Cayman R es el vehículo de Porsche en su estado más puro
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Cada gramo de este auto fue pensado minuciosamente, lo que lo convierte en una obra cumbre de la eficiencia y la belleza
CIUDAD DE MÉXICO.- Si tú eres de esas personas que miden el espacio de un auto por la cantidad de bolsas de supermercado que caben en su cajuela, alguien que jamás ha soñado siquiera, con superar los 200 kilómetros por hora, de los que califican la belleza de un vehículo por la presencia de faros de niebla o quemacocos, y cuya decisión de compra tiene que ser aprobada por alguien que no sabe lo que es elevar drásticamente los latidos del corazón con una maniobra sobre el asfalto, definitivamente el Cayman R es un auto fuera de tu alcance.
Si por el contrario, entiendes lo que significa que la estructura de tus asientos sea de fibra de carbono, sin importar el precio, y no te parece absurdo que la puerta no tenga manija y en su lugar Porsche ponga un cordón, sigue leyendo, seguramente este auto, incluso en color verde, puede ser uno de esos que te agitan la respiración y te arrancan los suspiros con sólo verlo pasar.
Aunque la versión que tuvimos a prueba no es la opción más purista del Cayman R, pues tiene algunos lujos de los cuales se había prescindido inicialmente, la esencia de este auto se mantuvo. La principal intención de la casa de Sttutgart fue la de ofrecerle a los clientes que estuvieran dispuestos a pagar algo más de 86 mil dólares una opción radical de la ecuación peso-potencia, y la máxima expresión del concepto Porsche Intelligent Performance.
Cabe destacar que cada detalle fue tomado en cuenta, incluso si estás pasado de peso, esto podría representar una afrenta para el trabajo que hicieron los ingenieros de la marca buscando reducir, tanto como sea posible, el peso inútil de un vehículo. Así pues, fue como Porsche logró hacer de esta edición un deportivo 55 kilos más ligero que un Cayman convencional.
La idea es que si estás dispuesto a salir a correr todas las mañanas para estar en forma y reducir lastre, tal vez no sea necesario prescindir del equipo de audio y del aire acondicionado que Porsche ofrece como opción y no como equipo de serie.
Cada detalle cuenta
Baterías de ion-litio, como las de los teléfonos celulares, puertas de aluminio y asientos de cubo de fibra da carbono, hacen posible que los 330 caballos de fuerza producidos por su motor seis cilindros, de aspiración normal, cobren nuevas dimensiones y tengan otros alcances.
En la carretera México-Puebla pudimos descubrir las capacidades de este motor, acoplado a la transmisión PDK, pues basta sugerir el pie al acelerador para que la respuesta del motor central fluya de inmediato. No en valde aproximadamente cada cuatro kilos del auto son cargados por un caballo de fuerza.
En ese sentido fluyen todos y cada uno de los componentes del auto, la suspensión, la dirección, el sistema de frenos y la aerodinámica. Aunque, afortunadamente, como en muy pocos deportivos de este nivel, aquí aún es posible divertirse, pues con sólo poner un poco de atención es muy fácil predecir el comportamiento del auto, gracias a los niveles de información que transmiten sus sistemas al conductor.
Hay que agradecer a los creadores del Cayman R el hecho de haber dispuesto de un motor central, pues con esto lograron un equilibrio de pesos privilegiado y por consiguiente una agilidad sobresaliente, lo que nos permite balancear el auto y tener un bajo centro de gravedad, muy eficiente en maniobras comprometidas, un bálsamo para quien se ponga al mando de este biplaza, sobre todo, cuando de controlar altas velocidades se trate.
Cuando fue presentado en el Autoshow de Los Angeles, un desfile a través del tiempo nos dejó saber que las intenciones de la marca estaban totalmente orientadas a revivir aquella leyenda de 1967 (el 911 R), que ofreció en su momento una ecuación similar a la que ahora podemos tener en nuestras manos, y definitivamente nos viene a la mente que tal vez de esa misma motivación la marca haya decidido elegir un color tan a gogó para representar su creación.
Adora los retos
Por fin, había llegado el momento que tanto habíamos esperado, poder ir al ambiente natural de un Porsche a bordo de un auténtico R . El tráfico se había quedado atrás y en carretera comprobaríamos si todo el esfuerzo que hizo la casa de Stuttgart había valido la pena. Frente a nosotros casi hora y media de autopista y la consigna de llevar el Cayman R sano y salvo a casa. Más de uno se entusiasmó con sólo verlo pasar pero, a sabiendas de que era injusto competir contra casi cualquier auto que nos encontráramos en la carretera, nos enfocamos en probar sus capacidades y tratar de entender sus límites.
No fue difícil apreciar las capacidades del motor bóxer de seis cilindros, horizontalmente opuestos, el equilibrio de pesos que proporciona y la agilidad que le confiere a un biplaza. Sin embargo, lo que más llamó nuestra atención fue el torque, esa fuerza que nunca dejó de empujar, y aunque pocas veces pudimos llevar las 273 libras pie a las 4 mil 750 revoluciones por minutos a las que el fabricante promete se alcanza su mejor desempeño, en realidad nunca nos hizo falta. Fue en ese momento cuando entendimos el verdadero significado de restar tanto peso como era posible pues, aún en las curvas de Río Frío, en plena subida, es posible sacar más potencia de un bólido que, con 330 caballos de fuerza, no parece ser tan imponente (apenas 10 caballos más que el Cayman S).
Empezó a llover y de inmediato bajamos la velocidad, sin embargo poco a poco fuimos entendiendo que para este auto el piso mojado no era un obstáculo. Aunque es posible regular entre tres distintas modalidades de conducción en donde la sport plus ofrece la puesta a punto más deportiva, en cualquiera de ellas el auto es muy seguro si se saben leer las señales de una suspensión que transmite absolutamente todo lo que está ocurriendo en el camino, más aún si se saben aprovechar ventajas como el diferencial de derrape limitado.
Aunque se nos hubiera antojado probar la transmisión manual, la PDK de doble embrague con siete marchas y paletas de cambios al volante difícilmente te deja extrañarla, ya que definitivamente es una joya de la ingeniería alemana.
Al bajarnos de Porsche de inmediato nos subimos a otro deportivo y un día después a un Cayenne, fue entonces cuando descubrimos que tantos botones (que no tenía el Cayman R) en realidad no eran tan necesarios, sobre todo si de verdad se busca una auténtica experiencia deportiva, donde este auto definitivamente es una de las mejores opciones del mercado.