Con toros de Barralva cierra Aniversario 75-76 de la Plaza México
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La última corrida de la Feria del Aniversario 75-76 de la Plaza México que finalizó el domingo 20 de febrero con una oreja para el mexicano Diego Sánchez.
En la última corrida se lidiaron seis toros de Barralva bien presentados, pero de juego desigual, y un noble novillo de Zacatepec para el toreo a caballo. Se registró más de cuarto de entrada.
Los esperados toros de Barralva marcaron el acontecer de la última corrida de la Feria del Aniversario en la Monumental de la capital mexicana.
Seis animales de distinto juego que siempre marcaron el tiempo de lidia ante los tres espadas.
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Por distintos motivos Macías, Rivera y Sánchez estuvieron por debajo de sus contrincantes en un encierro que fue de más a menos. Señalar la mala aplicación general de la suerte de varas toda la tarde especialmente con el segundo, tercero y cuarto.
El primer cornúpeta de Barralva era más noble que bravo aunque con una visible merma de una pata, lo cual abreviaba su recorrido. Pese a ello, por el pitón izquierdo tomaba con clase la muleta.
La faena de Macías, siempre fuera de cacho, no sirvió para templar su embestida, que por otro lado no presentaba gran peligro.
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Apostó el veterano matador por pases sueltos por detrás muy efectistas. Mató de una media estocada trasera y caída que intentó hacer pasar por buena. Saludó al tercio.
Su otro rival era un toro sin casta, pero con mucha emoción al que persiguió hasta las tablas sin decidirse a ponerle la muleta de frente, lo que habría provocado la embestida del Barralva. Mató recibiendo, pero el estoque quedó desprendido. Recurrió al descabello y recibió dos avisos.
El mexicano Fermín Rivera dejó una pobre impresión ante un gran toro que saltó en tercer lugar y el cual apenas recibió unos tímidos aplausos al arrastre.
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El astado superó en todo momento a un temeroso Rivera que ni siquiera probó con la mano izquierda y lo hizo todo en paralelo, escondido, cuando no rebrincando hacía atrás.
Escuchó pitos en la lidia y recibió silencio al concluir la faena. Con el penúltimo, la peor res brava de la corrida, Fermín pareció empezar con decisión, pero esta se diluyó ante la mansedumbre del burel.
La única oreja del encierro la logró el joven Diego Sánchez ante un Barralva bien presentado y con casta que la falta de sitio de Sánchez acabó por llevar a tablas.
La faena, aprovechando el viaje, con pases sin hondura ni temple, provocó que el toro saliese cada vez más suelto buscando toriles. Media estocada y petición de oreja generalizada que doblegó la intención del juez de no concedérsela.
El astado se empleó bien al caballo, faltó una vara más, y en el tercio de banderillas. Los subalternos Aldo Navarro y Fernando López saludaron al tercio.
Con el que cerró el festejo, Sánchez anduvo indeciso al citarlo y los muchos kilos del Barralva acabaron constantemente en el suelo, no sin antes dejar ver su nobleza y la manera nítida con la que tomaba los engaños.
La tarde se inició con la faena del novillero rejoneador portugués Paco Velásquez ante un noble y escaso de trapío novillo de Zacatepec.
El aspirante a caballero montó sin alardes pero dejándose llegar. Faena muy larga sin alicientes que terminó entre pitos por los fallos con los aceros.