Muere Armando Guadiana: su pasión por la corrida de toros lo llevó a tener una ganadería en Zacatecas

El exsenador y exdiputado local por Coahuila, Armando Guadiana Tijerina, quien perdió la vida este martes por problemas derivados con el cáncer de próstata que padecía, era un fiel amante de las corridas de toros y defendía esta práctica desde el punto de vista de que, bajo palabras propias, era un “deporte” y una “tradición” mexicana.

Esta actividad, misma que fue prohibida en Coahuila para 2015, era una de las pasiones que el político quería a cabalidad, misma que, incluso, impulsó en estados como Zacatecas, donde tenía una ganadera de crianza de toros bajo el nombre de “D’Guadiana”, con residencia en Mazapil, la cual adquirió desde 2009.

Y es que, en este lado del país, las corridas aún se siguen practicando, pese a las leyes que están en contra de su desarrollo. Para finales del presente año, cerca del mes de octubre, la empresa de Armando Guadiana fue parte de un mano a mano entre Arturo “El Cejas” Macías y Sergio Flores, mismo que se desarrolló en la Feria Nacional de Zacatecas.

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Esta ganadería fue fundada en Durango durante 1937, sin embargo, para 1943, bajo el nombre de otros dueños fue llevada al mencionado estado, en el municipio de Saín Alto, lugar donde se quedó y a principios del 2009, Guadiana la llevó a Mazapil, en donde se estableció para las actividades relacionadas con los toros y otro tipo de ganado.

ARMANDO GUADIANA CERRÓ PRECAMPAÑA EN LA PLAZA DE TOROS DE SALTILLO, CON LA ESPERANZA DE DEVOLVER LAS CORRIDAS

Justo en su precampaña para la candidatura al Gobierno de Coahuila, mismo que ganó Manolo Jiménez de Va por México, quien en sus últimos días formó parte de las filas de Morena, Armando Guadiana cerró con un magno evento, justamente, desde la Plaza de Toros de Saltillo.

Durante su discurso en Armillita, recinto ubicado en la capital coahuilense, Recordó la prohibición de las corridas como una “tristeza taurina”, antes de asegurar que este tipo de eventos volverían pronto a la ciudad donde se encontraba y a todo el estado.

Para él, la “fiesta brava” era una tradición de más de 400 años en México: “No tienen por qué hacer a un lado también las carreras de caballos, los gallos. Nosotros no tenemos la culpa de las actividades ilícitas de los grupos delictivos que según esto se inmiscuyen a veces en gallos y caballos”.