Leyenda del beisbol, Joe Morgan muere a los 77 años
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El miembro del Salón de la Fama formó parte de los Rojos de Cincinnati
El segunda base miembro del Salón de la Fama, Joe Morgan, un jugador clave de la famosa "Big Red Machine" de los Cincinnati Reds, murió el lunes. Tenía 77 años.
Murió en su casa el domingo en Danville, California, dijo el lunes un portavoz de la familia. Morgan sufría de una afección nerviosa, una forma de polineuropatía.
Morgan fue dos veces Jugador Más Valioso de la Liga Nacional, diez veces All-Star y cinco veces ganador del Guante de Oro. Es ampliamente considerado como uno de los mejores segunda base en la historia del béisbol y también ganó renombre por sus más de 25 años como locutor después de su carrera como jugador.
Baseball legend Joe Morgan has passed away.
— Sports Illustrated (@SInow) October 12, 2020
RIP Little Joe
10x All-Star
2x World Series champion
2x NL MVP
5x Gold Glove Winner pic.twitter.com/9Yfqp4lNQ1
Morgan había luchado con varios problemas de salud en los últimos años.
La muerte de Morgan marcó la última entre los grandes de MLB este año: Whitey Ford, Bob Gibson, Lou Brock, Tom Seaver y Al Kaline.
Morgan pasó la mayor parte de su carrera de 22 años con los Reds y la franquicia de los Astros. Junto con Pete Rose y sus compañeros del Salón de la Fama Johnny Bench y Tony Perez, Morgan ayudó a los Rejos a ganar campeonatos consecutivos de la Serie Mundial en 1975 y 1976. Cincinnati también alcanzó la Serie Mundial en 1972, el primer año de Morgan con los Rejos.
The Reds are heartbroken to learn of the passing of baseball legend Joe Morgan. pic.twitter.com/zBoQ2gHZys
— Cincinnati Reds (@Reds) October 12, 2020
El sencillo de Morgan con dos outs en la novena entrada del Juego 7 en 1975 le dio a los Reds la corona en un enfrentamiento clásico con Boston, y estimuló una barrida de cuatro juegos sobre los Yankees la próxima temporada.
En una carrera de 22 años hasta 1984, Morgan anotó 1,650 carreras, robó 689 bases, conectó 268 jonrones y bateó para .271. Pero esas estadísticas apenas reflejan la fuerza que creó para convertirse, para muchos, en el mejor segunda base en la historia del juego.