Pamela Reyes, la súper mamá campeona del mundo

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La saltillense se coronó en los World Games Birmingham 2022.
El camino a la gloria no es fácil, dicen que no hay que llegar primero, pero hay que saber llegar. Tuvieron que pasar más de dos décadas y media para que Pamela Reyes cumpliera uno de sus sueños más importantes. Comenzó a jugar flag football siendo una joven, y hoy ha coronado con letras de oro su trayectoria siendo una mujer ejemplar, deportista de primera y extraordinaria madre de familia... Y si, también una campeona mundial.
Son 26 años dentro del también llamado tochito, casi tres décadas de que la saltillense se ha entregado en cuerpo y alma a un deporte en el que encontró su gran pasión. Desde que era joven tenía una meta clara, llegar a ser campeona con la Selección Nacional Mexicana.
El sueño nunca se rompió, Reyes ha logrado equilibrar su vida dentro y fuera de los emparrillados. Siendo una madre ejemplar, pues su hijo lo es todo, su mayor motivación es el pequeño Pablo de la Peña Reyes, a quien le brinda lo mejor de su persona y por quien nunca dejará de luchar ante las adversidades.
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Durante la pasada edición del Mundial Israel 2021, la atleta cumplió con una promesa muy importante, prometió a su hijo regresar con una medalla de la máxima justa, consiguiendo la medalla de plata en aquella competición.
Hoy, Pamela se ha consagrado como una de las aztecas más legendarias del flag football mexicano y superó la promesa anterior, pues fue parte fundamental para que México consiguiera la histórica medalla de oro de los World Games Birmingham 2022. Un triunfo de alta importancia para el deporte tricolor, marcando un antes y un después para el futbol bandera nacional.
“Fue algo difícil, muy complicado el asimilarlo. Son tantos sentimientos encontrados, una lluvia de sentimientos, estoy muy feliz, pero la verdad es que todavía estoy tratando de asimilar todos estos sentimientos. Ese día fue algo inolvidable, voltee a ver el marcador y estaba ansiosa por que terminara el juego, no podía controlar todo lo que sentía”.
México dejó en el camino a Japón (34-13), Brasil (43-6), Italia (49-0), Francia (41-6), Panamá (36-7) y Estados Unidos (39-6). Las aztecas se crecieron totalmente ante un escenario gigantesco, Pamela fue una las cabezas del vestidor que no permitió que los nervios entraran en sus compañeras y les brindó confianza para vencer a las estadounidenses en terreno ajeno.
“Sabíamos lo que estaba en juego, el objetivo era claro. De mi parte, tocó contagiar de ánimo a las demás jugadoras y mantener una buena vibra en el vestidor con las compañeras, los nervios se fueron desde el primer día”.
Una de las metas más importantes para la saltillense ha quedado saldada, cumpliendo con una auténtica hazaña en conjunto con sus compañeras. Para la sarapera este título es algo que se le debía a México, Saltillo, Coahuila y a toda la afición que las ha apoyado en cada proceso. Pero, ante todo, le brinda este logro a su familia, quien siempre ha estado detrás de cada decisión y momento que vive la legendaria atleta.
“Se lo dedico a mi hijo y a mi esposo, a mi pequeña familia (como le llama ella). Ellos siempre han estado para mí, sin su apoyo no hubiera podido llegar a tanto y sería todo más complicado. Les quiero decir que luchen por sus sueños hasta el final y que no hay imposibles, todo se puede alcanzar”.