Nueva era, nuevas esperanzas en la LMB 2024. El Parque de Beisbol Francisco I. Madero volvió a la vida tras ocho meses de espera y en la misión no se titubea: hay que ir por el campeonato
¿Este será el año de un nuevo título para Saraperos de Saltillo? El aficionado al Sarape dice que sí, que ya toca y que hay equipo para lograrlo. La muestra de fe, como ocurre todos los años en el juego inaugural, se dio con llenar el Parque Madero. Más de 17 mil asistentes en la visita de los recién creados Calientes de Durango.
“Vamos a quedar campeones con el cuadro que formó Alfredo Amézaga, el mánager. Pero hay que librarse de las lesiones”, dijo Ángel Velázquez, aficionado cuyo fervor al equipo es tal, que hasta consiguió que su novia Sarahí Padrón se volviera Sarapera y vaya por el graderío cargando un peluche de “Kike Conejo”.
Llevan seis años en una relación de tres, Sarahí, Ángel y el Sarape.
Para muchos la puntualidad puede no ser su mayor cualidad, pero si de venir a la Catedral del Beisbol se trata, el saltillense no perdió tiempo. En punto de las 7:10 de la noche, ya con la grada llena, desfilaron tres autos clásicos con la presencia de “Kike Conejo”, “El Dragón” y un invitado de la familia, “El Pollo”.
Enseguida salió el clan completo de la Nave Verde, porristas, fisioterapeutas, trainers, bat boys, coaches y jugadores.
Si bien todos los peloteros fueron aplaudidos sin excepción, los gritos retumbantes fueron para los estelares Henry Urrutia, “El Proto” Rainel Rosario, Henderson Álvarez, y el local Fernando Villegas, a quien la tribuna siempre le dedica un: “Vamos, Ville”, cada que es su turno al bate.
SE PRENDIÓ EL MADERO
Una vez acabada la presentación de plantillas, la bandera mexicana se proyectó en la pantalla y se rindieron los tradicionales honores con el Himno Nacional.
Enseguida, un histórico robó reflectores para llevar a cabo el primer lanzamiento de bola, José Guadalupe “Lupe” Chávez Baeza. La gente se le entregó. Y cómo no hacerlo ante semejante leyenda.
Se trata de la primera selección de Saltillo en el Draft de Expansión de 1969. Bajo la guía del mánager Tómas Herrera Olachea, en ese entonces la franquicia pagó 40 mil pesos por la que fue su primera adquisición, según recuerda el cronista local José Félix Martínez.
En sus legendarias marcas,“Lupe” Chávez presume de tener el récord de más juegos con la organización sumando mil 659. Lució la casaca saltillense durante 15 años consecutivos, desde 1970 hasta 1984. Finalmente, “Lupe” se retiró el 21 de abril de 1985 y su número 15 fue guardado para la posteridad.
Una vez concluída la participación de Chávez, justo a las 7:30 de la noche, se dio pie a uno de los momentos más anhelados por los asistentes, el show de luces, pirotecnia y música.
Durante un total de siete minutos, el diamante del Madero literalmente retumbó y se encendió entre fuegos artificiales, fuego y luces led. Un espectáculo que se desarrolló entre aplausos, gritos y las miradas cautivas de personas de todas las edades.
NUEVA ERA
En 2023 Saraperos cerró la competencia con 49 encuentros ganados y 40 perdidos, siendo el cuarto lugar de la Zona Norte. En el Primer Playoffs fue eliminado por Toros de Tijuana tras una contienda de cinco juegos.
Ahora la oportunidad es nueva. Se acabó la espera de ocho meses, el Madero vuelve a tener vida y este año se cumplen 55 años desde que este inmueble congrega emociones.
Saraperos inicia la Temporada 2024 de la Liga Mexicana de Beisbol con 32 en su lista de jugadores, entre ellos diez estadunidenses, nueve mexicanos, cinco venezolanos, cinco dominicanos, dos puertorriqueños y un venezolano.
En la capitanía de esta nueva aventura de la Nave Verde, el sonorense Alfredo Amézaga, con una encomienda clara, el título.
Y es que en el objetivo del conjunto local no se titubea. Es el mismo desde que se creó la franquicia de los Saraperos de Saltillo en 1970. El Sarape surgió para ser campeón. La última vez fue en 2010, en el bicampeonato. El otro título, el primero, en 1980.
Los saltillenses quieren un equipo protagonista en la Liga Mexicana, lo gritan con el calor de gargantas y lo reflejan con los rostros pintados. Aquí no se quiere el “ya merito”, ya no es suficiente, hay afición, hay equipo, y ya se cantó el playball. ¿Este año será el bueno?