Recordando a Cabinho
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Uno de sus días más brillantes fue el 30 de mayo de 1980 cuando, con el Atlante, le marcó cinco goles a los Tigres
México, D.F. .- Pobre fue el cartel con el que llegó Evanivaldo Castro "Cabinho" al futbol mexicano. Apenas 20 goles con los equipos Portuguesa y Atlético Mineiro, que obtuvo entre 1972 y 1974, fueron su carta de presentación antes de que los Pumas adquirieran sus servicios para el torneo 1974-75.
Pocos se imaginaban que se convertiría en el máximo artillero de todos los tiempos del balompié nacional. Obtuvo ocho títulos de goleo, es el mejor romperredes en la historia de los felinos del Pedregal y Atlante, y alcanzó el título con la escuadra universitaria en 1976-77.
Nacido el Salvador Bahía, Brasil el 28 de abril de 1948, "Cabinho" horadó en 312 ocasiones el marco enemigo en 12 temporadas. Además de jugar con los auriazules y los Potros de Hierro, también vistió las casacas de los Esmeraldas de León y los Tigres del Universitario de Nuevo León.
Uno de sus días más brillantes fue el 30 de mayo de 1980 cuando, con el Atlante, le marcó cinco goles a los Tigres, la cuota más alta en su trayectoria. La última anotación fue en los cuartos de final de la temporada 1986-87 ante los entonces Ates del Morelia un 20 de mayo de 1987.
Siempre estuvo envuelto en la polémica. Una de los momentos que más se recuerda fue cuando dejó a los Pumas tras no llegar a un acuerdo económico y firmó con Atlante ya cuando había iniciado el torneo. El equipo azulgrana tuvo que indemnizar con 5 millones de pesos a los felinos y darle un salario de 100 mil dólares al "Cabo" para que se finiquitara la negociación.
Sin olvidar que se retiró en dos ocasiones. Sorpresivamente recién iniciado el torneo en 1982-83, cuando se habían disputado 15 partidos y estaba de sublíder de goleo con 11 tantos. No jugó las campañas Prode 1985 y México 1986. Regresó con los Tigres en 1986-87.
Su poder ofensivo ha quedado marcado en los anales de la historia del futbol mexicano, nadie como Evanivaldo Castro, nadie como "Cabinho", siempre contundente y envuelto en la polémica.