Atlético de Madrid es más líder que nunca en España

Fútbol
/ 19 diciembre 2020

De la mano de Luis Suárez el equipo colchonero sigue en la cima de La Liga

 Cuando comenzaba a cuestionarse su figura como el '9' del líder de LaLiga Santander, Luis Suárez apareció. Dos goles del uruguayo en sus dos únicos remates sirvieron un triunfo práctico (3-1) del Atlético de Madrid ante el Elche, redondeado con un gol de Diego Costa de penalti, en su regreso tras un mes ausente.

El líder, que no encontró ante la defensa del Elche un juego convincente que enmendara la imagen desdibujada del derbi madrileño ante el Real Madrid, sí halló la efectividad de Suárez, que hizo su séptimo tanto después de casi un mes sin marcar, desde la cuarentena por su positivo en coronavirus con la selección.

El uruguayo, cuyo olfato empezaba a ser materia de debate -Simeone se declaró responsable de su situación por hacerle jugar nada más acabar el aislamiento-, provocó un penalti en su primera acción, invalidado por fuera de juego, desatascó al Atlético en la primera mitad tras una asistencia medida del inglés Kieran Trippier, que lleva tres las últimas tres jornadas, y sentenció en la segunda.

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Suárez libró a un Atlético que había apostado por el francés Thomas Lemar, mejorado como mediapunta marcando dos goles en los últimos cuatro duelos, en lugar de Saúl Ñíguez, en un momento gris de juego del ilicitano, con lo que Marcos Llorente volvió al origen y jugó de mediocentro con Koke, en un retorno de Simeone al 4-4-2.

Su compatriota Jorge Almirón sorprendió poniendo en defensa al joven John Donald, mediocentro de 20 años del filial ilicitano que en su primera acción cometió penalti por un agarrón a Suárez, que le había ganado la espalda en un pase al espacio de Joao Félix. Le disculpó el videoarbitraje, ya que había en fuera de juego.

Después de ese susto, se dibujó claramente el plan del partido: el Atlético debía encontrar la llave para penetrar una defensa ilicitana de hasta seis futbolistas -la línea de cuatro y los dos extremos- ordenada y que no se vio exigida en la primera media hora por un conjunto local que con Llorente de mediocentro pierde su aceleración en banda y al que Lemar aporta voluntad pero no peligro.

Tanto fue así que la única ocasión digna de tal nombre en 30 minutos surgió de la pizarra: en una falta centrada, Lemar optó por ceder raso al interior a Koke, que hizo de pared para que Llorente intentara un tiro colocado que sorprendió a Edgar Badía, aun así capaz de despejar el balón por puros reflejos con la pierna derecha.

Apenas nada, hasta que una conducción de Lemar acabó en pase al espacio de Llorente para la subida de Trippier y un centro raso al área en el que Suárez se adelantó con habilidad a John y a la salida de Badía, rozando el balón lo justo para alojarlo en la portería y hacer el 1-0 que daba la tranquilidad a los locales y hacía replantearse su apuesta a Almirón, que cambió a John en el descanso.

Marcar un gol es para este Atlético el bálsamo que cura sus dudas: cuando no lo consigue, se desespera, pero cuando lo hace ya busca pacientemente agrandar la ventaja. En esas, en la segunda parte comenzó a aparecer Carrasco por la izquierda, y de un centro fuerte y tenso del belga apareció el 2-0, que Luis Suárez rescató lanzándose al suelo con Badía vencido y superando al lateral argentino Juan Sánchez Miño, que había sido el sustituto de John.

El partido parecía visto para sentencia, pero el Elche, que no había chutado a puerta hasta entonces, reaccionó justo a tiempo con un gol de Lucas Boyé de cabeza tras un saque de esquina cabeceado en el primer palo por Tete Morente.

El Elche llegó a creer en el empate. Lo hizo Barragán con un disparo desde la esquina del área, poco antes de que retornara al césped del delantero rojiblanco Diego Costa después de seis partidos de ausencia. Su ingreso coincidió con unas molestias de Joao Félix, que debió notar algo y se tiró al suelo, pero se fue caminando.

Boyé seguía amenazando a un Atlético muy descuidado. A 15 minutos del final, el punta argentino tuvo tiempo para controlar, girarse y chutar, forzando una mano salvadora de Oblak, esa que nunca falta en cualquier partido del equipo rojiblanco.

La rebelión ilicitana se quedó ahí, porque Diego Costa provocó un penalti de Ivan Marcone en una acción en la que el argentino golpeó con la pierna al brazo del hispanobrasileño, y se apuntó su segundo gol de la temporada anotando la pena máxima para el 3-1 definitivo del líder, que en tres días se mide con la Real Sociedad, rival directo en la pugna por la cima del campeonato.

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