Real Madrid, un equipo fuerte con defensa débil
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Fue el décimo partido consecutivo del equipo blanco recibiendo goles. Y ya sumó 20 en contra en los 16 encuentros disputados esta temporada.
El Real Madrid es el único equipo de las grandes Ligas europeas que permacece invicto esta temporada, pero los últimos encuentros sembraron la desconfianza hacia un conjunto con pies de barro que se acerca, además, al tramo más exigente de la temporada.
El partido del miércoles fue una muestra más de la poca fiabilidad que ofrece el conjunto de Zinedine Zidane en estos momentos. Empató 3-3 ante el Legia Varsovia, uno de los peores equipos de la Liga de Campeones europea de fútbol, después de tirar una renta de dos goles a favor y de volver a evidenciar todos los problemas que tiene su entramado defensivo.
La prensa se centró hoy en señalar a Zidane y su extravagante alineación, que incluyó a cuatro delanteros: Karim Benzema, Gareth Bale, Cristiano Rinaldo y Álvaro Morata. Semejante disposición táctica, recuerdo del pasado siglo, no ayudó precisamente a mostrar un juego sólido y a proteger el arco propio.
"Le salió una mancha a su prestigio", opinó hoy el diario "As", que añadió: "El fútbol admite herejías hasta cierto punto".
Fue el décimo partido consecutivo del equipo blanco recibiendo goles. Y ya sumó 20 en contra en los 16 encuentros disputados esta temporada. Una cifra enorme para un equipo multimillonario y aspirante a todo, incluido renovar su título de Liga de Campeones.
Desde luego, no le ayudan las lesiones de los centrales Sergio Ramos y Pepe, pero con ambos en el campo también recibía goles. De nuevo, se recupera el eterno debate sobre la delantera, la llamada "BBC", y su escasa disposición a trabajar en defensa.
En la mayoría de las ocasiones, los tres centrocampistas no pueden sostener al equipo y quedan a merced del rival y sus contraataques. Y si el entrenador dobla la apuesta para situar un delantero más, como en Varsovia, el dibujo es toda una invitación al equipo enemigo.
El único que parece permanecer tranquilo ante la sangría de goles recibida es Zidane. "Al final no perdimos y eso es bueno, pero la sensación es rara", fue todo lo más que llegó a lamentar tras el inesperado empate en Varsovia.
Un detalle lo dice todo: en cuatro encuentros de la Liga de Campeones, el Real Madrid recibió siete goles, dos más que en toda la pasada edición del torneo, cuando se proclamó campeón.
Lo curioso es que la obsesión de Zidane cuando llegó al cargo -en enero para sustituir al destituido Rafael Benítez- fue armar al equipo defensivamente para a partir de ahí dejar el ataque a la inspiración de sus delanteros. Y funcionó. Ahora, con el francés desde el inicio de temporada, no logra implicar al plantel en las tareas defensivas.
La existencia del problema y la necesidad de solución urgente se constata si se conoce que el Real Madrid tuvo un calendario benigno en el inicio de temporada y que a partir de este mes comenzarán las dificultades máximas.
Durante este tiempo, fueron el Borussia Dortmund y el Villarreal los dos equipos más fuertes a los que se enfrentó, y cosechó sendos empates.
En las próximas semanas, el Real Madrid tendrá, entre otras exigencias, que volver a jugar con el Borussia Dortmund por el liderato de grupo de la Liga de Campeones y medirse a Barcelona y Atlético de Madrid en la Liga española. Máxima exigencia para un invicto altamente inestable.