La verdadera historia entre Ignacio Ambriz y Javier Aguirre

CIUDAD DE MÉXICO.- En el interior de un salón en Valencia, el plantel del Atlético de Madrid terminaba de cenar. Afuera, Javier Aguirre trataba de que los ojos no se le salieran de las orbitas.

"Siempre hablamos de ti y del equipo, pero ¿te has puesto a pensar qué es lo que quiero?", le dijo Ignacio Ambriz a su amigo, con quien ya tenía seis años de trabajar, confiado en que era el momento de hablarlo porque ya había evolucionado en sus conocimientos futbolísticos.

Fue la manera en que se acabó la relación laboral, que no amistosa, entre estos dos personajes que cimentaron el equipo ganador posteriormente, de la Europa League.

"No hay enojo ni reclamos. Sé que dicen que hasta nuestras mujeres se pelearon, ¡es mentira!, lo que pasa es que yo corría el riesgo de volverme cómodo si seguía como auxiliar de Javier, no sabía de presiones ni responsabilidades y las quería sentir, se lo dije, a mi no me mientan la madre, a mi no me gritan que me vaya y eso, desde mi posición, es sencillo de sobrellevar", relata para Excélsior.

Ambriz, quien alguna vez saliera como interino en Anfield Road contra el Liverpool en Champions, sabe que las críticas después del Mundial contra el Vasco han sido feroces.

Lo más fácil hubiera sido seguir con Aguirre, ¿cierto?

Sí, pero había cumplido mi ciclo con él. Le pedí trabajar con él por última vez y me preguntó que si me sentía preparado, le contesté que si no lo estaba, me dedicaba a vender pepitas. No me arrepiento, no hubiera aprendido lo que sé ahora si me hubiera ido con él al Mundial como auxiliar, además de que ya le había asesorado en Corea y Japón 2002.

¿Es el mismo Javier el de Sudáfrica, al que dejó en España?

Nos hemos desligado, aunque seguimos siendo amigos y compadres. Por lo que le conozco, Aguirre quería este reto y tenía la ilusión de que México trascendiera. Creo que se le recrimina porque es alguien que ha dirigido dos Mundiales y había hecho un gran trabajo en Europa, pero de lo que estoy seguro es que si se equivocó, fue el primero en aceptarlo.

Se quejaron seleccionados como Guardado de un mal vestidor y parece que lo mismo le pasó en el Atlético.

En el Atlético, cada enero era un mes muy malo para nosotros, no ganábamos. La relación con los jugadores no era mala y yo sabía de eso porque tenía mucho contacto con ellos, con Agüero, Forlán y Maxi, era siempre frontal y abierta la conversación. Los resultados nos mataron siendo que un torneo acabamos como tercer lugar general. En cuanto a la Selección, no le queda a Guardado decirlo ahora, eso se arregla desde adentro y en el momento. Como jugador entendía las cosas así y ahora como entrenador más. Si algo tiene Javier, es manejo de grupo, no creo que eso le afectara en el Mundial de Sudáfrica.

¿No terminaron mal entonces?

No, siempre especularon. Dijeron que me enojé porque llevó a Mario Carrillo o a Manuel Vidrio y no es así. Le estaré agradecido toda la vida. Nuestros hijos se hablan por teléfono y la relación está bien.

La Selección Nacional, ¿va por buen camino?

Quizá soy el menos indicado para hablar de ello pero creo que se pierde tiempo. Respeto a todos, sin embargo se empieza a notar que no hay una planificación ni un estilo y se quiere dar la impresión de que toda la responsabilidad es de los jugadores que vienen de Europa.