos hablando. Nos comunicamos para hablar de la familia, de nuestras amistades y claro a veces nos damos consejos. Él me pregunta cómo lo vi en tal partido y le respondo. Y él me dice lo que ve a la distancia. Claro, con el respeto que se le debe de tener a los `profes' que tiene, como ahora que trabaja con Alan Cruz".
Este día seguro se verán y correrán a abrazarse. "Le desearé lo mejor, pero de las 5 a las 7 ni lo conozco, je".
Roberto añora los tiempos de amistad, pero también le agrada el presente de ambos. "Para mí Oscar es uno de los grandes de Cruz Azul. Junto a Miguel Marín, es el mejor portero en la historia de este equipo. Lo mejor de todo es que a pesar de los logros que tiene, de haber jugado dos Mundiales, sigue siendo un chico humilde, de gran valía y sobre todo un gran ser humano".
Era la fecha 9 del Apertura 2010. Cruz Azul buscaba desesperadamente el empate ante Necaxa.
Ultimo minuto, tiro de esquina a favor de los Cementeros y el portero Jesús Corona va al frente, a tratar de anotarle a Oscar Pérez y a vengar la afrenta que El Conejo le debía, cuando él jugaba en Tecos y Pérez en La Máquina, precisamente.
Chuy se levanta y anota, pero el árbitro pita. Gol anulado. Corona reclama y es expulsado.
Han pasado cada seis meses de esa acción y Corona quiere sacarse la espina. "Me quedé con un saborcito amargo en esa ocasión. Ya pasó, pero la espinita siempre te la quieres sacar", comentó.
Afirma que los Rayos no vienen como víctimas. "Será un juego intenso. Ellos con el cambio de técnico se han vuelto muy aguerridos, pero también ordenados. Nosotros debemos ser pacientes, no caer en su juego, cuando Cruz Azul se lo propone, se le impone a cualquiera".
La casa, el estadio Azul, hay que hacerla valer: "Nos va muy bien en nuestro estadio. Nos hemos hecho fuertes, pero sobre todo no dejamos que nadie nos venga a sacar puntos. Llevamos un gran paso en el Azul, y así debemos de seguir". (ELC)