Diego Lainez y los días de cambio
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Diego Lainez, uno de los jugadores mexicanos con más esperanzas de trascender, se quedó atorado y sin oportunidades en Europa.
Después de ser campeón en el América muy joven y tener muchas buenas cosas en su nivel futbolístico, fue quedando descartado por todos sus técnicos en el viejo continente.
Ahí, debemos hacer una pausa, más allá de la locuuuuuura de recepción que vivió a su llegada a los Tigres, porque se trata de una de las dolorosas verdades que hay con los jugadores mexicanos que buscan el sueño europeo.
Veamos el caso que hoy vive Edson Álvarez, después de ser pilar y figura en sus primeras temporadas con el Ajax de Países Bajos, pero —ante la posibilidad de salir a Inglaterra— cayó mucho su nivel, y ni se diga de lo que vive hoy Jorge Sánchez, un lateral que sigue recibiendo críticas por su nivel, en todas partes. Tanto, que Wesley Sneijder —una de las últimas figuras neerlandesas— expresó que los futbolistas mexicanos (Edson y Jorge) “apestan”.
Y no fue una frase por el olor, sino por el nivel de los jugadores.
Para muchos, uno de los grandes errores de Lainez fue haberse ido a España y no al Ajax, donde —supuestamente— seguiría su formación y desarrollo.
Todo esto me hace tratar de entender que, más allá de si el futbol neerlandés o el portugués pudieran servir como trampolín y para terminar su preparación, es una realidad que —hoy por hoy— los mexicanos no cuentan con buenas credenciales.
Cerramos la pausa para regresar al tema de su llegada a los Tigres y a la euforia que genera una promesa que tendrá en el Volcán una oportunidad para consagrarse.
¡Bienvenidos, bienvenidos! A los días de cambio para Diego Lainez.